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Almería, una provincia que destila realismo

En concreto, esta colección permanente [1] está conformada por 269 obras –187 pinturas, 64 esculturas o relieves, 17 dibujos y un grabado– fechadas desde principios del siglo XX hasta nuestros días.

Los fondos del nuevo museo, que dirige Juan Manuel Martín, atesoran obras de, entre otros artistas [2], Julio Antonio, Benlliure, Sorolla o Beruete, pasando por los modernistas catalanes (Casas, Rusiñol) o el más genuino tradicionalismo y regionalismo simbolista (Romero de Torres, Solana, Chicharro, Zubiaurre, Morcillo), hasta llegar a nuestros días, con Antonio López (26 obras) y el Grupo de Realistas de Madrid, con María Moreno (6 obras), Francisco López (19), Isabel Quintanilla (11), Julio López (11), Esperanza Parada (8) y Amalia Avia (4).

Gracia y encanto

Antonio López explica así el recorrido expositivo: «A la entrada del museo, una escultura de desnudo de mujer de Francisco López es, junto al grupo escultórico de los Reyes, un comienzo brillante que anuncia lo que vamos a ir encontrando. Desde el comienzo, la turbulencia de los estilos se va sucediendo hasta llegar a los trabajos más recientes, siempre con dignidad y verdad, con gracia y encanto. Hay un espacio, el de mi generación, que me alegra y emociona en extremo. Unas pinturas, dibujos y esculturas realizadas por familiares y amigos a los que he querido tanto, llenos de talento e imaginación, a la altura del mejor arte de nuestro tiempo en cualquier lugar. Si yo viviera en Almería visitaría el museo todos los días».

El Museo está ubicado en el antiguo Hospital de Santa María Magdalena [3], único edificio civil del siglo XVI que se conserva en Almería capital, rehabilitado por la propia Diputación. Esta administración, además, ostenta su titularidad al tiempo que financia el contrato suscrito con la Fundación de Arte Ibáñez Cosentino, garantizando así no solo su dirección artística sino el desarrollo de los diferentes programas didácticos y de dinamización cultural que conforman su actividad.

Con un privilegiado emplazamiento, el MuReC se asoma al Parque Nicolás Salmerón, en pleno centro histórico de la ciudad y muy próximo a la catedral, al Centro Andaluz de la Fotografía, al Museo de la Guitarra y al genuino barrio de la Almedina, a los pies de la Alcazaba.

Para García Ibáñez la creación de este museo «remedia un error histórico y con él estamos dando cancha a un buen número de artistas que habían sido olvidados. La mayoría de las obras son de autores que han sido muy importantes pero que no estaban representados en ningún sitio. El empuje de la Diputación ha permitido que la sociedad pueda disfrutar de una obras maravillosas que estaban esperando su lugar y momento histórico».

La existencia del Museo Ibáñez de Olula del Río [4], la riqueza de sus fondos y la realización allí durante 10 años seguidos del Curso de Realismo y Figuración, impartido por García Ibáñez y Antonio López a cientos de pintores venidos de todo el mundo, han convertido a la provincia de Almería en referente del Realismo contemporáneo, papel que ahora se ve fortalecido con la creación de este nuevo museo.

– ¿Quiere descargar el folleto del Museo [5]?

Emplazamiento único

El edificio cuenta con más de tres mil metros cuadrados que se distribuyen en dos plantas y 13 salas, dos de las cuales se destinarán a exposiciones temporales, ubicadas en torno a un patio central. En este espacio se desarrollará el programa cultural: música, teatro, danza, conferencias, etc.

En uno de sus extremos, a la entrada de la primera galería, se ubica una escultura de los Reyes, obra de López y García Ibáñez. Además, el museo dispone de una sala didáctica y un salón de usos múltiples y convenciones, ubicado en la antigua capilla de Santa María Magdalena.

Distribución

Planta baja

SALA 1. Antonio López y Andrés García Ibáñez. A modo de preámbulo, se justifica en esta sala la creación del Museo del Realismo en Almería, que viene motivada por la relación de amistad entre Antonio López y el almeriense García Ibáñez. Ambos han trabajado juntos e impartido cursos en Olula del Río. Algunas de las obras ejecutadas por ellos en la provincia se exponen aquí.

SALA 2. Maestros de entresiglos. El recorrido histórico de la colección permanente se inicia en este espacio con la obra de grandes autores que nacieron a mediados del siglo XIX y prolongaron lo mejor de su actividad hasta principios del XX. Maestros naturalistas como Sorolla y Pinazo e impresionistas como Beruete, junto a otros como Muñoz Degrain y Emilio Sala.

SALA 3. Realismo y Modernismo. Se representan en esta sala algunas de las corrientes realistas más importantes de las primeras décadas del siglo XX. Junto a modernistas catalanes como Ramón Casas, Rusiñol o Mir se exponen obras de Sorolla y Zuloaga, las dos grandes figuras de este momento. Otros autores andaluces, como Gonzalo Bilbao y López Mezquita, también tienen presencia.

SALA 4. Regionalismo simbolista y tradicionalismo. A lo largo de la primera mitad del siglo XX convivieron variadas tendencias realistas en las distintas escuelas españolas. Junto a La Consagración de la Copla de Romero de Torres, obra icónica de la colección permanente, se exponen creaciones de autores tan importantes como Eugenio Hermoso, Chicharro, Zubiaurre, Maeztu, Solana, Zuloaga, Mateo Inurria y Gabriel Morcillo.

SALA 5. Síntesis y modernidad realista. Junto a las tendencias más tradicionalistas, las primeras décadas del siglo XX tuvieron también artistas que buscaron una depuración estilística, influidos por las vanguardias históricas como el cubismo o los novecentismos. Cristóbal Ruiz, Sunyer, Vázquez Díaz, Zabaleta, Rosario de Velasco y Ramón Gaya son ejemplos elocuentes.

SALA 6. Eclecticismo y modernidad de posguerra. Tras la guerra, muchos de los autores de modernidad realista continuaron su actividad junto a otros de línea más académica o tradicional. Convivieron artistas como Togores, Ressendi, Eduardo Vicente, Prieto Coussent, Mallol Suazo, Genaro Lahuerta, Santonja Rosales, García Donaire y Antonio Campillo.

Primera planta

SALA 7. Antonio López y los Realistas de Madrid. Desde mediados del siglo XX en adelante, el principal foco de renovación del realismo español fue el grupo de los Realistas de Madrid. Junto a su más claro precedente, López Torres, se exponen obras de los siete integrantes del grupo: Antonio López y María Moreno, Francisco López e Isabel Quintanilla, Julio López y Esperanza Parada, y Amalia Avia.

SALA 8. Realistas de Madrid y su órbita. En este segundo espacio dedicado a los Realistas de Madrid se exponen, junto a obras de todos ellos, varias creaciones de autores abstractos y surrealistas de su generación vinculados al grupo por fuertes relaciones de amistad, como Joaquín Ramo, Enrique Gran, Félix Alonso, Lucio Muñoz, Paredes Jardiel y Luis Gordillo.

SALA 9. Realistas de Madrid y su estela. En este último espacio dedicado a los Realistas de Madrid se exponen también obras de autores relevantes pertenecientes a la siguiente generación, algunos de los cuales fueron alumnos de Antonio López. Artistas como Antonio Maya, Mezquita Gullón, Matías Quetglas, Roberto González, Clara Gangutia, Aquerreta e Isabel Baquedano.

SALA 10. Joven realismo. Los talleres de Olula del Río. Se exponen en esta sala las obras de algunos de los realistas más significativos nacidos desde los años cincuenta. Autores como Golucho, Sánchez Zabaleta, Pepe Baena y García Ibáñez son ejemplo de ello. También tienen presencia los más jóvenes que, como Eduardo Millán, Antonio Lara y Nacho Vergara, han participado en los talleres impartidos en esta localidad durante una década.

SALA 11. Antonio López, Francisco López y Julio López. Esculturas

Cuento breve: Diez caracteres

Publicado por Carlos en En Premio de Cuentos Breves | Sin comentarios

Vestíbulo de la Estación Sur. Me acerco al mostrador de la venta de billetes. Me inclino delante de la ventanilla y pregunto por el primer autobús a Linares.

– ¿Y llega?
– A las 15.30 ¿Ida y vuelta?
– Ventana, por favor.
– Treinta euros. ¿Con tarjeta? –me desliza el datáfono por la rendija. Dársena seis.

Treinta monedas de plata que me franquean el acceso a la dársena seis y a un asiento reclinable, junto a la ventana, al lado de otro asiento que ocupará un extraño, ignorante de los diez caracteres. «Murió padre». He echado en una bolsa dos calzoncillos, dos pares de calcetines, una camisa limpia y los pantalones oscuros. También un libro para el viaje. «Murió padre». Deambulo por la dársena haciendo memoria de cuando lo vimos aparecer en el templo. «Mira, llegó padre a despedirla», y él se acercó hasta nuestro banco y tú y yo dimos dos pasitos laterales para dejar que ocupara un lugar junto a nosotros. «Murió padre». Son las 15.25 y yo, como Gary Cooper, peso los minutos que faltan.

– ¿Para Linares? –pregunta la mujer que arrastra una maleta con ruedas.

Señalo con una elevación de barbilla y me coloco en la fila. Subo al autobús con la misma desgana con que subía al autobús del colegio. El asiento contiguo permanece vacío. Trato de conjurar, con una tos impostada y la mirada de Gary Cooper, la amenaza de que alguno de aquellos viajeros que avanzan por el pasillo, igual que soldados americanos en una selva de Vietnam, decida sentarse junto a mí. Pero mis plegarias quedan desatendidas.

– Tiene que ser difícil leer con toda la gente alrededor y el traqueteo del autobús, aunque las carreteras son ahora mejores que las de antes. Yo recuerdo cuando había que atravesar Aranjuez y Despeñaperros. ¿Qué me dice de Despeñaperros? Ahora, con la variante, ni te enteras, pero antes…por lo menos cuarenta minutos en atravesar Aranjuez. 90 kilómetros por hora y sin aire acondicionado. Y si te tocaba detrás de un camión en Despeñaperros… En comparación esto parece una nave espacial…

– Lo es –digo para mí.
– ¿Qué?
– Leer.
– ¿Leer qué?
– Que es difícil leer con gente alrededor.

