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El libro de viajes de Paul Bowles

Viajero que tuvo siempre una particularísima mirada sobre los territorios que recorría. «Mientras el turista, por lo general, regresa a casa al cabo de algunos meses o semanas, el viajero, que no pertenece más a un lugar que al siguiente, se desplaza con lentitud durante años de un punto a otro de la tierra [yo añadiría y de su alma]. El turista acepta su propia civilización sin cuestionarla y el viajero la compara con las otras y rechaza los aspectos que no le gustan», escribió.

Puerta de entrada

Los textos del libro que ve la luz ahora fueron en su momento publicados en revistas y periódicos, objeto central de conferencias o, simplemente, permanecido inéditos, como 17 Quai Voltaire y Paul Bowles, su vida. Galaxia Gutenberg los publica como puerta de entrada a la recuperación de cinco de las obras esenciales de uno de los más emblemáticos narradores estadounidenses del pasado siglo.  

Los países y ciudades que protagonizan estos relatos evidencian las preferencias de Bowles a la hora de buscar formas de estar, trasladarse y vivir. Los países del Magreb, con Tánger como centro, donde residió durante 52 años, el Sáhara, España y Francia, la India y Ceilán (hoy Sri Lanka), pero también Tailandia, Estambul, Kenia, México y Costa Rica son vividos y relatados por Bowles en una prosa impecable que se apoya en distintos formatos.

Los más de cuarenta textos que conforman este volumen se completan con fotos de su archivo personal tomadas durante sus trayectos y una introducción de Paul Theroux.

Tánger como destino

Haciéndose eco del consejo de Gertrude Stein, que le sugirió que buscase refugio en el sur, el dilatado viaje existencial de Paul Bowles encontró destino en Tánger, la ciudad marroquí en la que fijó residencia durante 52 años y en la que murió cuando estaba a punto de cumplir los 90.

Había llegado hasta allí en 1947 en compañía de la que desde 1937 era su esposa, la también escritora Jame Auer, tras un largo periplo por Asia y América Central. Formaban una pareja atípica que vivía en apartamentos separados y estuvo siempre abierta a otras relaciones paralelas. Jane, que moriría en Tánger en 1973, está enterrada en Málaga.

También músico

Nacido el penúltimo día de diciembre de 1910, Bowles tuvo en la música su primera vocación. Tras pasar por la Universidad de Virginia se trasladó a Nueva York con el propósito de convertirse en músico. Allí se formó con Aaron Coopland, y escribió la música para piezas teatrales de Tennessee Williams y William Saroyan. En París estudió con Nadine Boulanger. De allí saltaría a principio de los años 30 a Granada con el objetivo de conocer y aprender de Manuel de Falla, al que consideraba uno de los grandes músicos contemporáneos.

Bowles, que nunca abandonaría la composición, es autor de dos óperas y de bandas sonoras para el cine, entre ellas las de películas de Orson Welles. En la década de los 40 incluso puso música a un libreto de Federico García Lorca. Su particular lenguaje musical tiene en el del jazz y en los ritmos étnicos, –mexicanos, africanos y marroquíes fundamentalmente–, buena parte de su inspiración.

Durante una parte importante de su vida compaginó su labor como creador con la de crítico musical del Herald Tribune.

 

Nómada

Paul Bowles se autocalificaba “nómada”, aunque como queda apuntado, una parte sustancial de su existencia transcurrió en Tánger, en donde falleció y de donde, sobre todo en los últimos años, le costaba mucho salir, entre otras razones por su profunda aversión al avión.

Sin embargo tuvo que hacerlo en no pocas ocasiones, como cuando viajó a Madrid en 1995 para presentar ante sus seguidores españoles sus composiciones musicales o cuando voló a Nueva York para asistir al estreno de una de sus partituras en el Lincoln Center. A Nueva York volvería al final de su vida para recibir atención médica.

Autor de cinco novelas, más de 60 relatos y libros de viajes, en su autobiografía Sin parar. Memorias de un nómada, publicada en 1972, narra sus encuentros con gente tan diversa como Gertrude Stein, Aaron Copland, Djuna Barnes, Kurt Schwitters, Truman Capote, William S. Burroughs o Patricia Highsmith.

Su obra de ficción incluye El cielo protector, llevada al cine por Bernardo Bertolucci, –una adaptación que el escritor nunca aprobó–, Por encima del mundo, La casa de la araña, Déjala que caiga y Muy lejos de casa, ilustrada con acuarelas de Miquel Barceló. Todas ellas serán publicadas próximamente por Galaxia Gutenberg.

Sus relatos, que constituyen también parte sustancial de su obra, se integran en colecciones como Palabras ingratas, El tiempo de la amistad y Cuentos escogidos.

 

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Desafío a la identidad. Viajes 1950-1993 [2]
Paul Bowles
Traducción: Nicole d’Amonville Alegría
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores
576 p

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