Quien desee acercarse a Kurosawa encontrará en No lo comprendo, no lo comprendo historias sobre su niñez, su adolescencia, sobre su hermano mayor, sobre sus inicios en la industria cinematográfica. No hay división entre su vida personal y su vida profesional porque para Kurosawa todo era cine.

Kurosawa echa mano de su memoria y habla con franqueza tanto de lo que consiguió como de lo que se le escapó. La misma sencillez que parece desprender cuando explica algunos de los capítulos más importantes de la historia del siglo XX que vivió, como la guerra: «Opinábamos que sería un desastre si Japón vencía en la guerra, si aquellos militares incompetentes seguían en el poder».

Aunque Richie, Oshima y García Márquez propongan temas y aclaren datos, es Akira Kurosawa quien se muestra a sí mismo en las más de 100 páginas de entrevistas del volumen. En la última conversación, el Nobel colombiano apela a su amistad con el director y aborda con él la Segunda Guerra Mundial y las consecuencias de la bomba atómica en el Japón del siglo XX. «Ninguna guerra es buena para nadie», dice García Márquez. «Lo que ocurre es que cuando se empieza a disparar, incluso Cristo y los ángeles pueden vestir de uniforme y se transforman en jefes militares del Estado Mayor de la Defensa», contesta Kurosawa.

Quien desee acercarse a las películas del japonés tiene en No lo comprendo, no lo comprendo un interesante repaso hecho por el propio director a las películas que dirigió hasta 1961. Los comentarios se acercan a cada una de ellas de una forma distinta. En unos, lo más importante es la técnica empleada para filmar y, en otros, lo destacable es cómo esa película fue acogida por la crítica y la audiencia. Todos ellos son una interesante lectura que complementa las obras maestras (y las que no lo fueron tanto, según él mismo) que firmó.

 

Kurosawa habla de su cine

El ángel ebrio (1948)
«Percibí que era mi película y que la estaba haciendo yo mismo y ningún otro. En parte se lo debo a [el actor Toshiro] Mifune».

Rashomon (1950)
«Lo que más me sorprendió de la película fue el trabajo de cámara (…). Vi las tomas del primer día y las aprecié. Eran perfectas».

El idiota (1951)
«Se ha dicho que esta película fue un fracaso. No lo creo. Al menos es entretenida».

Vivir (1952)
«Que recuerde, lo mejor de toda la película es la larga secuencia final».

Trono de sangre (1957)
«Intenté mostrarlo todo con planos generales. Los japoneses casi nunca utilizan este sistema y recuerdo la confusión de mi equipo al oír las instrucciones. En ese sentido se puede decir que era una película experimental».

Los bajos fondos (1957)
«No tuvo éxito. Toshiro Mifune estaba perfectamente construido pero tiene una presencia excesiva, no pudo impedir que su personalidad impregnara la película».

La fortaleza escondida (1958)
«No importa lo duro que fue rodar esta película, pues fue un enorme éxito».

Los canallas duermen en paz (1960)
«Me decidí por algo que tuviese que ver con la corrupción. Mientras la rodábamos me di cuenta de que no era lo que queríamos. Y esto se debía, simplemente, a que no éramos lo suficientemente explícitos».

Yojimbo (1961)
«Durante mucho tiempo sentí la necesidad de rodar una película realmente profunda. Y, finalmente, la encontré».

 

 

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No lo comprendo, no lo comprendo
Entrevistas: Donald Richie, Nagisa Oshima y Gabriel García Márquez con Akira Kurosawa
Traducción: Alfonso Fornieles Ten y José Jesús Fornieles Alférez
Editorial Confluencias
112 páginas
12 euros