Con la llegada del año 2017, la BNE presenta su trabajo de selección y digitalización de la obra de los autores que fallecieron durante este trágico año y que ahora puede ser difundida libremente, en virtud de la Ley de Propiedad Intelectual. Para ello ha contado con el asesoramiento de José Carlos Mainer, catedrático de la Universidad de Zaragoza, que ha señalado que “el recuerdo de la Guerra Civil debe hacer presente lo que la contienda tuvo de catástrofe cultural, al margen de identificaciones retrospectivas con sus actores. En el crispado clima internacional de los años treinta, la guerra española fue, entre otras cosas, una sangrienta confrontación de simbologías culturales antagónicas que preconizaba su mutua destrucción”.

Según Mainer, “recordar el elenco de los muertos de los primeros seis meses de la guerra civil nos acerca a los términos de una tragedia que se prolongó por dos años y medio más y que, en la España dominada por Franco, no cesó de incrementar después de 1939 el censo de condenas a muerte, persecuciones, depuraciones y encarcelamientos por motivos ideológicos”.

La BNE lleva varios años digitalizando la obra de los autores que entran a formar parte del dominio público. En esta ocasión, su número aumenta considerablemente debido a las numerosas muertes violentas que se produjeron durante el primer año de la guerra. Entre ellos se encuentran autores cuya obra es hoy muy conocida como Lorca, Unamuno, Valle-Inclán, Ramiro de Maeztu o Muñoz Seca y otros que, por diferentes motivos, han caído en un relativo olvido como Ramón Acín, Ciges Aparicio, Cotarelo y Mori, Torres Quevedo, Eugenio Noel y muchos otros.

La BNE ha digitalizado la obra de gran parte de estos autores más desconocidos pero cuya aportación es clave para obtener un panorama completo del ambiente cultural del momento. Además de ofrecer la obra de estos autores digitalizada, a lo largo de 2017 la BNE presentará un portal dedicado a escritores relacionados con la literatura española en el que habrá un espacio dedicado a los autores fallecidos en 1936 y en el que se ofrecerá una breve semblanza de la vida y obra de los mismos con el fin de poner de relieve las singularidades de cada uno de ellos.

70 y 80 años después

En España, la ley establece un plazo de 70 años desde la muerte de un autor para su paso al dominio público. Desde el 1 de enero del año siguiente, cualquiera puede usar sus obras, a condición de respetar el derecho moral y la autoría. Sin embargo, este sistema, similar al existente en la mayoría de países de nuestro entorno, rige solo para las muertes posteriores al 7 de diciembre de 1987, cuando se reformó la Ley de Propiedad Intelectual. Los autores fallecidos antes están sujetos a la normativa de 1879: sus derechos caducan 80 años y un día después de su fallecimiento.