La donación está compuesta por tres largas cartas fechadas el 5 de diciembre de 1959, el 15 de abril de 1960 y el 12 de diciembre de 1960, todas mecanoscritas, con anotaciones manuscritas y autógrafas y que suman un total de 14 hojas.

En ellas, la escritora le habla a su amiga de su llegada a Nueva York; de sus impresiones sobre la ciudad; de algunos lugares característicos, como Central Park; de la moda que se lleva, etc., así como de su hijo Carlos y de su marido, el pintor Timoteo Pérez Rubio (Timo), y de otros amigos comunes. Las cartas escritas con un tono intimista dejan ver la soledad en un país extraño y la añoranza de Chacel por Buenos Aires.

Esta donación enriquece la obra que la Biblioteca Nacional conserva de la autora, que cuenta entre sus fondos con ocho cartas enviadas por ella a Guillermo de la Torre, así como con algunos epistolarios editados, entre los que se pueden destacar Cartas a Rosa Chacel y De mar a mar: epistolario Rosa Chacel-Ana María Moix, ambos con introducción y notas de Ana Rodríguez-Fischer.

Una Sinsombrero

Rosa Chacel fue una de las representantes de la Generación del 27. Nacida en Valladolid en 1898, formó parte de Las Sinsombrero, un grupo de mujeres intelectuales que en los años 20 estaban a la sombra de sus colegas varones y que han sido llamadas así porque desafiaron su destino pasando por la Puerta del Sol de Madrid sin cubrir la cabeza, como era norma social de la época.

Con su obra, Chacel supo retratar con perspicacia a la mujer de su tiempo. Novelista, ensayista y articulista, publicó numerosas obras en el exilio y encarna a una de las autoras más importantes de la literatura española.