«Liu Jiakun eleva el espíritu a través del proceso y el propósito de la arquitectura, fomentando conexiones emocionales que unen a las comunidades», destacó Tom Pritzker, presidente de The Hyatt Foundation, entidad patrocinadora del premio. «Hay una sabiduría en su arquitectura que va más allá de la superficie para revelar que la historia, los materiales y la naturaleza son simbióticos».
Para Liu, la arquitectura «debe revelar algo: debe abstraer, destilar y hacer visibles las cualidades inherentes de las personas de un lugar concreto. Tiene el poder de moldear el comportamiento humano y crear atmósferas, ofreciendo una sensación de serenidad y poesía, evocando compasión y misericordia, y cultivando un sentido de comunidad compartida».
Intercalando aparentes opuestos, como utopía frente a existencia cotidiana, historia frente a modernidad y colectivismo frente a individualismo, el profesional laureado ofrece una arquitectura afirmativa que celebra la vida de los ciudadanos comunes. Sostiene el poder trascendental del entorno construido mediante la armonización de las dimensiones culturales, históricas, emocionales y sociales, utilizando la arquitectura para forjar comunidad, inspirar compasión y elevar el espíritu humano.
Nuevos mundos
Como resalta el acta del jurado: «A través de un conjunto excepcional de obras con profunda coherencia y calidad constante, Liu Jiakun imagina y construye nuevos mundos, libres de cualquier restricción estética o estilística. En lugar de un estilo, ha desarrollado una estrategia que nunca se basa en un método recurrente, sino en evaluar las características y requisitos específicos de cada proyecto de manera diferente. Es decir, toma las realidades presentes y las transforma hasta el punto de ofrecer, en ocasiones, un escenario completamente nuevo para la vida cotidiana. Más allá del conocimiento y las técnicas, el sentido común y la sabiduría son las herramientas más poderosas en su haber».
Alejandro Aravena, presidente del jurado y laureado con el Pritzker en 2016, recuerda que «las ciudades tienden a segregar funciones, pero Liu Jiakun adopta el enfoque opuesto y mantiene un delicado equilibrio para integrar todas las dimensiones de la vida urbana. En un mundo que tiende a crear periferias monótonas e interminables, él ha encontrado una manera de construir lugares que son, al mismo tiempo, edificios, infraestructuras, paisajes y espacios públicos. Su trabajo puede ofrecer pistas impactantes sobre cómo enfrentar los desafíos de la urbanización en una era de crecimiento acelerado».
A través de sus obras, Liu demuestra un profundo respeto por la cultura, la historia y la naturaleza, documentando el paso del tiempo y reconfortando a sus usuarios a través de interpretaciones modernas de la arquitectura clásica china. Creyendo que la relación humana con la naturaleza es recíproca, sus edificaciones emergen y se funden con su entorno. La flora local y silvestre está presente en todas sus obras, con ladrillos colocados de canto para permitir que la hierba crezca a través de los agujeros centrales, bosques de bambú autóctonos plantados en nuevos emplazamientos y pisos y techos diseñados con aperturas que permiten el crecimiento de los árboles.
Su arquitectura honesta expresa la sinceridad de los materiales y procesos texturales, mostrando imperfecciones que perduran en el tiempo en lugar de degradarse. Liu rechaza los productos manufacturados, prefiriendo la artesanía tradicional y utilizando a menudo materiales locales en bruto que sostienen la economía y el medio ambiente, construyendo por y para la comunidad.
Liu Jiakun fundó en 1999 el estudio Jiakun Architecture [1]. Nació, reside y trabaja en su ciudad natal, Chengdu. Será homenajeado esta primavera en una ceremonia en Abu Dhabi.
Desde 1979
Este galardón fue establecido por la Hyatt Foundation en 1979 y toma su nombre de la familia Pritzker, cuyos negocios tienen su origen en la ciudad de Chicago. El apoyo de esta familia a la educación, actividades culturales, científicas y médicas es muy conocido en EE.UU. El premio fue fundado por Jay A. Pritzker y hoy en día es su hijo mayor, Thomas J. Pritzker, el presidente de la Fundación.
La medalla de bronce que se entrega a los galardonados –junto con 100.000 dólares (71.000 euros)– se basa se los diseños de Louis Sullivan, arquitecto considerado el padre de los rascacielos. En una cara aparece el nombre del premio, y en la otra hay tres palabras inscritas: Firmitas, utilitas, venustas, que se corresponden con los Tres Elementos de la Arquitectura de Henry Wotton en referencia a lo escrito por Vitrubio en sus libros de arquitectura: “El final es construir bien. Las buenas construcciones tienen tres condiciones: solidez, utilidad y belleza”.
El jurado del galardón ha estado formado en esta edición por Alejandro Aravena, Barry Bergdoll, Deborah Berke, Stephen Breyer, André Aranha Corrêa do Lago, Anne Lacaton, Hashim Sarkis, Kazuyo Sejima y Manuela Lucá-Dazio,
En 1996, Rafael Moneo se convirtió en el primer español en conseguirlo. En 2017 el reconocimiento recayó en el estudio catalán RCR Arquitectes (Rafael Aranda, Carme Pigem & Ramon Vilalta).