En la operación han sido detenidos cinco personas en Barcelona y Tortosa (cuatro ciudadanos egipcios y un anticuario español) y otros dos en Egipto, como presuntos autores de delitos de contrabando de bienes culturales, blanqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal de carácter internacional. Asimismo se han intervenido un total de 36 bienes culturales que por sus tipologías y características pueden haber sido expoliados en los yacimientos arqueológicos de Saqqara y Mit Rahina.

Las investigaciones se iniciaron cuando la Unidad del Servicio Fiscal de la Guardia Civil en el puerto de Valencia inspeccionó unas vasijas decorativas de escaso valor, que habían llegado en un contenedor procedente de Alejandría (Egipto) y con destino final a Barcelona. Los agentes detectaron una serie de piezas ocultas en su interior (figuras humanas y de animales, vasos funerarios, ánforas, pequeños bronces, etc.).

Identificar y detener

Esta circunstancia fue comunicada al Grupo de Patrimonio Histórico de la Unidad Central Operativa de la Guardia Civil, que inició una investigación con la finalidad de identificar y detener a los autores de este tráfico ilícito.

Tras las primeras investigaciones se pudo conocer la identidad del receptor de las piezas en España, una persona de nacionalidad egipcia residente en Barcelona, por lo que los agentes establecieron contactos con las autoridades de Egipto en Madrid, con el fin de determinar la procedencia de las piezas incautadas. La embajada confirmó que los objetos intervenidos eran de procedencia egipcia y que habían salido ilegalmente de ese país, por lo que las investigaciones se dirigieron a identificar la trama en su origen.

Dado el valor de los bienes intervenidos, la Subdirección General de Protección Patrimonio Histórico del Ministerio de Educación Cultura y Deporte determinó que el mejor lugar para la custodia, conservación y peritaje de las piezas era el Museo Arqueológico Nacional de Madrid, donde fueron depositadas y analizadas en profundidad por los expertos.