“Declarada, por desgracia, la guerra […] el Gobierno de Su Majestad se cree en el deber de ordenar la más estricta neutralidad a los súbditos españoles”. Con estas palabras, La Gaceta de Madrid, por entonces boletín oficial del Estado, proclamaba la neutralidad española en la Primera Guerra Mundial el 7 de agosto de 1914, solo 10 días después de declararse. Alfonso XIII declaró fuera de la ley a todo aquel que realizara abiertamente proselitismo en favor de alguno de los bandos contendientes.

Sin embargo, la medida fue considerablemente ineficaz, puesto que la opinión pública se fracturó en diversas corrientes que llenaron de tensión el espacio público. Los cines cerraban para evitar peleas. Los intelectuales se enzarzaban en polémicas insólitas, de una violencia inusitada. Algunos políticos y escritores fueron agredidos en la calle repetidas veces.

19141914. Aliadófilos y germanófilos en la cultura española
Andreu Navarra Ordoño
Cátedra
256 p
18,00 euros
e-pub: 13,99 euros