"NEBRIJA (c. 1444-1522). El orgullo de ser gramático"

NEBRIJA (c. 1444-1522). El orgullo de ser gramático.

Elio Antonio de Nebrija quiso pasar a la posteridad con el sobrenombre de ‘Gramático’. Así se lo hace saber a la reina Isabel en la carta en que le dedica la tercera edición de sus Introductiones Latinae (Salamanca, 1495): “Vt Aelius sit praenomen; Antonius nomen, Nebrissesis cognomen, grammaticus uero agnomen ex professione sumptum”. Precisamente fueron estas Introductiones, novedoso manual para la enseñanza del latín, las que lo hicieron famoso dentro y fuera de España. Junto a esta obra están sus diccionarios bilingües del latín al castellano y del castellano al latín, parte de un proyecto más ambicioso con el que pretendía elucidar el léxico latino de los diferentes campos del saber.

Orgulloso, inteligente, audaz, a Nebrija nunca le faltaron las ganas de aprender ni la fuerza para el estudio. Tampoco le faltaron detractores, pues jamás se mordió la lengua. Cuando le presentó a la reina un adelanto de la que luego sería su Gramática de la lengua castellana (Salamanca, 1492), la soberana no entendió la utilidad de un tratado que enseñaba las reglas de una lengua que se aprende de manera natural, pero el docto profesor supo defender la novedad y oportunidad de su creación, pues las lenguas, incluso las naturales, necesitan gramáticas descriptivas y normativas para que no anden desbocadas. A esta ventaja se añade que la comprensión de los principios gramaticales del castellano puede ayudar a entender los de otras lenguas, el latín (al que dirigía sus esfuerzos) entre ellas. Las paradojas del destino han hecho que esa gramática del castellano sea hoy su obra más conocida. Nebrija, no obstante, merece ser recordado por otras muchas razones.

Al descubrimiento de su perfil intelectual se dedica esta exposición, que tampoco deja de lado al hombre que hay detrás de tantas páginas escritas e impresas. Aquel profesor de gramática que renunció a la vida eclesiástica y optó por el matrimonio se sintió muy orgulloso del camino escogido y, a través de sus prólogos, cartas dedicatorias y poemas, dio de sí una imagen que lo acerca a nosotros. Por haber vivido en una época tan dinámica como la España del siglo XV y comienzos del XVI, su biografía se entrecruza con la de grandes personajes del momento, que lo son también de la historia de España y Occidente.

Aventuras

En Nebrija, la recuperación del latín fue el incentivo para otras aventuras eruditas, pues su mente inquieta lo llevó a indagar sobre los pesos y medidas de antaño. Los viajes de los descubridores despertaron su curiosidad y también la cosmografía, ansioso por conocer las noticias que llegaban del otro lado del Atlántico. Hombre de firmes convicciones religiosas, quiso poner su saber gramatical al servicio de la Teología, lo que le causó un pequeño tropiezo con la Inquisición. En esas y otras empresas eruditas se revela como un humanista en toda regla. Hablar de Nebrija es hablar de un Humanismo español pleno gracias a él; y también es hablar de la Historia y de las figuras que le dan sentido.

Entre las piezas que se exhiben destacan especialmente algunas como el Breviario de Isabel la Católica, ricamente decorado; el desplegable sobre Jerusalén incluido en el incunable Viaje a Tierra Santa de Bernhard von Breydenbach; los manuscritos caligrafiados por el propio Nebrija en sus tiempos de estudiante; la primera edición de las famosas Introductiones Latinae y su copia manuscrita para el maestre de Alcántara con bellas miniaturas; o la mismísima Gramática sobre la lengua castellana de 1492. Obras pictóricas contribuyen también a que el espectador pueda trasladarse a los siglos XV y XVI.

Estas obras invitan a recorrer la España de la época y los centros del saber en los que vivió y trabajó. Desde Lebrija, su lugar de nacimiento; pasando por Salamanca, donde cursó su Bachillerato en Artes y en cuya universidad desarrolló, con el tiempo, la mayor parte de su carrera docente; Bolonia, ciudad que propició su encuentro con Italia y su Humanismo; Coca (Segovia) o Villanueva de la Serena y Brozas en Extremadura, enclaves en los que realizó su labor bajo el amparo de generosos mecenas; para terminar en Alcalá de Henares, su último destino, en el que contó siempre con el apoyo del cardenal Cisneros y su Universidad.

– El catálogo está disponible en formato digital y puede descargarse gratuitamente desde la página web de Acción Cultural Española.

– La entrada a la exposición es gratuita. La BNE organiza visitas a esta exposición los lunes, miércoles y viernes a las 11.00 h y a las 16.00. Imprescindible inscripción previa en este enlace. La visita tiene una duración máxima de una hora.

Legado

La muerte de Nebrija no menguó su fama ni evitó el enriquecimiento de su legado. De ello se encargaron, en parte, sus hijos Sancho y Sebastián, que abrieron una imprenta en Granada, trasladada un tiempo a Antequera (1534 – 1597). A ellos se sumaron otros impresores fuera de España, pues las gramáticas y léxicos de Nebrija se imprimieron en Francia, Italia, Alemania y Países Bajos. Aquel manual de latín que había escrito pensando en sus alumnos en Salamanca se convirtió en el único autorizado para enseñar esa disciplina desde que así lo decidió el rey Felipe III (1598). Y, de nuevo, llegaron los detractores y las críticas, que se cebaron en los olvidos y deslices del maestro.

En la larga travesía que llega hasta el siglo XIX, el manual de gramática latina de Nebrija fue respetado, glosado, reformado e incluso acortado, según el lugar y las circunstancias. Esa pervivencia se siente, por ejemplo, en las primeras gramáticas de las lenguas de América compuestas por los predicadores españoles. Estos, que habían aprendido latín gracias al Antonio, aplicaron el modelo, con sus consideraciones teóricas y sus traducciones bilingües, en su descripción de esas lenguas que, como dijo uno de ellos, eran tan extrañas, nuevas, incógnitas y peregrinas.

"NEBRIJA (c. 1444-1522). El orgullo de ser gramático"

«NEBRIJA (c. 1444-1522). El orgullo de ser gramático»