«Murió padre». Todavía en la M-30. Miro alrededor y no encuentro ningún asiento libre donde huir del ocupante del asiento contiguo. Los camiones regresan de Mercamadrid con los remolques vacíos. Juego a descifrar los rótulos de los camiones, como jugábamos a descifrar las siglas cuando viajábamos al Sur en el mil cuatrocientos treinta. «Sociedad Española de Automóviles de Turismo». «Tren Articulado Ligero Goicoechea y Oriol». «Instituto Nacional de Industria». «Alta Velocidad Española». Más tarde jugaríamos a descifrar los jeroglíficos que quedaban esparcidos sobre el suelo mojado de las tardes sin él. Ahora, los rótulos de los camiones sugieren otros proyectos de vida: «Transportes Manfer» ¿Manuela y Fernando?, «Autocares Yolcar» ¿Yolanda y Carlos?, «Grupo Fergar» ¿Fernández y García?

El viajero a mi lado no detiene la cháchara. Echo mano de los auriculares, pero me doy cuenta de que los he debido dejar olvidados en la repisa, mientras guardaba en la bolsa las cuchillas de afeitar, los calzoncillos, los calcetines, los pantalones oscuros, la camisa limpia. No importa. Puedo escoger entre el reguetón del muchacho de delante –»a ella le gusta la gasolina (dame más gasolina); cómo le encanta la gasolina (dame más gasolina)»–, la música tecno que llega desde la zona media o los gritos de los hinchas de los asientos de atrás, que no se cansan de jalear los goles de Vinicius. Dejo el libro abierto sobre mis piernas.

– ¿Ve cómo difícil leer con toda la gente alrededor? Yo siempre traigo los auriculares. No se crea, que yo también leo, pero me mareo en el autobús ¿Usted se marea? Aquí me entretengo con TikTok. Hay que ver las cosas que hace la gente por aparecer en las redes sociales. El año pasado se mataron unos chinos en Portugal por hacerse un selfie en un acantilado.

Cierro el libro, dejo caer la nuca sobre el reposacabezas y cierro también los ojos. No quiero abrirlos, a ver si el ocupante del asiento contiguo deja de murmurar gilipolleces de una vez. No tengo ganas de hablar con él. No tengo ganas de hablar con nadie. No sé qué hacer para que se dé cuenta de que no quiero hablar y me deje en paz de una puta vez. Me giro hacia la ventana y hago un gurruño con el jersey para apoyar la cabeza y simular que dormito. «Murió padre». Las torres de alta tensión me parecen la misma torre de alta tensión que se repite, que se repite, que se repite. Si el viaje durara lo que la vida de padre cada una de aquellas torres representaría ¿qué? ¿dos meses, tres meses? Madrid-Linares: trescientos kilómetros. Los pájaros se encaraman a los cables y las cigüeñas, ajenas al peligro de una descarga, tejen sus nidos en lo alto de aquellas torres que me recuerdan a Mazinger Z.

– ¿Va usted a Linares? Yo nací en Linares, pero de niño me trajeron a Madrid. Mi padre trabajaba en la Standard, en Villaverde, hasta que la cerraron. De San Cristóbal de los Ángeles. Dios, cómo ha cambiado aquello. Ni la madre que lo parió reconoce el barrio…

Echo de menos las bocinas de los camiones, las luces de los coches que vienen de frente y nos avisan de la patrulla de la Guardia Civil, las curvas de Despeñaperros. La realidad de los olivos por todas partes, la merienda en Puerto Lápice. Padre detenía el mil cuatrocientos treinta en Puerto Lápice, junto a la estatua de Don Quijote. En aquella venta servían duelos y quebrantos. Yo no me atrevía a preguntar qué eran duelos y quebrantos, que me sonaban a las consecuencias de un castigo, y pedía una Fanta de naranja. Nos compraban una bolsa de patatas fritas y madre sacaba de una bolsa los filetes empanados y un huevo cocido para cada uno. «No se admiten meriendas». El autobús frena. Escucho las bocinas de los tractores que cortan la carretera y las sirenas de los antidisturbios que aceleran por el arcén.

Nos quedamos parados junto a una torre de alta tensión, como si la vida de padre quedara también detenida en el mismo lugar, igual que cuando él tenía que cambiar el neumático pinchado; el coche en el arcén, arrimado al guardarraíl, nosotros fuera del coche, mirando cómo lo iba alzando con el gato, cómo retiraba las tuercas y después encajaba la rueda de repuesto, lo mismo que los mecánicos en las carreras de Fórmula 1. Luego llegaba la preocupación de madre por si volvíamos a pinchar. «¿Qué hacemos si volvemos a pinchar?». «Murió padre». Escribo un mensaje en el móvil: «No creo que llegue a tiempo». Recibo como respuesta varios signos de interrogación colocados en la pantalla como los soldados que rinden honores a un mandatario extranjero. «Tractorada», respondo.

– No, si yo los entiendo, pero que se vayan a cortar el tráfico a la Carrera de San Jerónimo o al Palacio de la Moncloa y que no nos fastidien a la gente normal, que yo también trabajo y no tengo la culpa de la política agraria común, ni de las subvenciones, ni de que los franceses vuelquen la carga de los camiones. Que yo también tengo familia en el campo y sé lo que es el trabajo allí. Lo que pasa es que las multinacionales les imponen los precios y los márgenes ¿sabe? son cada vez menores. Y no les dejan usar pesticidas, pero en Marruecos pueden usar los pesticidas que les salga de los cojones.

Abro el libro y trato de leer a pesar del reguetón, de la música tecno, de los goles de Vinicius y de las explicaciones sobre las movilizaciones agrarias que rescata de los lugares comunes el viajero que se sienta a mi lado.

– A ver cuándo vamos a llegar a Linares.

Cierro el libro, apoyo la nuca en el reposacabezas y cierro también los ojos. «Murió padre», leo en la pantalla del móvil. «Murió padre», digo en voz alta, casi en un reflejo.

– ¿Cómo dice?
– Nada.

Sobre el Premio de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz

hoyesarte.com, primer diario de arte y cultura en español, con la colaboración de Arráez Editores [6] y de la marca de comunicación Alabra [7], convoca la cuarta edición del Premio Internacional de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz, dotado con 3.000 euros y dos accésits honoríficos.

Los trabajos, de tema libre, deben estar escritos en lengua española, ser originales e inéditos, y tener una extensión mínima de 250 palabras y máxima de 1.500 palabras. Podrán concurrir todos los autores, profesionales o aficionados a la escritura que lo deseen, cualquiera que sea su nacionalidad y lugar de residencia. Cada concursante podrá presentar al certamen una única obra.

El premio constará de una fase previa y una final. Durante la previa, el Comité de Lectura seleccionará uno o más relatos que, a juicio de sus miembros, merezca pasar a la fase final entre todos los enviados hasta esa fecha. Los relatos seleccionados se irán publicando periódicamente en hoyesarte.com. Durante la fase final, el jurado elegirá de entre las obras seleccionadas y publicadas en la fase previa cuáles son las merecedoras del premio y de los dos accésits.

¿Quiere saber más sobre el Premio [8]?

¿Quiere conocer sus bases [9]?

Fechas clave

Apertura de admisión de originales: 30 de octubre de 2023

Cierre: 15 de mayo de 2024

Fallo: 22 de agosto de 2024

Ceremonia de entrega: Último trimestre de 2024

 

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Nace Balas perdidas, boletín semanal para gourmets del rock and roll

Publicado por Carlos en En Música,Sala de prensa | Sin comentarios

«Nuestra nueva newsletter está destinada a finos paladares como el suyo… degustador de los placeres de la mejor música popular», destaca Carrero a modo de declaración de intenciones. «Si me acompaña, cada semana le recomendaré los conciertos, eventos, estrenos, lanzamientos que quizá quedaron fuera de su radar pero que le animo a no perderse».

Pablo Carrero, director de ‘Balas perdidas’.

Los lectores que deseen recibir Balas perdidas pueden suscribirse gratuitamente aquí [14], donde también pueden consultar su ‘número 0’ y recabar más información sobre el proyecto.

Recuerde, cada martes puntualmente en su correo, para que tenga tiempo de organizar su agenda musical de la semana.

Pablo Carrero es periodista, cofundador y director de Rock Indiana Records [15], compañía discográfica independiente con cerca de 300 referencias nacionales e internacionales, y ha escrito libros como, entre otros, Letanía de Abbey Road [16], Humildad y paciencia [17], Guía esencial del Nuevo Rock Americano y el garaje de los 80, y es coautor de Guía esencial del punk y la nueva ola [18] y Guía esencial de la nueva ola española [19]. Escribe en en nuestras páginas desde 2020.

hoyesarte.com está dirigido a todos los que, de una forma u otra, como aficionados o profesionales, participan en el día a día de la vida cultural española. Su Redacción, formada sólo por periodistas especializados, analiza cada día toda la actualidad informativa del mundo cultural, elaborando informaciones y artículos de reflexión sobre sus hechos y acontecimientos más relevantes. Desde enero de 2009, la Redacción y sus colaboradores han elaborado más de 25.000 artículos, entre informaciones, artículos de opinión, entrevistas, reportajes y vídeos. Por otra parte, más de 30.000 lectores ya se han suscrito a su boletín diario de noticias.

Este boletín semanal es independiente del actual de hoyesarte.com, que seguirá funcionando como hasta ahora.

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El Prado ofrece visitas gratuitas en gigapixel

Publicado por Carlos en En Gratis,Internet,Museos,Patrimonio,Pintura | Sin comentarios

Un recorrido por las plantas baja, primera y segunda a través de las panorámicas 360⁰ permite apreciar las obras y su disposición en las salas, ofreciendo una selección de obras digitalizadas en gigapixel, incluyendo cinco esculturas en 3D-Photo. A partir de esta digitalización se han creado 10 recorridos temáticos que, a través de una selección de obras, explican mediante una introducción locutada los detalles que luego se pueden descubrir accediendo a cada una de ellas.

