El congreso ‘Un lugar llamado Carmen Martín Gaite’, que se clausurará este viernes 26 de abril, ha sido impulsado por la hermana de la escritora, Ana, quien se encarga de proteger y difundir el legado de la autora de Caperucita en Manhattan o Entre visillos. Ana Martín Gaite está trabajando para que la casa familiar de El Boalo, donde se guarda la biblioteca de la escritora, se convierta en un ‘Centro de estudio de la generación de los 50’.

José-Carlos Mainer, José María Pozuelo Yvancos, Maria Vittoria Calvi, Domingo Ródenas de Moya, Elide Pittarello, María Dolores Albiac Blanco y Ana Garriga Espino han participado en las sesiones de este congreso. El viernes 26 de abril, Joan L. Brown, de la Universidad de Delaware, ofrecerá una conferencia sobre los años americanos de Martín Gaite. Roberta Johnson, de la Universidad de Kansas, hablará de las relaciones entre la escritoria y María Zambrano.

Clausura

El título de la conferencia de Ángeles Encinar será ‘Ventanas al mundo americano en Cuaderno de todo’. Y Soledad Fox Maura, del Williams College, analizará los espacios femeninos en la obra de Martín Gaite.

Para la sesión de tarde del viernes está anunciada la conferencia de Emilio Williams ‘La teatralidad de Carmen Martín Gaite’. Las jornadas se clausurarán con una mesa redonda en la que participarán los escritores Rafael Chirbes, Manuel Longares, Belén Gopegui y Soledad Puértolas. La editorial Siruela publicará las actas de este congreso.

‘¿Qué haré para estrellar todo lo que me bulle?’

Martín Gaite escribiendoEl Boalo, 31 de julio [de 1964]

«Pero ahora no puedo reposar en nada de lo que escribo […] Todo lo escrito no puedo verlo más que como retazos, tentativas que no hacen sino acuciar mi desazón […] Ciertamente que el mecanismo de componer una novela ha llegado a no serme muy extraño, y una nueva novela –después de mis esfuerzos de arquitectura para articular la última– me comprometería a ponerla en pie sin mucha dificultad, casi como quien se echa a andar por unos raíles. Pero son unos raíles que me han aburrido y ya no me sirven. Nunca es la misma máquina la que tiene que andar por ellos, es una cabezonería empeñarse a adaptarlos a todos los viajes […] La novela se ha vuelto una monserga, algo instituido, discreto, acorde. No. ¡No! Hace falta desafinar […] Pero ya no sabemos. Tenemos demasiado sentido de la corrección, de lo que es justo, de lo que disuena. Nos alarma la estridencia, el mal gusto […] Tal vez la poesía, una forma inédita de poesía sería lo único que me pudiera servir ahora […] Tampoco la poesía. Sobra lógica. Falta unción, entrega. ¿Qué haré para escribir, para estrellar todo lo que me bulle? ¿Contra qué muro? ¿Dónde dejar la marca?».

Fragmento de Cuadernos de todode Carmen Martín Gaite.