Más en concreto, Pilar Citoler (Zaragoza, 1937) ha cedido el 85% de las obras y el otro 15% será adquirido con cargo a los presupuestos de la Comunidad. A pesar de la firma del convenio, todavía se desconoce la cifra que se pagará por las obras, que en la actualidad están siendo valoradas por un equipo de expertos.

La colección cuenta con más de 1.300 piezas. Entre ellas, más de 700 pinturas, un centenar de esculturas y más de 400 obras sobre papel y fotografía de los autores más importantes de la segunda mitad del siglo XX.

Citoler ha ido construyendo, paso a paso, una de las mejores colecciones de arte internacional que pueden admirarse actualmente en España. Coleccionista independiente, autodidacta, irreductible en sus gustos y fiel a su instinto, ha hecho una colección grande, rica y que permite dibujar un sinfín de itinerarios plásticos, históricos, argumentales, geográficos o biográficos. Un paseo artístico entre lo local y lo global que narra certeramente el mundo que fue, que refleja el mundo que es y que permite intuir el mundo que vendrá.

Modelo «conquense»

Pilar Citoler, una de las principales coleccionistas de arte contemporáneo de nuestro país, estudió Medicina y Estomatología –al igual que su padre y su abuelo– en las universidades de Madrid y Zaragoza. Residente en Madrid desde los años sesenta, su primer contacto con el arte contemporáneo nace inspirado en el modelo “conquense”.

Sus frecuentes contactos con esta ciudad, en las fechas inmediatamente posteriores a la creación por Zóbel del Museo de Arte Abstracto Español, le mueven a adquirir la casa que fuera de Eusebio Sempere. Es en este lugar, con vistas a la hoz del Júcar, donde comienza su colección de arte contemporáneo.

Su primera adquisición seria fue el óleo de José Caballero El andaluz perdido, adquirido en la galería de Juana Mordó de Madrid en 1969. Desde entonces, sólo ha vendido dos piezas, hecho del que siempre se ha arrepentido (“lo considero una especie de traición”).