Pocos debates han agitado tanto la vida política española de las últimas décadas como el que tiene que ver con el problema de la nación, España nación de naciones, Estado plurinacional… Una interminable polémica en la que tópicos y creencias han ocupado casi siempre el lugar de los argumentos y las ideas.

Las naciones no son realidades objetivas intemporales, sino construcciones imaginarias de origen relativamente reciente, en realidad poco más que la fe en un relato. El Estado-nación, uno de los grandes artefactos de la modernidad, es una construcción política en cuanto Estado, pero cultural en cuanto nación.

«No tiene porvenir de gloria la mísera generación que desdeña los recuerdos gloriosos de sus padres, ni será nunca nacionalidad independiente aquella que funda sus tradiciones en el enojo unas veces, y otras en la compasión afrentosa de otros pueblos». Con esa cita de Antonio Cánovas del Castillo se abre España imaginada, cuyo eje discursivo lo constituyen las decenas de imágenes, cuadros de historia, propiciadas y tuteladas por el Estado, con las que se construyó un relato iconográfico, de una cierta belleza poética, que (de)mostraba la existencia de una nación intemporal cuyo origen se perdía en la noche de los tiempos.

Epopeya colectiva

No se trata de un libro de historia del arte, sino de historia política en el sentido más estricto del término. Las imágenes se utilizan no como objetos estéticos susceptibles de explicación, sino como vestigios de un complejo proceso político que permitió transitar de un Estado-imperio a un Estado-nación, uno de los fenómenos más fascinantes y revolucionarios del nacimiento de la modernidad.

Como concluye Pérez Vejo: «A lo largo de poco menos de un siglo, el XIX, los pintores españoles, patrocinados y tutelados por el Estado, imaginaron, en el doble sentido de pensar y de dar imágenes, la historia de la nación como una gran epopeya colectiva. Una especie de drama romántico en el que una heroína llamada España sufría y gozaba, con momentos de gloria y decadencia».

El libro analiza, entre otras, obras de Alejo Vera y Estaca, Eduardo Rosales, Antonio Muñoz Degrain, Luis de Madrazo, José Moreno Carbonero, José Casado del Alisal, Dióscoro Teófilo Puebla, Francisco Pradilla, Antonio Gisbert, Francisco Javier Amérigo y Vicente Palmaroli.

«Imaginaron España», apostilla, «y con ello dieron respuesta a uno de los retos más acuciantes del nacimiento de la modernidad política: definir un nuevo sujeto de soberanía capaz de legitimar un poder que ya no se podía ejercer por la gracia de Dios, sino en nombre de la nación».

GALAXIA-GUTENBERG-ESPAÑA-IMAGINADA-PEREZ-VEJOEspaña imaginada
Historia de la invención de una nación
Tomás Pérez Vejo
Galaxia Gutenberg
616 páginas
19,90 euros