Marta Miralles, una brillante restauradora de pintura flamenca, accede a restaurar un antiguo lienzo sin catalogar perteneciente a una familia propietaria de una de las casas de subastas más prestigiosas de Europa. Cuando Marta acepta el encargo, vuelve a reencontrarse con algunos de los fantasmas de su pasado, como su primer amor, y aquel otro de la que se quedó enganchada para siempre.

Pronto, la vida de todos terminará por fundirse con los avatares de ese misterioso lienzo y con la obsesión de Marta por el famoso maestro Vermeer y su obra.

El diálogo

Saltando en el tiempo y en la historia, el libro nos transporta a los Países Bajos, a Delf, la ciudad del maestro, en el año 1675, cinco años después de su muerte, para escuchar el diálogo entre su hija y su esposa:

“—El panadero no nos fiará más. Ha accedido a llevarse el cuadro que queda en el estudio para terminar de saldar nuestra cuenta. Llevamos casi dos años sin pagarle.

—¿No podías haber buscado otra solución? —La boca de su madre se contrajo en una mueca—. Ya le has entregado uno y sabes que ese lienzo era uno de sus favoritos. Él habría hecho cualquier cosa antes de verlo colgado en la pared del salón de un…

—Si hubiera hecho lo suficiente, no me vería obligada a tener que hacerlo yo ahora.”

Cobra intensidad este texto de historias hábilmente ensambladas e inesperado final, a medida que discurren capítulos de explícito encabezamiento: Blanco de plomo. Rojo ocre. Amarillo de India y Azul ultramar.

Azul. Azul ultramar. El azul como constante. El azul que atesora el lapislázuli. El azul de los ojos del viejo maestro. El azul de Vermeer.

 

Azul

 

 

Azul Vermeer
Mar Mella
mr ediciones martínez roca
441 páginas
20,90 euros. Libro electrónico: 9,99 euros