Margaret Bourke-White (1904-1971), al igual que otras fotógrafas, escritoras, artistas y editoras contemporáneas como Lee Miller, Gertrude Stein, Claude Cahun, Djurna Barnes, Silvia Beach y Adrienne Monnier, irrumpieron en el mundo profesional y se convirtieron en faros de la liberación de la mujer. Bourke-White, como sus compatriotas Dorothea Lange, Giorgia O’Keefe o Imogen Cunningham, desbrozó el camino a la revolución en pos de los derechos de la mujer que se produciría décadas más tarde.

Bourke-White está considerada como una de las primeras fotoperiodistas de la historia de la fotografía. Desde sus comienzos en Cleveland, donde fotografió las fundiciones de acero, su carrera se convirtió en una lucha por retratar con su cámara los acontecimientos más importantes de su tiempo. Ni su vida ni su carrera fueron producto del azar, como ella misma señala en una entrevista realizada en 1960: «Todo había sido cuidadosamente proyectado».

Hechos históricos

Su cámara registró los mayores hechos históricos del siglo XX merced a su infatigable deseo de ser testigo de los acontecimientos en el momento mismo en que estaban ocurriendo. Recorrió los asolados paisajes de su país en plena sequía de 1934; Moscú durante la invasión alemana en 1941; participó en una misión de bombardeo en 1943; entró con los aliados en el campo de concentración de Buchenwald en la Segunda Guerra Mundial y presenció en India los momentos cruciales de la lucha por la independencia.  Nunca dejó la primera línea y sus imágenes recorrieron el mundo a través de las revistas Fortune y Life, para las que trabajó durante años.

El volumen ha sido editado con motivo de la exposición del mismo nombre coproducida por La Fábrica, Martin Gropius Bau de Berlín, Preus Museum de Oslo, Fotomuseum Den Haag de Holanda y la Universidad de Syracusa de Estados Unidos. La muestra puede visitarse actualmente y hasta el 14 de abril en la Martin Gropius Bau.

Testigo de excepción

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Margaret Bourke-Whote nació en el Bronx de Nueva York. Su padre, judío de origen polaco, creía en la educación igualitaria y su madre le inculcó en valor de la superación. Se formó en herpetología en la Universidad de Columbia, donde también se matriculó en arte. Su vocación como fotógrafa nace en la escuela de fotografía de Clarence H. White y sus primeros trabajos se centran en la fotografía arquitectónica, captando las fundiciones de acero de Cleveland. Estos trabajos la dan a conocer y la revista Time la contrata para el lanzamiento de la revista Fortune, posteriormente trabajaría para el New York Times Magazine y Life. Esta última la envía a Europa en 1938 para cubrir la tensión previa al estallido de la Segunda Guerra Mundial.

En 1941 viaja a la Unión Soviética –donde ya había estado en 1931– y cubre el bombardeo alemán de Moscú. En 1943, la revista le publica en portada un retrato de Stalin y, ese mismo año, cubre una misión de bombardeo en el norte de África. En 1944 cubre la campaña italiana y en 1945 fue testigo excepcional de la liberación del campo de concentración de Buchenwald, liderada por Patton, el libro que publicó a raíz de este acontecimiento, Querida patria, descansa en paz, sirvió como prueba en los juicios de Núremberg.

En 1948 recibe el doctorado Honoris Causa en Letras por la Universidad de Rutgers y en 1951 el de la Universidad de Michigan. Terminada la guerra viaja a India, donde fotografía la campaña de la no violencia de Gandhi, fotografía la crueldad del Apartheid en Sudáfrica, la guerra de Corea… hasta que a finales de los 50 tiene que abandonar la fotografía por una enfermedad neurológica. Margaret Bourke-White falleció a los 65 años de edad.

 

Margaret Bourke-White. Momentos de la historia

La Fábrica

191 páginas. 22 x 26 cm.

PVP. 40 euros