1. Un paseo por el Olimpo. Ocho obras clave que conforman un particular Olimpo. En cada una de ellas el usuario encontrará dioses del mundo grecorromano y descubrirá los mitos en los que participan. Esos mitos han sido definidos como narraciones maravillosas situadas fuera del tiempo histórico y protagonizadas por personajes de carácter divino o heroico, es decir, historias de dioses y su relación con los mortales.

2. Llega la muerte. Nueve obras que giran en torno a la muerte y ofrecen distintas visiones de la misma. Un famoso filósofo chino dijo: “Diferentes en la vida, los hombres son semejantes en la muerte”. Por eso, el recorrido comienza con la particular visión del tema que ofrece, a mediados del siglo XVI, Pieter Bruegel el Viejo. Su título no puede ser más expresivo: El triunfo de la Muerte.

3. La mirada del artista. Ocho obras que comparten un nexo común. En todas el autor ha incluido su propia imagen. El Prado conserva muchos autorretratos, con los artistas autorretratados en soledad, junto a sus mecenas, con su familia o bien formando parte de composiciones más complejas.

4. El cuerpo. Ocho obras en las que el cuerpo humano tiene un destacado protagonismo. Tanto el masculino como el femenino. Y tanto en obras religiosas como en composiciones de carácter mitológico. ¿Sabía que, entre 1827 y 1838, el Real Museo de Pinturas tuvo una Sala Reservada a la que solo se podía acceder con un permiso especial? En sus paredes colgaban algo más de setenta pinturas de diferentes escuelas, tamaños y calidades, que tenían una característica común, un nexo que permitía esa extraña agrupación: en todas ellas se exaltaban los cuerpos desnudos, la carne… por lo que su visión podía resultar perniciosa y ofender a la moral, al decoro y al buen gusto.

5. Al fondo. Nueve obras donde lo interesante ocurre no solo en primer plano, sino también al fondo. Si el espectador se fija en esos detalles, en lo que pasa ahí, puede descubrir auténticas sorpresas. En ocasiones puede ser un paisaje, real o imaginario; otras veces un edificio más o menos reconocible. También puede ser el interior de una habitación, con pinturas o tapices decorando sus paredes. O simplemente un personaje, que puede ser fundamental para la historia representada, o bien una simple llamada de atención, algo anecdótico.

6. Escrito está. Siete obras en las que encontrar todo tipo de inscripciones que aportan muchísima información sobre su autor, sobre el personaje representado o sobre la historia que allí se cuenta.

7. Música en el Prado. Siete obras en las que la música juega un papel relevante, ya sea por la presencia de instrumentos o bien porque sus protagonistas están interpretando alguna pieza a veces acompañada del canto.

8. Flores del Prado. Siete obras que animan a descubrir las plantas y flores que aparecen representadas en ellas. A veces será muy fácil porque algunas flores juegan un papel destacado en determinadas escenas de carácter religioso o mitológico, pero en otras será más complicado porque están casi escondidas o su presencia puede pasar desapercibida.

9. Sentados en el trono. 10 obras protagonizadas por monarcas que han ocupado el trono español desde finales del siglo XV hasta principios del siglo XIX. En las colecciones del Prado hay muchísimos retratos de reyes y reinas, no solo de nuestro país, sino también de países cercanos como Portugal, Inglaterra, Francia y Alemania o, para ser más precisos, del Sacro Imperio Romano Germánico.

10. Obras maestras. Una pequeña selección de las obras maestras que custodia esta institución fundada en 1819 por el rey Fernando VII a partir de las colecciones que había heredado de los monarcas que le precedieron. Desde entonces, la institución ha ido incrementando sus obras hasta llegar a las más de 8.300 pinturas que posee hoy día, además de casi 1.100 esculturas, más de 11.000 dibujos, casi 8.000 grabados y más de 3.600 piezas de artes decorativas.

Cuento breve: Cántaro

Publicado por Carlos en En Premio de Cuentos Breves | Sin comentarios

Retrocedo, me extiendo encima tuyo hasta quedar cara a cara, me asomo sobre tus párpados cerrados como a un precipicio que tiene más metros de los que imaginaba. Quedo a la espera de que abras los ojos como si las cosas fueran a encauzarse con solo mirarnos de cerca. Tus pestañas tienen la forma de ciertas plantas de interior que se arquean en busca del sol, ¿alguien te lo dijo alguna vez? Cuando por fin abrís los ojos, ese vértigo que calculaba se evaporaría al mirarnos, persiste en mi panza. Me preguntás qué me pasa. Me preguntás qué me pasa con un tono que no es el de antes, el de hace semanas o tal vez ya meses. Ahora es un tono de quien no soporta el calor húmedo de Buenos Aires. O de quien no encuentra nada interesante en la alacena pero de todas formas tiene que cocinar porque ya es tarde para ir a hacer las compras.

Apoyo la frente sobre tu pecho y no respondo. Mi cabeza queda en equilibrio precario, como un cántaro que nos contiene a vos, a mí y al resto de nuestro mundo, un cántaro que corre el riesgo de quebrarse en cualquier momento si no lo atajamos.

Me agarrás de las nalgas, tus manos separan mis piernas y me acariciás hasta hundirte en mí. De reojo veo pasar la felicidad, una sombra rosada que se escabulle. Lanzo anclas por el aire hacia al pasado, para ver si alguna prende y nos permite volver a donde las cosas parecían funcionar. Me decís al oído que estás conmigo, que está todo bien. Sigo lanzando anclas como barriletes. Tu voz vibra en mi cuello y se parece mucho al tono que usabas antes, ese tono en el que podía acurrucarme y dormir apenas sostenida por la cadencia de tu voz. Quisiera creerte, podría ahora mismo creer en lo que decís y dejar de pensar de una vez, pero tu cuerpo, ¡ay!, tu cuerpo te contradice.

Aunque repitas que estás conmigo, mientras te movés y vibrás como las vías de un tren que está llegando y que en cualquier momento se perderá dentro de mí, te mordisqueo el hombro y noto que tenés otra consistencia. Vuelvo a morderte y lo confirmo: estás arenoso, como si pudieras deshacerte en la cama. Temo que te vuelvas polvo debajo de mí de un momento a otro y que ya no puedas rearmarte. Recorro tu espalda con los dedos, mis yemas están desesperadas por reconocerte, pero hay otra temperatura en tu piel, una que me estremece. ¿Alguna vez supimos quiénes somos? Tu esperma empieza a brotar, me va llenando de a espasmos, soy un cántaro que rebalsa y se desprende, que rueda de la cama hacia el suelo, que estalla en miles de pequeñas astillas rojas.

Tú, quien me has habitado

en los lugares más profundos y sagrados,

te estás yendo, yendo.

(Anne Sexton)

Sobre el Premio de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz

hoyesarte.com, primer diario de arte y cultura en español, con la colaboración de Arráez Editores [6] y de la marca de comunicación Alabra [7], convoca la cuarta edición del Premio Internacional de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz, dotado con 3.000 euros y dos accésits honoríficos.

Los trabajos, de tema libre, deben estar escritos en lengua española, ser originales e inéditos, y tener una extensión mínima de 250 palabras y máxima de 1.500 palabras. Podrán concurrir todos los autores, profesionales o aficionados a la escritura que lo deseen, cualquiera que sea su nacionalidad y lugar de residencia. Cada concursante podrá presentar al certamen una única obra.

El premio constará de una fase previa y una final. Durante la previa, el Comité de Lectura seleccionará uno o más relatos que, a juicio de sus miembros, merezca pasar a la fase final entre todos los enviados hasta esa fecha. Los relatos seleccionados se irán publicando periódicamente en hoyesarte.com. Durante la fase final, el jurado elegirá de entre las obras seleccionadas y publicadas en la fase previa cuáles son las merecedoras del premio y de los dos accésits.

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Fechas clave

Apertura de admisión de originales: 30 de octubre de 2023

Cierre: 15 de mayo de 2024

Fallo: 22 de agosto de 2024

Ceremonia de entrega: Último trimestre de 2024

 

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David Barro, director de Es Baluard

Publicado por Carlos en En Artes Visuales,Museos,Política | Sin comentarios
Patronato de la Fundació Es Baluard Museu d’Art Contemporani de Palma [22].

La Comisión estuvo formada por Guillermo Solana, director del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza; el escritor y crítico de arte Fernando Castro Flórez; la comisaria independiente Neus Cortés; el artista Bernardí Roig y la comisaria y gestora cultural Alicia Ventura.

Barro ha explicado en su presentación pública que esta nueva etapa «debe ser la de la consolidación de su singularidad y su condición de museo referencial. Para ello debe combinar la presencia de nombres incuestionables del arte contemporáneo internacional con artistas baleares que posean una trayectoria rigurosa, independientemente de su condición generacional. Es Baluard debe afianzar esas trayectorias y conseguir ponerlas en contexto, al tiempo que le toma el pulso al presente a partir de sus exposiciones, actividades y programas públicos, pero sobre todo desde su propia colección, que más que exhibirse como tal, debe ser la principal generadora de teoría de relevancia, conformando exposiciones de tesis acompañadas de publicaciones capaces de tornarse paradigmáticas».

«No pretendo un museo que imponga un punto de vista único –ha continuado el nuevo director–, aunque sí que posea una voz propia, personalidad, y genere opinión, que sea capaz de contar historias y de ofrecer al público herramientas para hacer su propia historia del arte, para que el visitante salga haciéndose nuevas preguntas. En este sentido, me encantaría que Es Baluard fuese imprevisible, que consiga crear interconexiones entre el arte y el mundo que lo rodea, así como con otras esferas de la creación y tocar generaciones diferentes».

Presentación pública de David Barro como director de Es Baluard.

En cuanto a la programación, David Barro explicó que comenzará a finales del mes de enero de 2025 y que no es momento de adelantar nombres, pero sí señaló que la de «los tres primeros años se armará a través de una trilogía que se irá desvelando a sí misma mientras genera sus propias narrativas y teorías. Lo único que puedo revelar por ahora es el título de esta trilogía, que será Nachleben, un concepto entre la pervivencia y la supervivencia que aplicaremos a las disciplinas artísticas».

