Nacido en Ceuta en 1948, Manuel Molina Jiménez llegó al barrio de Triana en Sevilla siendo niño, aprendiendo de su padre a tocar la guitarra. Con solo 12 años montó con Chiquetete y El Rubio el trío Los gitanillos del Tardón y en 1971 se incorporó a Smash, grupo progresivo que fue pionero del rock andaluz, con el que consiguió el éxito con su Garrotín.

Tras la disolución de Smash, Molina formó el dúo flamenco Lole y Manuel junto a su mujer, Dolores Montoya. Ambos se convirtieron en uno de los primeros exponentes de la música flamenca dirigida no sólo a aficionados, siendo los precursores del llamando «nuevo flamenco». Publicaron su primer álbum, Nuevo día, en 1975.

En solitario

Sin embargo, a partir del 1993 ambos comienzan a trabajar en solitario. Así, Molina debuta con el disco La calle del beso y se enfrenta por primera vez a la música cantando, algo a lo que no estaba acostumbrado su público, y en un momento en el que el flamenco vivía uno de sus mejores momentos.

Más tarde produjo el disco de su hija Alba Molina, con quien cuenta para la grabación de su debut en solitario. Así, una de las últimas actuaciones del músico fue el pasado año acompañando a Alba en Madrid, en esa ocasión también cantando, aunque siempre prefirió tocar y dar a conocer su música, tal y como hacía con Lole.

En 2014, los Molina estrenaron en el ciclo Flamenco del Teatro Fernán Gómez de Madrid el espectáculo Flamenco, versos y fuego, que permitió que el público volviera a tener el privilegio de oírle de nuevo.