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Mérida reconoce la carrera de José Sacristán

Estrechamente ligado al teatro, a lo largo de su carrera como actor ha participado en veintiuna producciones teatrales entre las que destacamos sus trabajos en el musical El hombre de La Mancha (1997-1999), junto a Paloma San Basilio; Yo me bajo en la próxima, ¿y usted? (1980-1982), junto a Concha Velasco; o El loco de los balcones (2014), de Mario Vargas Llosa. En 1964 pisó la arena del Teatro Romano de Mérida a las órdenes de José Tamayo en Julio César, de William Shakespeare, junto a actores como José María Rodero o Javier Escrivá. Sacristán vuelve al coliseo emeritense a recoger este galardón, el único de los Premios Ceres que otorga directamente la dirección del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, en reconocimiento a toda una carrera dedicada a la interpretación y que en ediciones anteriores ha recaído en Héctor Alterio (2012); Nuria Espert (2013); y Concha Velasco (2014).

Toda una vida dedicado a la interpretación

José Sacristán fue estudiante en la Institución Sindical de Formación Profesional Virgen de la Paloma, entonces regentada por la Congregación Salesiana, pero abandonó el centro para trabajar desde su adolescencia en un taller mecánico.

Cuando estaba cumpliendo el servicio militar en Melilla, decidió dedicarse a la interpretación, dejando su trabajo de mecánico tornero, para seguir su vocación teatral. Se interesó desde muy joven por el teatro independiente y comienza en el Teatro Infanta Isabel de Madrid. Actuó como aficionado hasta 1960, año en que debuta como profesional. Su acceso al mundo cinematográfico se da en la década de los sesenta con papeles secundarios que poco a poco irán adquiriendo importancia.

Fue uno de los actores más taquilleros del cine español de los setenta junto a Alfredo Landa y José Luis López Vázquez. Su debut en el cine se produjo con La familia y uno más y luego vendrían las comedias atrevidas de la época, sin perjuicio de que José Sacristán se haya revelado como un excelente actor dramático en trabajos como Un hombre llamado Flor de Otoño, de Pedro Olea, La colmena, de Mario Camus o El pájaro de la felicidad, de Pilar Miró.

Con más de un centenar de películas a sus espaldas, también ha destacado como director. Dirigió y protagonizó Soldados de plomo (1983), Cara de acelga (1987), donde también fue el responsable del guion junto a Carlos Pérez Merinero, y Yo me bajo en la próxima, ¿y usted? (1992), en la que compartió protagonismo con Concha Velasco.

Resulta premiado con la Concha de Plata en el Festival de Cine de San Sebastián de 1978 por Un hombre llamado Flor de Otoño y en 1982 consigue el primero de sus cuatro Fotogramas de Plata por su trabajo en la película La colmena. En 2012 obtiene su primer, y único, Premio Goya por su papel en la película de Javier Rebollo, El muerto y ser feliz, por la que también recibe su segunda Concha de Plata en San Sebastián. En 2010 fue nombrado Arcipreste del Año en el Festival Medieval de Hita.

En 2011 la prestigiosa Asociación de Cronistas Cinematográficos de la Argentina le entrega el Premio Cóndor de Plata a la trayectoria en la 59ª Ceremonia de este lauro, considerado el máximo galardón al cine en la Argentina.

Los premios y el jurado

En total son catorce premios cuyos ganadores se seleccionan de entre todas las producciones escénicas españolas que se han estrenado entre el 21 de julio de 2014 hasta el 19 de julio del 2015.

Las categorías son: mejor espectáculo teatral del año, mejor director de escena, mejor guión, mejor actor, mejor actriz, mejor escenógrafo, mejor iluminador, mejor vestuario, mejor caracterización, mejor trayectoria empresarial, mejor composición musical, Premio Emérita Augusta a toda una vida y dos referidos al Festival de Mérida: Premio del Público y Premio de la Juventud.

Todos los premiados, menos los tres últimos, son elegidos por un jurado especializado compuesto por nueve periodistas culturales y un presidente, honor que corresponde este año al actor y productor teatral actriz Antonio Resines.

El premio Emérita Augusta a toda una vida es decidido por la dirección del Festival de Mérida, mientras que la elección del Premio del Público y de la Juventud corresponde a un jurado extremeño compuesto por periodistas y profesionales de los principales medios de comunicación locales y regionales que han participado en la cobertura informativa del festival.