En lo que respecta a los objetivos que se plantea para el museo advirtió que son muchos si se quiere conseguir el principal: «que es ser un museo referencia indiscutible del arte contemporáneo nacional e internacional». Para ello, señaló, «debemos ofrecer una programación de calidad que nos otorgue un prestigio cultural más allá del arte contemporáneo, algo que solo es posible con una comunicación accesible y transversal y una sólida estrategia de posicionamiento. Entiendo el museo mucho más allá de sus muros y vengo a trabajar para todo el contexto balear. Estoy convencido de que el éxito de un museo se mide por muchas cosas que no son objetivables, pero como director me impongo la tarea de ejercer como mediador con el contexto para que el museo expanda su misión».

Barro releva en el cargo a Imma Prieto [23] (octubre de 2019 – agosto de 2023) y se incorpora con un contrato de cuatro años, prorrogable durante dos años más y con la posibilidad de prorrogarse por años sucesivos finalizado este periodo de seis años.

Es Baluard, el museo público de arte contemporáneo más importante de Baleares, celebró en enero de 2024 el 20 aniversario de su apertura. Su colección incluye más de 800 obras datadas entre finales del siglo XIX y la actualidad. Los principales artistas y movimientos que han confluido y confluyen en el archipiélago, puestos en relación con los contextos artísticos nacional e internacional, integran un corpus rico, complejo y en continua evolución.

25 años de trayectoria

David Barro tiene una trayectoria de 25 años en el sector artístico y cultural liderando instituciones y proyectos. Con una amplia experiencia en gestión, ha desarrollado una carrera ligada al universo del arte contemporáneo y del diseño, como comisario de exposiciones, como editor, como escritor y como director artístico. Ha sido director de la Fundación DIDAC, director gerente de Fundación Luis Seoane, asesor de la Fundación Barrié y responsable de su Colección de Pintura Contemporánea Internacional.

También ha sido director artístico de eventos como el Festival de Acción Artística Sostenible SOS 4.8 de Murcia; Look Up! Natural Porto Art Show en Oporto; o la feria Espacio Atlántico en Vigo. En 2023 ha sido comisario del país invitado de la Porto Design Biennale y ha ejercido –como miembro de la Cooperativa Performa– de codirector de las cuatro primeras ediciones de Plataforma. Festival de Artes Performativas en Santiago de Compostela. También ha sido director artístico de las tres primeras ediciones de MadBlue Summit, el summit de cultura, ciencia e innovación para el desarrollo sostenible de Madrid. Editor y fundador de la revista DARDOmagazine, desde 2018 trabajó para la Agencia Gallega de Innovación asesorando el Programa de Diseño para la Innovación y la Sostenibilidad 2024 para incorporar el diseño y los procesos artísticos al mundo de la empresa.

Como comisario de exposiciones ha realizado más de una centena de muestras colectivas e individuales de reconocidos artistas y de su trayectoria académica destaca haber sido profesor de las Universidade de Oporto, así como del Máster de Estudios Avanzados de la Universidad de Salamanca, siendo el responsable de la materia Pintura y Escultura en el Siglo XX.

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Sobre la historia de la América Hispana

Publicado por lopeziglesias en En Documental | Sin comentarios

Rodada a lo largo de dos años en Ecuador, Perú, Bolivia, México, España y Estados Unidos, Hispanoamérica derriba mitos e ideas estereotipadas para mostrar la historia compartida durante más de trescientos años a través del esplendor visual del patrimonio arquitectónico, pictórico, escultórico y musical de la época.

Con la participación y el testimonio de un amplio número de reconocidos historiadores y expertos en la materia, fundamentalmente  americanos, entre ellos Adelaida Sagarra, Marcelo Gullo, Carlos Leáñez, Enrique Krauze, Ramón Mújica, Terrel Kelly, Raquel Maldonado, Orlando Romero, Ricardo Quezada y Carmen Iglesias, se abunda en la idea de que los tres siglos de historia compartida no fueron tiempos de colonización, sino de colaboración y mestizaje, insistiendo en que, salvo excepciones, se veló por la dignidad de los pueblos originarios, siendo frecuentes las audiencias que velaban por ese trato y frenaban y castigaban los abusos. Como apunta el realizador, «pocos hablan de los mulatos en las universidades de la época y de la ausencia de racismo, pues es preciso recordar que hasta el siglo XIX no existía el término raza como tal».

Por otra parte, como también destaca su director, Hispanoamérica constituye un canto a determinadas figuras femeninas como puentes históricos esenciales. Es el caso, entre otras, de dos mujeres tutelares que hicieron posible el nacimiento de Hispanoamérica, como la reina Isabel la Católica y doña Marina (Malinche), de cuya unión con Hernán Cortés nació Martín Cortés, el primer mestizo, el primer mexicano. Sobre esta última se destaca que el Lienzo de Tlaxcala [24] (a principios de la década de 1550) narra la llegada de los españoles. En él, la Malinche aparece siempre al lado de Cortes, calzada y, significativamente, a su lado, no detrás.

A través de sus impresionantes imágenes, el documental descubre lugares poco conocidos, costumbres arraigadas desde entonces y el poder de la música como elemento de unión, como el canto de los violines en plena Amazonía derivado de las partituras que los jesuitas dejaron tras su expulsión y hoy mantienen los más de cuatrocientos miembros de la Escuela de San Ignacio de Moxos, Bolivia, o la primera polifonía en quechua. El musicólogo Francisco Núñez incide en el origen americano de muchos de los géneros actuales, como el cajón peruano, el flamenco o, entre otros, el zapateado.

En este 2024 son numerosas las efemérides hispanoamericanas que dan especial importancia al estreno de esta cinta, como el hecho de que se cumplan quinientos años de la conquista del Perú; doscientos de la independencia de Hispanoamérica (con la Batalla de Ayacucho en Perú en 1824) o los cinco siglos de la llegada de los primeros franciscanos a Veracruz.

Como se concluye a lo largo del documental: «El relato de santos indígenas y demonios españoles nos despoja de la verdad sobre tres siglos de la incomparable América Hispana, nuestra casa común. Es preciso recuperar y restituir la historia tantas veces manipulada y olvidada».

Hispanoamérica. Canto de vida y esperanza

Dirección y guion: José Luis López-Linares

Música: Jorge Magaz

Documentación: Elisa Menéndez-Pidal

Montaje: Pablo Blanco Guzmán y Víctor Escribano

2023 / España / 112 minutos

Distribución: Bosco Films

 

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Cuento breve: Caléndulas, libélulas y aurículas

Publicado por Carlos en En Premio de Cuentos Breves | Sin comentarios

Dondiegos. Caléndulas. En su tierra, una vez que comenzaban a agostarse, recogían las semillas de su interior, con las que alimentaban a los cuyes, que luego vendían en el mercado de La Barquita. A este lado del océano resultaba pintoresco escuchar que la carne de las cobayas pasaba por ser un bocado exquisito.

Al hablar de esos animalillos Abigail recordaba a su hermana. De toda la familia fue la única que probó la carne de cuy. Un sacrificio inútil. La enfermedad estaba ya muy avanzada y ni las proteínas del animal consiguieron aliviar la palidez de su rostro. Otro angelito que marchaba con el Señor, dijo, llorando, sor Nuris, la monja que se encargó de rezar el responso en el entierro.

Abigail intentaba seguir los pasos de su hermana criando cuyes, no sólo por aumentar los ingresos familiares, sino para elevar el ánimo de su madre, maltrecho hasta la depresión. “No pretendas lo imposible, Abi –protestaba la mujer–, cada cual vale para lo que nació, y a ti la naturaleza no te dotó de esa gracia. Ni de ésa ni de ninguna”. Abigail la había oído bisbisear más de una vez que ojalá el Todopoderoso se la hubiera llevado a ella, y no a la hermana. Su adolescencia adelantada le alcanzaba a perdonar semejante sentimiento, si bien éste iba dejando poso y agrietando su alma.

– Recuéstate un poco, deja que te recoloque los almohadones antes de la medicación. Mañana toca visita médica y no queremos que te encuentre mal.

Las señoritas la cuidaban como a una emperatriz. Abigail nació fuerte, no como Altagracita, ni como las gemelas Daraidis y Gema. La primera era la favorita de Abigail, casi como una hija –las separaban diecinueve años–, la más curiosa y cariñosa de ambas. Vinieron cuando nadie ya las esperaba. Fue el bálsamo que suturó todos los desgarrones del corazón de la madre. Cierto que Dios se le había llevado a una niña, mas, a cambio, le envió otras dos. A Abigail no le importó que todo el cariño que se había ido malquistando durante el duelo de Altagracita se derramara por entero en las gemelas, sin que nadie reparara en lo muy necesitada que ella andaba de atenciones. Veía sonreír de nuevo a su madre, y con eso bastaba.

Daraidis nació tocada por la magia de la melodía: a los seis años destacaba sobremanera como solista en el coro de la hermana Nuris. Por el contrario, Gema, desentonaba hasta en el habla cotidiana, pero había heredado el manejo de la difunta hermanita con los cuyes. Sus ojos, enormes y de un verde brillantísimo, detalle éste poco habitual en las mujeres dominicanas, le valieron el sobrenombre de Luciérnaga, como las diminutas estrellas fugaces que tejían de estelas luminosas los espacios entre los flamboyanes del parque, donde Juansito aguardaba noche tras noche la salida de Abigail. “¿Cómo va a ser que ese prieto la corteje, mi hija? –se burlaba de ella la madre, por no creerla merecedora de las atenciones del único de la quinta que había conseguido escapar de la miseria del barrio, conquistando el grado de alférez en el ejército en un tiempo inusitado–; ahora tiene pesos suficientes para aspirar a lo que quiera”.

Y Abigail evitaba desengañarla para no dejar en evidencia su envidia.

Al amor de la escasa luz de las luciérnagas, Juansito le prometía lo que siempre prometen los enamorados. Creando un marco de caléndulas, grabó en la corteza del más frondoso flamboyán las iniciales A y J, rodeando cada una de ellas con el trazo de sendas alas que merecían mejor artista. Conforme engrosaban los trazos del dibujo, adelgazaban las reticencias de Abigail hacia las intenciones de Juansito. Hasta que una noche, impertinente de mosquitos, se presentó el soldado en el parque con un anillo con forma de libélula.

