Las 95 obras seleccionadas –50 pinturas y 45 dibujos–, todas procedentes del Museo Lázaro Galdiano, pretenden, en primer lugar, mostrar la personalidad polifacética de Eugenio Lucas Velázquez, cuya obra abarca desde el academicismo de influjo francés que puede apreciarse en los bocetos preparatorios para la decoración perdida del techo del Teatro Real de Madrid, hasta el incipiente impresionismo con el que trabajó obras como La Romería de San Isidro, pasando por el orientalismo y el romanticismo de sus paisajes, entre los que destaca una de sus obras maestras, El Desfiladero de Pancorbo.

Inspiración goyesca

Imprescindible en su producción, así como en la de su hijo Eugenio Lucas Villamil, es ese ambiente de majas, chisperos, embozados y chulapas, fantasías demoníacas y escenas de Inquisición, de inspiración goyesca, que muestran pinturas como La maja, La tienta, Capea en un pueblo, Los Cruzados ante Jerusalén, El Sermón: ¡estáis condenados!, Capricho alegòrico: la avaricia, La Libertad guiando a la Iglesia, Misa de parida, Procesiòn en la ermita, Última hora o Contando historias.

Se ha dicho que Lucas Velázquez es un imitador de Goya y debemos reconocer que, aunque para él fue una importantísima referencia, supo adaptar y personalizar sus obras utilizando un lenguaje propio.

Aspecto fundamental en su personalidad artística, en la que la exposición también se detiene, en la importante faceta de dibujante de Lucas Velázquez, bien apreciada por José Lázaro Galdiano. La muestra ofrecerá al visitante un conjunto representativo de los dibujos que realizó durante sus viajes –paisajes y vistas urbanas de técnica precisa y estilo realista– y una selección de las denominadas «manchas», paisajes fantásticos realizados con una técnica experimental y dominados por una sorprendente abstracción.

Faceta de dibujante

El gran mérito de Lázaro fue reunir una buen parte de las obras de estos artistas a los que admiró y a los que “redescubrió” convirtiéndose en su verdadero mecenas. «Después de ver las pinturas de Lucas y de su hijo, el público sabrá valorar a estos artistas y situarlos en el lugar que les corresponde dentro del panorama de la pintura española del siglo XIX». Con estas palabras José Lázaro valoraba la obra de ambos pintores en el catálogo de las exposiciones que organizó en París (1936) y en Nueva York (1942) dónde presentaba su obra.

Actualmente la Fundación Lázaro Galdiano es una de las instituciones que custodia más obra de Eugenio Lucas Velázquez: 43 pinturas y 130 dibujos. De su hijo, Eugenio Lucas Villamil, conserva 15 pinturas, siete dibujos y, además, los lienzos que decoran los techos del palacio de Parque Florido.

 

Segovia. Eugenio Lucas Velázquez. Eugenio Lucas Villamil. Colección Lázaro. Torreón de Lozoya (Salas de exposiciones de Caja Segovia).

Del 27 de junio al 24 de noviembre de 2012.