Como personajes de cualquier ficción, las ciudades nacen, crecen, viven, mueren y pueden llegar a resucitar gracias a la labor de los historiadores o a la visita de aventureros y viajeros. A Aude de Tocqueville le gustan las ciudades, unos espacios a los que define como mundos abiertos en perpetua metamorfosis, y sobre todo le gustan las ciudades en silencio, aquellas donde la imaginación puede desplegarse sin límites.

El Atlas de las ciudades perdidas narra los destinos imprevistos de más de cuarenta urbes desaparecidas o abandonadas. Ninguna de ellas nació con vocación de esfumarse, pero los acontecimientos históricos, las catástrofes naturales, los conflictos bélicos, los desastres económicos o, simplemente, la sinrazón humana las arrinconaron hasta sepultarlas en el olvido. Dejaron de ser realidad. Sean cuales sean las causas, sus circunstancias e historia nos convocan y llaman poderosamente a la puerta de la curiosidad y el interés.

Míticas y fascinantes

Siguiendo esa filosofía, el libro se adentra en urbes míticas, para narrarnos fascinantes historias que nos revelan sus misterios, sus curiosidades y las escondidas razones de su decadencia. Por sus páginas desfila desde la romana Leptis Magna, envuelta en las arenas del desierto del Libia, hasta la delirante Shanzhi, en Taiwán, una ciudad que nunca llegó convertir en realidad el imaginativo diseño de sus promotores. Desde la espléndida ciudad sumeria de Mari, perdida en el corazón de Siria, hasta Pryapiat, en Ucrania, de terrible destino tras ser abandonada el día siguiente de la catástrofe nuclear de Chernóbil.

El lector puede visitar también la legendaria y heroica Babilonia, la fantasmagórica Hashimi en el mar de Japón, la Vilcabamba perdida de los Incas, o Jeoffrécourt, un simulacro de ciudad surrealista y virtual en plena llanura de la Picardía francesa.

También se revive la historia de grandes capitales de otras culturas, como Angkor; y en Australia se recupera la historia de algunas de esas ciudades mineras que un día conocieron una época dorada y hoy son ciudades fantasma que atraen a los turistas más curiosos.

Acompañado por sugerentes imágenes, este libro no es una guía al uso, ni siquiera un libro ilustrado con grandes fotografías, sino un auténtico atlas que nos lleva a viajar a lugares a los que nunca pensábamos ir. Una lectura para viajeros imaginativos que se arriesgan a ver mucho más allá de lo que alcanza el objetivo de sus cámaras.

Portada-del-Atlas-de-las-ciuda_54437101301_54374916805_576_694Atlas de las ciudades perdidas
Aude de Tocqueville
Traducción: Albert Ollé
GeoPlaneta
144 p
23,95 euros