– Es muy original –dijo la que menos daño le hacía al extraerle sangre.

– Es mi anillo de pedida –y nada más decirlo se arrepintió.

Las muchachas se apresuraron a cambiar de tema, más compasivas que incómodas.

– Si mañana lo autoriza el doctor, saldremos a dar un paseo hasta la Fuente del Berro, es de los parajes más bonitos de la zona.

¡Ojalá pudiera vivir lo suficiente para conocer los colores con los que se adornarían en otoño los alrededores del chalet donde pasaba su extraña convalecencia!

El médico autorizó la excursión campestre. Abigail disfrutó de cada detalle de la sierra madrileña que se ofrecía a su vista. ¡Qué sinrazones gobernaban el corazón! Toda la vida deseando escapar de la podredumbre de Los Mina, y ahora, lejos de allí, teniendo casi todo cuanto pudiera desear, daría lo que fuera por volver. Unas lágrimas delatoras pusieron en aviso a las muchachas:

– ¿Te encuentras bien?

– Todo correcto, no teman. ¿No ven que estoy riendo? –y era verdad, lloraba y sonreía–; en mi país dirían que se está casando una bruja.

Afortunadamente el día concluyó ayuno de más nostalgias: un mensaje de voz de su madre y de sus hermanas, transmitido por la magia del teléfono de una de las chicas, recompensó todo su sacrificio. Confirmaban que les había llegado el dinero, muchísimo dinero, y que Daraidis y Luciérnaga se encontraban muchísimo mejor, y que la querían muchísimo, y que en la clínica les habían asegurado que se recuperarían muchísimo más, y que Juansito la extrañaba muchísimo… Y con cada muchísimo enlatado que Abigail escuchaba, se le ensanchaban un poco más las aurículas, y notaba más decidido el bombeo de los ventrículos. Había solicitado hablar con ellas por teléfono, una vez, sólo una, sin embargo, tal petición no podía siquiera considerarse. Se fiaban de Abigail, por supuesto, ya había demostrado su implicación en el cabal cumplimiento del primer contrato que firmaron, no obstante, cualquier palabra dicha sin querer podía dar una pista a su familia de dónde se encontraba (aunque ni ella misma lo supiera con exactitud) y eso pondría en peligro el segundo y más importante contrato.

– ¿Y cómo te decidiste a continuar? –quiso saber la que le proporcionaba a escondidas onzas de chocolate con leche.

– Ya perdí a una hermanita, y las gemelas se enfermaron. En Dominicana la clínica cuesta mucha plata. No podía dejar que también se nos fueran.

– Sí, ya, pero les has enviado una fortuna. ¿No tenéis a algún otro familiar que pudiera hacerse cargo a partir de ahora?, ¿vuestro padre, por ejemplo?

Abigail se sonríe. Allá las madres son ciertas, los padres presuntivos. Es la madre la que carga con el peso de la familia, los padres van y vienen. No, no hay nadie más. Y hasta las fortunas acaban por agotarse cuando los gastos son inmensos. Abigail tiene que asegurarse de que Luciérnaga y Daraidis vivirán lo suficiente para enamorarse. De Juansito no tiene que preocuparse, está convencida de que vivirá lo suficiente como para desenamorarse.

La última semana había transcurrido con algún audio más de su familia, excursiones a fuentes cercanas, nuevos guisos deliciosos y descanso, un descanso cada vez más profundo. El doctor no pudo disimular un gesto de satisfacción al aplicar el fonendoscopio a su pecho:

– ¡Todos los timbales del ejército de Jerjes encerrados en el corazón!

– Son mis aurículas –explicó ella–, que revientan de amor.

Ninguna de las chicas se despidió de ella. No fue necesario, sus miradas lo decían todo. Dejó sobre la mesita su anillo con la indicación de que le fuera devuelto a Juansito. Repasó la carta que tiempo atrás había escrito para su familia y estuvo conforme. Aventuraba que las gemelas preguntarían por ella, pero que el tiempo se encargaría de ir limando sus recuerdos. Su madre daría por buena la explicación de que se había enamorado de un ruso acaudalado y marchaba con él hacia su país, que procuraran olvidarla.

Abigail se arrebujó en la cama y el latido acompasado de sus ventrículos y aurículas hicieron las veces de nana. Altagracita la estaba esperando.

El cirujano salió del quirófano satisfecho. Temía que al ser tan reciente la extracción de un riñón a la dominicana, su organismo se hubiera resentido y el corazón a trasplantar no estuviera tan fuerte como sería de desear. No obstante, aquel órgano latía con insólita vitalidad. “Una chica tan joven, da un poco de pena, ¿verdad?”, comentó su ayudante. No contestó. Saber que gracias a esa organización una de sus hijas llevaba quince años viviendo de prestado lo inmunizaba contra todo remordimiento.

Sobre el Premio de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz

hoyesarte.com, primer diario de arte y cultura en español, con la colaboración de Arráez Editores [6] y de la marca de comunicación Alabra [7], convoca la cuarta edición del Premio Internacional de Cuentos Breves Maestro Francisco González Ruiz, dotado con 3.000 euros y dos accésits honoríficos.

Los trabajos, de tema libre, deben estar escritos en lengua española, ser originales e inéditos, y tener una extensión mínima de 250 palabras y máxima de 1.500 palabras. Podrán concurrir todos los autores, profesionales o aficionados a la escritura que lo deseen, cualquiera que sea su nacionalidad y lugar de residencia. Cada concursante podrá presentar al certamen una única obra.

El premio constará de una fase previa y una final. Durante la previa, el Comité de Lectura seleccionará uno o más relatos que, a juicio de sus miembros, merezca pasar a la fase final entre todos los enviados hasta esa fecha. Los relatos seleccionados se irán publicando periódicamente en hoyesarte.com. Durante la fase final, el jurado elegirá de entre las obras seleccionadas y publicadas en la fase previa cuáles son las merecedoras del premio y de los dos accésits.

¿Quiere saber más sobre el Premio [8]?

¿Quiere conocer sus bases [9]?

Fechas clave

Apertura de admisión de originales: 30 de octubre de 2023

Cierre: 15 de mayo de 2024

Fallo: 22 de agosto de 2024

Ceremonia de entrega: Último trimestre de 2024

 

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El pintor que nunca perdió la esperanza

Publicado por Carlos en En Museos,Pintura | 1 Comment

Chagall. Un grito de Libertad (Fundación MAPFRE hasta el 5 de mayo) [25] nos presenta al artista ruso como un judío errante, cronista de su tiempo, que se sirve del pincel y los personajes fantásticos para retratar una historia marcada por dos guerras mundiales, el pujante y brutal antisemitismo y varios exilios. Serenidad, armonía y esperanza son casi constantes en este recorrido a pesar de la crudeza de la época que le tocó vivir.

Imagen de la exposición ‘Chagall. Un grito de libertad’ en Fundación MAPFRE (Madrid). Foto: © Luis Domingo.

La Primera Guerra Mundial le sorprende a Chagall en Rusia, adonde acaba de llegar tras haber inaugurado una importante exposición en Berlín. Su intención era la de permanecer poco tiempo en su país, sin embargo, los acontecimientos le obligan a quedarse hasta el final del conflicto. Influido por la brutalidad del conflicto, realiza una serie de dibujos a tinta china en los que con un carácter documental y casi como si fueran viñetas recoge el dramatismo del momento.

De esta época son también obras como El vendedor de periódicos, donde nos presenta a un hombre mayor, cansado y de mirada resignada. De su cuello penden los diarios, cuyas noticias se diría le oprimen el pecho, dejándole apenas respirar. El cielo rojo del fondo se cierne sobre él y contrasta con el gris que domina el resto de la escena, cotidiana e histórica al mismo tiempo.

En 1915, Chagall contrae matrimonio con Bella Rosenfeld, enlace que inmortaliza dos años más tarde en su obra Doble retrato con jarra. En ella, el pintor se presenta a hombros de su esposa, sobre la que se alza con una copa de vino en actitud de celebración. Coronados por una especie de ángel morado y con Vítebsk al fondo, la escena transmite una alegría que, sin embargo, queda ensombrecida por la guerra.

En sus memorias, Chagall explicaba así las emociones del día de su boda: “Tenía ganas de huir con ella al campo, de besarla y de romper a reír… (…) Pero la guerra se cernía amenazante sobre mí. Y Europa se cerró a mis ojos”. Bella le acompañaría hasta 1944 cuando, durante su exilio en Estados Unidos, muere de forma temprana. Fue el único momento en el que Chagall dejó de pintar.

De 1917 es también La casa gris, donde el artista nos invita a viajar hasta su pueblo natal en esa especie de ensoñación que caracteriza casi toda su obra. No falta aquí uno de sus trabajos más conocidos, El violinista verde (1923 – 1924), elegida de hecho para el cartel anunciador de la muestra. En ella se nos presenta al músico como ese personaje bohemio y solitario que provisto de un solo objeto, el violín, sube al tejado para poder tocar sin molestar o quizás sin ser molestado. Al fondo, de nuevo, su pueblo, sobrevolado por uno de esos seres característicos del imaginario de Chagall. 

Imagen de la exposición ‘Chagall. Un grito de libertad’ en Fundación MAPFRE (Madrid). Foto: © Luis Domingo.

En 1922 abandona Rusia junto a Bella y su hija Ida. Inicialmente se instalan en Berlín, aunque pronto cambiarán la ciudad alemana por la capital francesa. En 1933, unos meses después del ascenso de Hitler al poder, el partido nacionalsocialista quema una de las obras de Chagall, El rabino. No será la única vez que le señalen y signifiquen.

La amenaza al pueblo judío, de la que el artista viene dando testimonio hace tiempo, empieza a ser cada vez más real y el ascenso del antisemitismo se cierne sobre él y su familia. Sus obras, con marcadas connotaciones políticas, reflejan esa amenaza e introduce elementos para crear confusión, jugar al despiste y evitar ser perseguido. Es el caso de Soledad, que se exhibió en París en 1940 bajo el título La vaca para no dar lugar a represalias. En ella se muestra a un rabino ausente y preocupado sosteniendo los rollos de la Torá.

