Lujosamente editado y con más de un centenar de ilustraciones de obras realizadas por los principales artistas de finales del siglo XVIII y principios del XIX, esta obra es un atractivo resumen de los acontecimientos que sumieron a España en la Guerra de la Independencia, las consecuencias de la contienda y sus principales protagonistas. Para Fusi, las principales consecuencias de aquel período fueron una «formidable crisis de Estado; una guerra devastadora, y el colapso del poder de España en América que provocó el comienzo de la independencia de América».

¿Arte puramente español?

Para comenzar el relato, Fusi parte del clima literario, estético y político de la España de finales del siglo XVIII en contraposición con el nuevo escenario europeo derivado de la Revolución Francesa y explica cómo España pasó de ser una Monarquía estable, con un gran imperio colonial, a un país europeo de segundo orden que deja de contar internacionalmente a partir de 1815.

La mirada de Calvo Serraller intenta responder a la pregunta sobre la existencia o no de un arte puramente español vinculado a este período. Después, se adentra en el papel jugado por los pintores españoles y se detiene, finalmente, en el omnipresente Goya. «Gracias a esos artistas tenemos los rostros de los protagonistas históricos. Conocemos las caras de los integrantes de la monarquía, de los nobles, de los militares, de la gente del pueblo. Goya pinta la guerra por arriba y por abajo. Y no es cierto, como mantienen algunos, que no toma partido. La serie de Los desastres de la guerra es un alegato casi insuperable contra los horrores de la guerra».

 

Doble visión, comprensión global de una época

Hay períodos en los que se condensan los cambios que pulverizan un paradigma histórico para dar lugar a uno nuevo. Uno de estos períodos en la historia de España tuvo lugar, aproximadamente, entre los años 1788 y 1840, cuando la estructura sociopolítica del país se transformó radicalmente, y el panorama artístico inició una nueva fase (tanto en la creación como, casi más importante, en la percepción que se tiene del arte español). Por la independencia traza un doble recorrido (histórico y artístico) por el convulso periodo que lleva a España desde las tranquilas aguas de la Ilustración de Carlos IV, en el último cuarto del siglo XVIII, hasta la época isabelina.

El enfoque dual de esta obra se articula de modo que ambas disciplinas no quedan aisladas, sino que trazan un diálogo en el que se hacen patentes la influencia de la historia en la evolución del gusto estético -y en la trayectoria artística de pintores como Goya-, y el hecho de que la creación artística traza pautas, criterios y sensibilidades que orientan el devenir histórico de España. Por ello los cuatro capítulos centrados en historia y los cuatro capítulos referentes a la pintura mantienen entre sí relaciones dialécticas: los procesos y sucesos históricos contextualizan las creaciones artísticas, y viceversa. Arte e historia resultan, pues, inseparables, y juntos permiten una comprensión global de la época.