Procedente de una colección particular madrileña, la obra –un óleo sobre tabla de 50,8 x 35,8 cm– ha sido adquirida por 1.400.000 euros, abonados gracias al fondo de adquisiciones dotado por el BBVA para la compra de obras de arte.

Este fondo, que desde 2002 permite el enriquecimiento de la colección del Museo, ha sido recientemente renovado por un valor de 2,1 millones de euros a siete años, periodo en el que las instituciones fundadoras del Museo (Ayuntamiento de Bilbao, Diputación Foral de Vizcaya y Gobierno vasco) devolverán el principal, mientras que la Fundación BBVA, en calidad de patrono de su Fundación, se hará cargo de los intereses.

Obra maestra

En los últimos años, el Museo perseguía una incorporación relevante para su colección de arte antiguo. La renovación del acuerdo con la Fundación BBVA, y la aparición en el mercado de una obra tan destacada de una de las personalidades artísticas más importantes de la historia del arte occidental han constituido una ocasión única. A ello se ha sumado la coyuntura económica y su influencia en el mercado del arte. Para situar la compra de esta obra autógrafa de Lucas Cranach el Viejo baste examinar otras dos adquisiciones recientes de obras de este pintor: en marzo de 2010, David y Betsabé (1534) se vendió por 5,3 millones de euros a un coleccionista privado en TEFAF Maastricht, y en diciembre de ese mismo año, el Louvre adquirió por 4 millones de euros Las tres Gracias (1531).

Esta oportunidad permite añadir una pintura destacada de un artista hasta ahora no representado a la selección de obras maestras de la colección del Museo. Viene, además, a enriquecer sustancialmente la representación de los pintores del Renacimiento del norte de Europa, que cuenta con ejemplos relevantes de primitivos flamencos y holandeses coetáneos al alemán Cranach, como La Sagrada Familia (c. 1525-1530) de Jan Gossart, Piedad al pie de la cruz (c. 1530) de Ambrosius Benson o Lamentación sobre Cristo muerto (primera mitad del siglo XVI) de Pieter Coecke, entre otros.

Joven virtuosa

Según la narración clásica de Tito Livio, recogida después por diversos historiadores y fuente de inspiración para numerosos escritores y pintores, Lucrecia fue una joven virtuosa, casada con un noble romano, pariente del rey Lucio Tarquinio el Soberbio. El hijo del rey, Sexto Tarquinio, se enamoró de su belleza y honestidad e intentó seducirla, pero al no conseguirlo, la violó. Lucrecia confesó la deshonra a su padre y a su esposo, a quienes hizo jurar venganza poco antes de clavarse un cuchillo y quitarse la vida en su presencia. Fue su hermano, Lucius Junius, quien lavó la afrenta matando al culpable. Este hecho provocaría el fin de la monarquía romana y la posterior instauración de la república.

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Lucas Cranach el Viejo

Pintor y grabador, Lucas Cranach el Viejo es uno de los artistas señalados de la historia del arte y reconocido protagonista, junto con Alberto Durero, del Renacimiento alemán. Tomó el sobrenombre de la pequeña ciudad alemana de Kronach (Franconia), en donde nació y recibió, de manos de su padre, las primeras enseñanzas del oficio. Firme partidario de la Reforma protestante, fue amigo íntimo de Martín Lutero, para quien pintó obras religiosas de carácter didáctico y varios retratos. También creó su propio ideal de desnudo femenino, cuyo particular atractivo ha perdurado hasta nuestros días.

Se conoce poco de sus años tempranos, aunque está documentada su presencia en Viena hacia 1502. El ambiente surgido en esa ciudad en torno a la universidad ejerció gran influencia en Cranach, quien, a partir de entonces, asumiría los ideales humanistas. En 1505 se encontraba en Wittenberg, en donde permaneció hasta 1550 al ser nombrado pintor de corte por el elector Federico III. Allí, y siguiendo el modelo humanista, no sólo sirvió como pintor y grabador sino que también se ocupó de la organización del artesanado, de la supervisión de los proyectos arquitectónicos, del desarrollo de las ceremonias y de todo el ambiente estético relacionado con la corte. Como burgomaestre de la ciudad, fue también propietario de una librería y una farmacia, y emprendió diversos negocios que le proporcionaron prosperidad y una buena posición.

En 1508 viajó en misión diplomática a los Países Bajos, a la corte del emperador Maximiliano. Desde ese momento se apreciará un cambio en su pintura, que resolverá las figuras mediante un suave modelado. A partir de 1520 su activo taller, en donde trabajaron sus dos hijos Hans y Lucas Cranach el Joven, comenzó a recibir numerosos encargos y, junto a los temas religiosos y los retratos, desarrolló una amplia producción de temas clásicos y mitológicos.

En los últimos años de su vida Cranach acompañó al exilio al elector Juan Federico I; primero a Augsburgo y más tarde a Weimar, en donde murió en 1553. Artista versátil y prolífico, Lucas Cranach el Viejo dejó gran cantidad de pinturas y grabados, y un taller que le sobrevivió y continuó creando versiones de sus obras décadas después de su muerte.