Imagen de la exposición ‘Chagall. Un grito de libertad’ en Fundación MAPFRE (Madrid). Foto: © Luis Domingo.

Aunque Chagall se resiste a abandonar Francia, el curso de los acontecimientos le obligan a exiliarse en Estados Unidos. Llega a Nueva York en 1941 y allí coincide con otros artistas exiliados. Durante este período, sus obras muestran las atrocidades cometidas contra el pueblo judío. Sus crucifixiones y obras como el tríptico Resistencia, Resurrección y Liberación pertenecen a esta etapa.

Regreso

Volverá a Europa tres años después de acabar la Segunda Guerra Mundial y lo hará de nuevo a Francia, donde permanecerá hasta su muerte. En este tiempo realiza una serie de proyectos cuyo nexo común es la paz. Se muestran aquí algunos de ellos como el que realizó para las vidrieras del Hospital de Hadassah de Jerusalén (1962) y las de la sede de Naciones Unidas en Nueva York (1963-1964).

La muestra es una oportunidad para conocer hechos trascendentales de la historia contemporánea a través del que es considerado uno de los grandes artistas del siglo XX. Dotado de una imaginación desbordante, Chagall es capaz de hacernos soñar pero también de sentir el horror cercano, lo que nos lleva una vez más a reflexionar sobre nuestro presente.

El mercado del arte se desacelera tras dos años de crecimiento

Publicado por Carlos en En Artes Visuales,Mercado | Sin comentarios

Tras dos años de recuperación después de la pandemia, el mercado se contrajo el año pasado un 4%, pasando de 67.800 millones de dólares a 65.000 y volvió a situarse cerca de la cifra registrada en 2019 (64.400 millones) una vez ajustada la inflación.

Una de las razones principales de esta contracción es el descenso de las ventas en las obras de mayor precio, aquellas que están por encima de los 10 millones de dólares. El informe sitúa esta situación en «un contexto de aumento de los tipos de interés, inflación obstinadamente alta, guerras e inestabilidad política [que] se filtró en una compra más selectiva y cautelosa en la gama alta del mercado». Estas ventas de «gama alta» habían sido fundamentales para el crecimiento pospandémico experimentado en 2021 y 2022.

Valor de las ventas

Dirigido por Clare McAndrew, economista cultural y fundadora de Arts Economics [26], y coeditado por Art Basel y UBS, este documento se ha convertido en una guía indispensable para profesionales del mercado. Para su realización se ha encuestado a 1.600 galeristas y marchantes independientes y a más de 500 casas de subastas, analizando su volumen de negocio y la claves más relevantes de la evolución del sector.

 

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En EE.UU., tras alcanzar en 2022 un máximo histórico de 30.200 millones de dólares, el mercado experimentó una desaceleración, con un descenso del 10%, hasta los 27.200 millones, ligeramente por debajo de su nivel prepandémico. Pese a ello siguió siendo el centro de las ventas mundiales de obras de mayor precio, pero la contracción también se reflejó en una disminución de las ventas en este extremo superior del mercado.

China, liberada por fin de las ataduras de la COVID-19, superó a Reino Unido como segundo mercado mundial, con una cuota del 19%, mientras que Reino Unido retrocedió al tercer puesto, con una cuota del 17%.

Después de mostrar mucha resistencia a las intensas presiones económicas y políticas en 2021 y 2022, las ventas en Reino Unido disminuyeron un 8%, hasta los 10.900 millones de dólares en 2023. Pese a todo, el país sigue siendo un centro clave para las ventas de las obras de mayor precio. Pero la disminución de estas ventas de gama alta, junto al de las importaciones, contribuyeron a la caída de su mercado en 2023, dejando los valores un 11% por debajo de su nivel anterior a la pandemia (12.200 millones en 2019).

Francia se mantuvo como cuarto mercado, con un 7% de las ventas mundiales, mientras que la cuota de España fue del 1%, lo que nos sitúa en la octava posición global, compartida con Japón.

«Pesimismo esperanzador»

El mercado mundial del arte experimenta regularmente contracciones. Si se observa un gráfico de los últimos 15 años de crecimiento de las ventas por valor se observan caídas en 2020, 2019, 2016, 2015 y 2012, algunas mucho mayores que el descenso del 4% de 2023. Lo que distingue a este año, según McAndrew, es la «caída de las ventas de grandes entradas. La reserva de los grandes patrimonios en el extremo superior del gasto es más pronunciada que en otros años de caídas».

Clare McAndrew.

Sin embargo, las previsiones no son del todo pesimistas. De hecho, el volumen de comercio mundial aumentó en 2023: las galerías con un volumen de negocio inferior a 500.000 dólares registraron el mayor incremento de ventas, un 11%. Aunque esto sugiere buenas noticias para las galerías de nivel medio, que corren cada vez más el riesgo de ser absorbidas por empresas más grandes, McAndrew insiste en los peligrosos efectos del aumento de los costes al que se enfrentan los marchantes de todos los niveles.

Como en muchos otros sectores, este aumento de los costes fue el principal reto para las empresas de este mercado en 2023, y la rentabilidad se convirtió en una métrica más vigilada que las ventas. En 2024, la atención de muchas empresas ha pasado de la expansión rápida a toda costa a la búsqueda de formas de lograr un crecimiento sostenible, la rentabilidad y la estabilidad mientras siguen navegando por un futuro económico y político incierto.

Las ventas totales en línea, incluidas las realizadas directamente y a través de terceros, representaron el 23% de las ventas totales de los dealers en 2023, aumentando un 7% interanual y en línea con 2021. El mayor crecimiento se produjo en las ventas a través de los canales en línea y sitios web propios, que representaron el 20% en 2023, frente al 12% en 2022.

En general, el informe dibuja un panorama cauto pero no exento de esperanza. El 36% de los encuestados se mostraron optimistas sobre las ventas para este 2024, frente al 45% del año anterior, también hay que tener en cuenta el descenso previsto de los tipos de interés y el debilitamiento de la inflación.

Lo cierto es que 2023 subraya que los sectores del arte y el lujo no son inmunes a los cambios financieros, sociales o políticos perturbadores y, como subraya Noah Horowitz, CEO de Art Basel, este informe «revela tendencias decisivas y tendencias emergentes dentro del negocio global del arte a las que hay que estar muy atentos».

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El arte del insulto

Publicado por lopeziglesias en En Cine | Sin comentarios

Años 20. En la pequeña y cerrada localidad costera de Littlehampton, la devota Edith Swan (Olivia Colman), única hija de una más que conservadora familia, y otros habitantes de la localidad empiezan a recibir cartas escritas con un lenguaje tan excéntrico como obsceno. El anónimo remitente no se corta y demuestra una habilidad extrema a la hora de utilizar los más procaces, rebuscados y ofensivos insultos.  

Rápidamente las sospechas recaen sobre Rose Gooding (Jessie Buckley), una joven y desenfada vecina, que tampoco se corta a la hora de mostrar su abierta personalidad y que ve cómo su libertad y la custodia de su hija peligran debido a estas acusaciones.

Mientras las cartas siguen escandalizando a la población, la agente de policía Gladys Moss (Anjana Vasan) pondrá su ingenio a trabajar para resolver el misterio y atrapar al verdadero culpable de un embrollo que tiene patas arriba a toda la población.  

Bajo la dirección, tan ágil como el relato pide, de Sharrock, y guion del actor y escritor Jonny Sweet, protagonizan Pequeñas cartas indiscretas la ganadora de un Óscar y un Bafta Olivia Colman y Jessie Buckley. Completan el reparto Anjana Vasan, Timothy Spall, Joanna Scanlan, Hugh Skinner, Malachi Kirby y Gemma Jones.

Fue la propia Olivia Colman la que se puso en contacto con Jessie Buckley para que se uniera al proyecto y le envió el guion: «Quería que trabajásemos juntas y que compartiésemos escenas porque sabía que nos lo pasaríamos en grande, como así fue. No se me ocurría y sigo sin pensar en nadie mejor que Jessie para dar naturalidad al personaje y soltar todas esas palabrotas».

Por su parte, Buckley confesó que cuando leyó el guion se quedó impresionada. «Lo tuve clarísimo desde el principio. Quería participar en esta maravilla de filme. Es una historia tan llena de vida, tan humana y tan traviesa que sabía que me lo pasaría pipa. Es uno de los rodajes en los que me he divertido más».

Y para la realizadora de cine y teatro inglesa Thea Sharrock «trabajar con Colman y Buckley ha sido un placer. Son unas currantas, grandes profesionales, muy volcadas en su trabajo y con mucha experiencia a sus espaldas. Lo hacen todo fácil y eso se percibe en el resultado final».

Y el resultado ha logrado que esta pequeña/gran película se haya convertido en las primeras semanas de proyección en la comedia más taquillera de los últimos años en Reino Unido.

Pequeñas cartas indiscretas

Dirección: Thea Sharrock

Guion: Jonny Sweet

Intérpretes: Olivia Colman, Jessie Buckley, Timothy Spall, Anjana Vasan, Joanna Scanlan y Hugh Skinner

Reino Unido / 2023 / 102 minutos

DeAPlaneta

 

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El ladrón que amaba la belleza

Publicado por Carlos en En Artes Visuales,Libros,Patrimonio | Sin comentarios
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Entre 1994 y 2001, Breitwieser, junto con su novia, que actuaba como vigía, robó más de trescientos objetos en museos y catedrales de toda Europa, entre ellos cuadros de Pieter Brueghel el Joven, Antoine Watteau o François Boucher.

En este retrato de obsesión y genio imperfecto, Finkel adentra al lector en el extraño e increíble mundo de Breitwieser. A diferencia de la mayoría de los ladrones, él nunca robaba por dinero. Sustraía únicamente aquellas piezas que lo dejaban aturdido por su belleza y exponía sus tesoros en un par de habitaciones secretas donde podía admirarlos a su antojo.

