“Autoridades, si hay alguna”. Así comenzó el anfitrión de la velada, Antonio Onetti, su discurso. En efecto, las autoridades –el ministro José Ignacio Wert y el secretario de Estado José María Lassalle– no comparecieron anoche en las Naves del Español en el Matadero de Madrid, que, por vez primera, acogía la gala. El discurso de Onetti, breve y contundente, se rebeló contra la consigna “prohibido quejarse”. Y refrendó el sarcasmo de las palabras con las que el presentador de la noche, Alex O’Dogherty, abrió la ceremonia: “Con la que está cayendo y nos traen al Matadero”.

El presidente de la Fundación Autor recordó algunas cifras, por sí mismas elocuentes: la subida salvaje del 8 al 21% del IVA, la caída del 20% de la venta de entradas y los recortes a las subvenciones están asfixiando a las artes escénicas. “Nos dicen que la situación es un cambio de modelo, que el Estado no debe seguir subvencionando el teatro, que ha de ser la iniciativa privada la que lo haga. Pero sin una ley de mecenazgo, nos quedamos con una mano delante y otra, detrás”, afirmó antes de referirse a la sangría del desempleo en el sector. “Están en el paro actores que pagaban sus impuestos en España; porque es difícil actuar en Almendralejo por la mañana y pagar los impuestos por la tarde en el extranjero”, fue la acerada pulla que dirigió al ministro Cristóbal Montoro.

Onetti también criticó la nueva ley de propiedad intelectual, que supondrá una bajada del 30% del salario de los creadores; denunció que las facturas que los ayuntamientos adeudan a las compañías no hayan entrado en el plan gubernamental para atajar la morosidad, y, en definitiva, culpó a las instituciones públicas de maltratar la cultura y de dar un trato de favor a las grandes compañías multinacionales.

El presidente de la Fundación Autor terminó denunciando a quienes “quieren reducir el teatro y la cultura a mero entretenimiento”: “Es verdad que es un entretenimiento –precisó-, pero el teatro también enseña y educa al individuo y a la sociedad, promoviendo una cultura crítica que enseña a la estupidez su verdadero rostro”.

Alex O’Dogherty repitió el mismo mensaje al final de la gala, con música: “No nos vamos a callar. Lo siento por ellos. Si me quieres ver callado, soy de los que siempre aparezco cuando cambias de canal”. Y, saliendo del escenario, concluyó: “Nos vamos a despertar a los vecinos. No pares de crear”.