Con su fotografía en blanco y negro, Cidoncha ofrece el más fidedigno retrato del músico de jazz en su elemento y más allá de los convencionalismos. Desde los años 90 hasta nuestros días, el libro reúne fotografías inéditas de mitos del jazz como Art Farmer, Kenny Barron, Benny Carter, Lionel Hampton, Casandra Wilson o Joe Lovano, entre más de 150 músicos.

Un viaje

La cámara recorre los escenarios donde el jazz cobra vida cada noche: Nueva York, Nueva Orleans, Newport, Copenhague, Berlín, Roma, Londres, París, Ámsterdam, Barcelona, Madrid, Valencia, San Sebastián… Un viaje al interior del complejo y fascinante mundo del jazz que contiene también textos de Antonio Muñoz Molina, Wadada Leo Smith, Chema García Martínez y José María Díaz-Maroto.

Esther Cidoncha reúne en este volumen 180 instantáneas, ordenadas en orden cronológico, realizadas entre 1990 y 2014. Su objetivo está presente sobre el escenario, pero también durante la imprescindible prueba de sonido antes del concierto o en la intimidad del camerino. Los músicos son para ella una fuente de inspiración continua y sus retratos son el producto de la fascinación que siente por el músico de jazz y su entorno.

Fotos sonoras

Barry Harris 1991. © Esther Cidoncha

Barry Harris 1991. © Esther Cidoncha.

«El buen fotógrafo de jazz es el que retrata la condición entre profetas solitarios y jornaleros cumplidores de los músicos, entre visionarios y marginales, asentados magníficamente en el dominio del oficio y en el placer a la vez individual y colectivo de la música y a la vez transeúntes sin pausa, gastados por los viajes, un poco perdidos en teatros o clubes en los que quizás actuarán una sola noche, en ciudades de las que raramente llegan a ver algo más que un hotel a deshoras y un local con camerinos casi siempre mediocres», escribe Antonio Muñoz Molina en el texto Fotos sonoras.

«Observando ahora las bellas fotografías que Esther Cidoncha nos ofrece en este libro veo una conexión real entre el ayer y el mañana, los viejos músicos y los nuevos. Puedo reconocerme en ellas, pero no me veo como yo, porque la fotografía transforma la realidad en otra cosa. Quizá sea eso lo que llamamos arte. Miro una imagen de mí mismo, pero controlada por la artista que ha trabajado con ella, de modo que la veo estrictamente como una imagen; no soy yo realmente, aunque se parece a mí. Digámoslo así: la imagen sobre el escenario soy yo, pero no llego a ser yo. Definitivamente, yo soy la foto. Hay dos realidades», afirma el trompetista Wadada Leo Smith en el texto introductorio Una experiencia viva.

portada

 

When Lights are Low. Retratos de Jazz
Esther Cidoncha
La Fábrica
232 p
39 euros