Para un ávido coleccionista como él, los museos no eran más que prisiones para el arte. Dotado de una extraordinaria capacidad atlética y una habilidad innata para burlar prácticamente cualquier sistema de seguridad, consiguió realizar un número asombroso de audaces robos a plena luz del día, sin armas ni violencia alguna, con cautela e intuición, mientras su novia distraía a los guardias de seguridad.

Michael Finkel.
Michael Finkel.

Sin embargo, su extraño talento para conseguir no ser descubierto infraganti le generó un creciente desprecio por el riesgo y una necesidad adictiva de alcanzar sus objetivos, lo que le llevó a ignorar las súplicas de su pareja para que se detuviera, hasta que un último acto de arrogancia hizo que todo se desmoronara.

Con una narrativa cautivadora, emocionante hasta la última página, que mezcla el suspense de un thriller con un meticuloso relato criminal, Finkel sumerge al lector en la mente de Breitwieser, cuyas hazañas deslumbran al tiempo que desconciertan. La prosa envolvente guía a través de cada intrépido golpe, desde las maniobras en la Rubenshuis [29] hasta la transformación del desván materno en un espectacular museo clandestino.

Michael Finkel (1969) es autor de El extraño del bosque (Libros del Lince, 2017), un superventas internacional, y True Story, que fue adaptada en 2015 al cine en una película protagonizada por James Franco y Jonah Hill. Ha realizado reportajes en más de 50 países y escrito para National Geographic, GQ, Rolling Stone, Esquire, Vanity Fair, The Atlantic y The New York Times Magazine.


El ladrón de arte. Una historia real de obsesión y crímenes por amor a la belleza [28]. Michael Finkel. Traducción: Marta Rosa Pintor y Raquel Marqués García. Taurus. 264 páginas. 19,85 euros | 8,54 euros.

 

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«Hablo de la guerra civil como un fenómeno de expolio»

Publicado por Carlos en En Escritores,Libros | Sin comentarios

La de Millanes fue una de esas familias colonas que, a cambio de vivienda, tierras y algunos animales, cultivaron los campos, aportaron una parte al Estado y trataron también de obtener la propiedad de dichas tierras. A través de un largo monólogo el narrador cuenta a su pareja, con la que vive en Madrid, algo que le obsesiona desde que visitara, con un grupo de okupas y amigos nuevos, El Álamo, un pueblo de colonización que las autoridades franquistas crearon para resucitar el campo tras la guerra. Allí se le ‘aparecerá’ su bisabuelo, ese mismo que un día del verano de 1936 se esfumó sin dejar rastro, del que nadie parece querer nunca hablar y cuya verdadera andanza el lector descubrirá al final. Y esa ‘aparición’ la hará el bisabuelo en forma de zarza ardiente para darle un mensaje: «Trae hasta aquí a las hijas de mi hija». Hijas que son las tres tías del narrador y a las que debe convencer de que no está loco y que la misión es necesaria para completar la narrativa familiar.

Millanes lo ha vuelto a hacer y a la segunda era más difícil: sorprendió con su primera novela Tan jóvenes y la pena («recopilación de todo el ideario estético y político que tenía en ese momento») y resulta de nuevo pasmosa su capacidad para entregar otra obra que es a la vez arriesgada y accesible y que, en este caso, nace de su deseo de indagar en cuestiones tanto familiares como históricas. «Me interesaba mucho hablar de la propiedad. Empecé estudiando las ocupaciones del 36 de manera paralela a que iniciaba un proceso de investigación sobre la historia de mi bisabuelo, que fue un represaliado de la guerra. De alguna manera, estas dos investigaciones se fueron cruzando en el relato».

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En literatura como prácticamente en cualquier arte cuesta mucho encontrar un tema virgen o poco frecuentado. En cierto modo lo ha conseguido, ¿no?

Es una de las pocas novelas que abordan el fenómeno de los pueblos de colonización. En general, la literatura se ha centrado más en la idea de los pueblos que desaparecieron bajo los pantanos con la construcción de los embalses, lo que ha generado una idea más melancólica debido a lo que se perdió. No hay, por contra, tanta narrativa que se centre en qué sucede con estos pueblos de nueva creación; qué pasa con estas nuevas colectividades que se forman al poner a vivir juntas, sin tener una cultura común previa, a familias de diferentes lugares. Tampoco hay nada que ponga todo esto en diálogo con lo que supuso antes la guerra, con esta idea de que los pueblos de colonización fueron un plan que se ideó durante la dictadura franquista para dar respuesta a unos problemas que venían del conflicto del 36.

¿Siempre tuvo claro que acabaría hablando de los pueblos de colonización?

Es una idea que siempre he tenido presente por motivos obvios. Me gusta decir que somos hijas de los planes de regadío, porque de ahí surgimos. Al final, nuestras casas y nuestra historia familiar brotaron de allí. Siempre tuve en mente los pueblos de colonización, no solo como un fenómeno cultural, sino incluso estético. He pensado con frecuencia en ello. Cuando empecé a trabajar en las ocupaciones del 36, me di cuenta de que la historia familiar estaba conectada de alguna manera con los sucesos de la guerra.

¿Se puede hablar de cierto paralelismo entre la ocupación como emancipación social de 1936 en Extremadura y la okupación como movimiento actual que, marcado por el desempleo, busca retornar a esas zonas deshabitadas?

Es diferente la ocupación de 1936 y la okupación con k que se da en 2024, porque al final hay un planteamiento ideológico. Dicho esto, es interesante saber que antes de la guerra hubo unos planteamientos sociales que a día de hoy se han perdido, que no cabían en la dictadura y que tampoco se recuperaron en democracia. Había entonces un engranaje y un tejido social y sindical muy fuertes. Es posible que sean un faro no tanto para seguir ideas políticas pero sí para tratar de desarrollar nuevas propuestas que sean válidas para la actualidad.

En su familia hay figuras masculinas pero al llevarla al papel ha decidido dar más protagonismo a la femeninas. ¿Por qué?

Me doy cuenta de que en ésta y en la novela anterior hay efectivamente una ausencia de hombres en la estructura familiar. No es tanto porque no los haya en mi familia, sino porque creo en esta idea de la memoria familiar y la gestión de la familia a través de los cuidados que, fundamentalmente, se han dado en el terreno de las mujeres; además es con ellas con las que he compartido más tiempo. La figura masculina queda diluida, no tanto porque exista un matriarcado como porque la estructura de la familia termina estando configurada por aquellas mujeres que son las que siguen manteniendo el contacto entre sí.

La propiedad y su impacto en el entorno familiar es el tema principal de Paisaje nacional.

He escrito una historia que reflexiona sobre la familia y especialmente sobre la cuestión de la propiedad. Este tema ha estado presente desde el principio en cómo he ido planteando las diferentes tramas, desde la relación del narrador con su pareja María hasta los conflictos entre las tres hermanas entre sí y los otros dos hermanos; también cómo convive este grupo de teatreros con los que parte la novela y cómo se van desarrollando sus intentos por encontrar un lugar donde vivir todas juntas. La propiedad es el tema que ha estado marcándolo todo.

Millanes Rivas. Foto: Ángela Donoso.

Sentencia el narrador que el dinero siempre es “un cáncer silencioso en la familia”. ¿Es la propiedad o el dinero el principal factor de riesgo para que un día se vayan al traste incluso las familias más sólidas o mejor avenidas?

El dinero y el patrimonio terminan comprometiendo el amor que está gestado en estas relaciones familiares. Me interesaba explorar esto a través de la relación entre tía y sobrino. Cuando el valor que tenemos en la sociedad, y aquí incluyo la familia como una sociedad pequeña, está estipulado por la posesión y por lo que se tiene, entonces es normal que el dinero acabe teniendo ese papel tan determinante. Lo que pasa en esta familia es que quien va a tener acceso a la herencia material es quien se queda con el relato familiar.

La novela es también una reflexión sobre el pasado desde la perspectiva de alguien nacido en 1994. ¿Es bueno que las nuevas generaciones de escritores aporten una mirada propia, ofreciendo su visión de eventos históricos que pueden parecer ya demasiado lejanos en el tiempo como hicieron antes otros novelistas que tampoco vivieron aquella época?

Hay cosas que por muy lejanas que nos parezcan tienen una vigencia total. Cuando Javier Cercas escribió Soldados de Salamina lo había titulado así porque quería trasladar la idea de que para su generación la guerra era una cosa tan antigua como la batalla de Salamina. Mi generación no percibe la Guerra Civil como algo tan distante; al contrario, se entiende como algo que está afectando muy directamente al momento que vivimos, que es un momento de crisis identitaria, crisis cultural, crisis política… con la idea de que todo mana desde allí. De hecho, no creo que la guerra sea un tema resuelto, lo veo más bien como un proceso traumático que de alguna manera estamos heredando. Y me interesa cómo esta generación de bisnietas se interesa por aquella etapa con un lenguaje y una distancia nuevas, con planteamientos distintos a los ya conocidos.

Cuando en el libro se habla de la guerra se hace para recordar que sirvió -y le cito- “para matar a los trabajadores que ocuparon o apoyaron las ocupaciones, y para restaurar el orden anterior a la propiedad”. Recuerda esto a aquel final que le puso Fernando Fernán Gómez a su obra de teatro Las bicicletas son para el verano, cuando el padre protagonista le dice a su hijo que con la conclusión de la guerra no llega la paz, sino la victoria. ¿Tenía la intención de que este mensaje quedara claro en la novela?

Personalmente, me aburre mucho perpetuar esta idea de la Guerra Civil Española como una lucha fratricida, cainita, con las dos Españas matándose todo el rato. Coincido con las ideas del activista inglés del siglo XVII Gerrard Winstanley, mencionado en la novela, que afirmaba que igual que las leyes sirven para defender la propiedad las guerras sirven para poder decidir a quién pertenece la tierra. De alguna manera y de forma más o menos consciente, eso es lo que acabó sucediendo: tras la guerra llegó un nuevo estatus que marcó las siguientes décadas. Hablo de la guerra civil como un fenómeno de expolio más que como un hecho triste.

Hablando de ese carácter cainita que acaba de mencionar, en la novela hay un ejemplo de lo contrario: una historia de amor entre la hija de un asesino y el hijo de un asesinado. Aun así, ¿no cree que el horror de la guerra es aún más terrible en los pueblos, en lugares más pequeños, allí donde las rencillas personales y las envidias estallan más fácilmente que en la ciudad?

En las comunidades pequeñas se pueden sanar más fácilmente esos conflictos pero también es cierto que se puede perpetuar el silencio con mayor eficacia, que es lo que ocurre con el bisabuelo de la novela. Ese no saber qué pasó realmente con él durante tanto tiempo más allá de un par anécdotas que van pasando de generación en generación sin que nadie se pregunte nada.

En la novela hay una alusión, no expresa, a El ángel exterminador de Luis Buñuel y una cita a El grito de Antonioni. Hay pasajes y frases que recuerdan El extraño viaje de Fernán Gómez o Surcos de Nieves Conde. ¿Qué peso tiene el cine en su formación?

Estudié Comunicación Audiovisual porque el cine era, junto con la escritura, una de mis pasiones. El formato cinematográfico siempre me ha interesado mucho. Aunque no me dedico profesionalmente a ello, sigo recurriendo al cine a la hora de buscar y elaborar atmósferas específicas en mi trabajo. Películas como El ángel exterminador o El grito de Antonioni sirven como ejemplos y herramientas que pueden enriquecer la experiencia del lector.

Hay en cambio menos presencia de la música en Paisaje nacional. Hablaba de la copla en su anterior novela y además es integrante de una banda de queer punk, Campamento Chippewa. ¿Acaba escribiendo una novela más musical?

En este caso puedo contestar que rotundamente sí. Es algo que me interesa además como recurso que está puesto ahí porque el autor es consciente de que el lector de 2024 tiene a mano la posibilidad de escuchar de inmediato lo que ‘suena’ en el libro. Con un móvil cerca, tenemos la opción de completar la experiencia buscando y reproduciendo la canción citada. La música es un recurso que está en el cine y en el teatro porque es muy efectivo y hoy en día podemos incorporarlo más fácilmente a la literatura.

¿Qué autores de su generación le interesan?

Citaría a poetas como Aníbal Martín, Laura Casielles o María Sánchez, que además me interesan por los lugares desde los que están escribiendo. También desearía mencionar el trabajo de Brigitte Vasallo por los temas que aborda. Me gusta los asuntos que toca y cómo lo hace el novelista Munir Hachemi, autor de Cosas vivas y El árbol viene. O a Cristina Morales que tiene novelas muy distintas, pero todas con una impronta muy suya, con un lenguaje particular que lo vertebra todo.


Paisaje nacional [30]. Millanes Rivas. Editorial Alianza. 240 páginas. 17,57 euros

L’Internationale lanza su nueva plataforma digital

Publicado por Carlos en En Artes Visuales,Educación | Sin comentarios

Fundada en 2009, la confederación L’Internationale desarrolla su actividad a través de una variada programación (exposiciones, seminarios, escuelas, residencias, programas públicos), proyectos de investigación, publicaciones y comunicación. En 2014 se creó su plataforma web, que incluye contribuciones, recomendaciones de lectura, libros electrónicos gratuitos, editoriales, declaraciones, ensayos y artículos de investigadores, grupos de reflexión y universidades que forman parte de la organización, junto con académicos y profesionales invitados.

Ahora, el nuevo diseño de la plataforma digital permite buscar material por título, autor o hilo temático, incluidos los contenidos de los últimos 10 años y de los tres ejes del proyecto actual: la emergencia climática, las perspectivas decoloniales y las institucionalidades situadas. Todos los materiales se publican en versión original y en inglés, son de acceso gratuito y están disponibles para su descarga.

Esta nueva versión se ha desarrollado bajo la dirección de Nick Aikens, quien asumió el cargo de editor jefe y responsable de Investigación en agosto de 2023 como parte del proyecto Museo de los Comunes, cofinanciado por el programa Europa Creativa de la Unión Europea.

Aikens recuerda que L’Internationale ha crecido considerablemente en 2023, contando en la actualidad con 17 miembros, incluyendo instituciones culturales, académicas y organizaciones artísticas independientes, y considera que «la nueva plataforma es un recurso imprescindible en el proyecto de la confederación y su trabajo en pro del patrimonio común. Una herramienta para estudiantes, investigadores y la comunidad artística en un momento en el que necesitamos desesperadamente un pensamiento imaginativo y crítico para dar forma a mundos más justos y equitativos».

El equipo responsable del rediseño de L’Internationale Online lo forman, además de Nick Aikens, Anna Granqvist y Tove Posselt. El diseño gráfico es de Anja Groten, la interacción y el desarrollo técnico de Joel Gálvez, y la accesibilidad y el entorno del sitio web de Karl Moubarak. El Digital Ecology Institute ha participado como asesor en materia de ecología. El contenido de la plataforma se decide a través del Consejo Editorial de L’Internationale Online.

Por un nuevo modelo

Fundada en 2009, L’Internationale es una confederación europea de museos, organizaciones artísticas y universidades. Toma su nombre del himno obrero del siglo XIX compuesto por Eugène Pottier. La confederación aboga por un nuevo modelo internacionalista que cuestione la exclusividad y haga hincapié en el patrimonio común a través de archivos interconectados y enfoques dirigidos por los propios ciudadanos, fomentando la emancipación individual y colectiva.

En su configuración actual, L’Internationale aúna ocho importantes instituciones artísticas europeas: HKW (Berlín, Alemania), MSU (Zagreb, Croacia); Museo Reina Sofía (Madrid, España); MACBA (Barcelona, España); M HKA, (Amberes, Bélgica); MSN (Varsovia, Polonia), Salt (Estambul, Turquía), Van Abbemuseum (Eindhoven, Países Bajos), junto al Institute of Radical Imagination (Nápoles, Italia), tranzit.ro (Bucarest, Cluj y Iasi, Rumanía) y VCRC (Kiev, Ucrania).

Cuenta, además, con tres integrantes procedentes del mundo académico, HDK-Valand (Gotemburgo, Suecia), NCAD (Dublín, Irlanda) y ZRC SAZU (Liubliana, Eslovenia); así como tres asociaciones colaboradoras: IMMA (Dublín, Irlanda), MG+MSUM (Liubliana, Eslovenia) y WIELS (Forest, Bélgica).

Gérard Garouste, tan loco y peligroso como buena gente

Publicado por Carlos en En Arte,Biografía | Sin comentarios

Garouste, con el apoyo de Judith Perrignon en la construcción del relato, nos habla de sus terribles problemas de salud mental por culpa de la depresión y el trastorno bipolar, de lo realmente peligroso que puede volverse cuando tiene un brote si no recibe a tiempo ayuda profesional; nos habla también de estar casado con una judía y de ser hijo de un despreciable antisemita. Otra vez el padre, maltratador e irascible hasta el final. De él escribe: “Quiso pelear. Se acercó a mí apretando los puños, tenía ochenta y dos años. Pinté esa escena. Es uno de los escasos cuadros que no he vendido. Nunca podré librarme de mi padre”.

Son páginas hermosas las que dedica a los años felices de infancia en que vivió con sus tíos, tan peculiares, en la Borgoña (“mi verdadero refugio”) entre personajes igualmente pintorescos, “en un mundo detenido en el tiempo, donde la electricidad seguía siendo antojadiza” y donde aprendió el valor de un mundo alejado de las apariencias. Y del Edén borgoñés al triste internado de niños ricos pero en el que hizo amistades para toda la vida con futuras personalidades como el novelista y Premio Nobel Patrick Modiano. Y de ahí a una Academia privada en la que conocería a su mujer Elisabeth, a la que está dedicado el libro.

Miedo a estar en el mundo

“El delirio me había convertido en una bomba humana. El delirio es una huida, un miedo cerval a estar en el mundo”. También nos dirá que el delirio es una forma de arrojarse al vacío cuando se tiene miedo al vacío. De todo ello habla abiertamente en el capítulo más duro del libro cuando recrea al detalle -porque asegura recordarlo con nitidez- su primer brote psicótico grave. La cosa empezó abandonando, sin avisar a nadie y con su mujer embarazada, la casa de unos amigos en vacaciones para acabar en un furgón atado con correas de cuero y un ingreso hospitalario de mes y medio en uno de los varios centros en los que estuvo más de una vez. Porque a nuestro hombre las emociones fuertes le están vedadas. La felicidad plena o el enfado excesivo pueden ser el prólogo a un episodio atroz. Y cuando eso pasa, a su esposa le queda entonces la duda de si está a tiempo de avisar al médico o si ya resulta más seguro marcar directamente el número de la policía.

No es Garouste uno de esos artistas convencidos de que la enfermedad mental puede ser un buen estímulo para la creación artística. Rendido admirador de la pintura española, así lo expone: “El ideal de pintor no es Van Gogh; si éste no hubiera puesto fin a su vida, habría realizado cuadros aún más extraordinarios. El ideal es Velázquez o Picasso, que construyeron una obra y una vida al mismo tiempo. ¿Por qué no tendría el artista derecho al equilibrio?”. Habitando él en el infierno, su padre por una vez acierta: irá a verle y le dirá “piensa en tus hijos, piensa Guillaume y Olivier”.

La autobiografía da cuenta asimismo de su primera exposición en Nueva York en 1983 y de su relación, como nuevo protegido, con el legendario marchante de arte Leo Castelli, un nombre asociado a la irrupción de los Kandinsky, Pollock o Warhol. El intranquilo es un libro sabio en el que va desperdigando sus ideas sobre el arte, incluido el suyo, y sobre qué se puede hacer a estas alturas después de Picasso o de Duchamp. Asegura ser consciente de que el arte no puede salvar el mundo pero sí despertar el amor propio, como le pasó justamente a él. Con esa idea puso en marcha, hace tres décadas, su proyecto más querido, La Source [31], para ayudar a través del arte a niños con situaciones familiares complicadas.

El intranquilo [32]

Autorretrato de un pintor, de un hijo, de un loco

Gérard Garouste con Judith Perrignon

Traducción: Iballa López Hernández

Editorial Errata Naturae

192 páginas

19,50 euros