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10 más 10 para un año de cine

As bestas

Dirección: Rodrigo Sorogoyen

Para empezar, cine español de altura. As bestas, la contundente aventura cinematográfica de Rodrigo Sorogoyen no deja a nadie indiferente. La película, que se sirve de las sobrecogedoras interpretaciones de Luis Zahera y Denis Ménochet, escarba en el alma de sus personajes para reflexionar sobre el odio y la incomprensión, el rechazo, la mezquindad, la perseverancia, el miedo… y dejarnos ante un desolado retrato de la miseria y la bestialidad a la que puede llegar el ser humano.

En una pequeña aldea del profundo interior de Galicia -el paisaje se constituye como otro de los elementos fundamentales de la historia- hace ya algún tiempo que se instalaron Antoine (Denis Ménochet) y Olga (Marina Foïs), una pareja francesa que en su día huyó del ajetreo de París para, buscando la tranquilidad, cultivar y vivir de su ecológica huerta gallega.

Allí, la convivencia es tranquila con la mayoría de los lugareños. Sin embargo y pese a sus esfuerzos, la relación con sus vecinos, los hermanos Anta (Luis Zahera y Diego Anido) y su madre, no es ni mucho menos lo plácida que desearían. Entre la incomunicación y una serie de decisiones incomprensibles para la otra parte la tensión va creciendo hasta alcanzar un punto de no retorno.

Onoda. 10.000 noches en la jungla

Dirección: Hiroo Onoda

¡Qué grande es el cine! Las casi tres horas de metraje de Onoda. 10.000 noches en la jungla cruzan la pantalla en un suspiro. Tensión y ternura, violencia y ritmo para este drama antibélico. Ciento setenta y dos minutos cargados de emoción en los que, de la mano del realizador francés Arthur Harari, el espectador queda atrapado, inmerso, en la alucinante historia real del militar japonés Hiroo Onoda, que en la Segunda Guerra Mundial fue enviado a una remota isla filipina en donde, oculto en la selva e ignorando el final de la contienda, protagonizó una impresionante odisea al continuar empuñando las armas durante casi treinta años.

Close

Dirección: Lukas Dhont

La emoción marca cada uno de los planos de Close, la película del belga Lukas Dhont que narra la desgarradora historia de un chaval que en su primera adolescencia tiene que asumir una terrible pérdida de la que se siente responsable. Cine de altura que logró el Gran Premio del Jurado del pasado Festival de Cannes y vuelve a poner de manifiesto que con un discreto presupuesto se puede redondear una magnífica propuesta.

La película se adentra en la estrecha amistad entre dos niños de trece años, Leo y Remi, en plena transición hacia la adolescencia. Tras pasar el verano juntos vuelven a la escuela, en donde los rumores que despierta su intensa relación resquebrajan aquel vínculo que parecía indestructible.

Joyas ocultas del impresionismo

Dirección: Daniele Pini

Quebraron todos los códigos. Guiados por un irrenunciable espíritu creativo, los impresionistas -cada cual siguiendo su innovadora visión- pintaron lo que quisieron y cómo quisieron. Así lo certifica este magnífico documental, que permite contemplar cincuenta obras, muchas de las que, por pertenecer a colecciones privadas, no habían sido hasta ahora públicamente expuestas.

Dirigido por Daniele Pini, el largometraje explora la revolución artística que supuso el movimiento, y lo hace a través de tesoros mostrados por primera vez en Roma, en el Palazzo Bonaparte, con motivo de una exposición excepcional en la que se dan cita obras ocultas de, entre otros artistas, Claude Monet, Pierre-Auguste Renoir, Berthe Morisot, Camille Pisarro, Alfred Sisley, Eduard Manet o Gustave Caillebotte.

Alcarràs

Dirección: Carla Simón

Ganadora del Oso de Oro en Berlín, Alcarràs, el segundo largometraje de Simón, rezuma naturalidad. Mucha en la epilogar historia de una numerosa familia que tras ochenta años viviendo y cultivando la misma tierra se reúne para llevar a cabo la que saben que será la última cosecha.

El campo de Alcarràs, municipio de la provincia de Lérida, al oeste de la comarca del Segriá que limita con Aragón, es centro y eje de un largometraje de ficción, con aires de documental sin serlo, protagonizada por actores no profesionales de la zona elegidos tras un largo proceso de casting.

El perdón

Dirección: Maryam Moghadam

Grito largo, sentido e intenso contra la pena de muerte, El perdón, filme de la directora y actriz iraní Maryam Moghadam y del realizador y guionista Behtash Sanaeedha, se sirve de la trágica historia de un hombre inocente injustamente condenado y ejecutado para dejar en la pantalla una valiente reflexión sobre el oscuro papel de la ley y la vulneración de los derechos humanos en su país.

El perdón, soberbiamente protagonizada por la propia Moghadam, alberga conmovedoras escenas de las que resulta difícil salir indemne, como ese plano sostenido de una puerta mientras se oye el desgarrado llanto de una mujer a la que la cámara no recoge mientras se despide del hombre, al que tampoco vemos, que desde el interior también llora su desconsuelo.

Drive My Car

Dirección: Ryusuke Hamaguchi

El coche circula a buena velocidad. Por el contrario, Drive My Car, la película del japonés Ryûsuke Hamaguchi basada en dos relatos de Haruki Murakami, lo hace al cadencioso y envolvente ritmo que exige el cruce de personajes y sentimientos al que el espectador, a lo largo de tres horas que pasan en un volantazo, asiste. Sobrio, gran cine al que no hay que pedirle vértigo si no reposo y sosiego.

Yusuke Kafuku, actor y director de teatro, vive felizmente unido a una atractiva e interesante mujer que inesperadamente muere a causa de un ictus. Desbordado por la situación e incapaz de lidiar con su nueva realidad, a la desesperada y en el intento de escapar del drama, acepta dirigir Tío Vania, la obra de Chejov, en un festival de teatro en Hiroshima. Allí conoce a Misaki, una joven introvertida que le es asignada como chófer. En sus idas y venidas comienzan a surgir las confesiones. Largos trayectos en los que aflora la sinceridad a través de unas conversaciones que van dejando al descubierto quienes, íntimamente, son.  

La hija oscura

Dirección: Maggie Gyllenhaal

Basada en la novela homónima de Elena Ferrante, La hija oscura supone el debut en la dirección de la actriz Maggie Gyllenhaal, que deja en la pantalla un brillante ejercicio cinematográfico en el que la oscarizada Olivia Colman, en el papel protagonista, vuelve a bordar un personaje que entre luces y sombras refleja que en cualquier ser humano, incluso aquel que puede aparentar mayor equilibrio, anidan inexplicables lugares sin sentido.

Leda (Olivia Colman) es una profesora de literatura divorciada que decide pasar sus vacaciones en un pequeño pueblo de la costa griega. Allí su descanso dará un giro cuando en la playa conoce y comienza a tratar a Nina, una joven y atractiva madre (Dakota Johnson) y a su pequeña. Intrigada por la absorbente relación entre ellas y el papel de la inquietante familia que la rodea, Leda se siente abrumada por sus propios y confusos recuerdos.

Hive

Dirección: Blerta Basholli

Todos víctimas. La guerra, cualquier guerra, no deja más que damnificados. Ese es uno de los mensajes que gravitan sobre Hive (Colmena), el excelente debut como directora de la guionista kosovar Blerta Basholli que, a través de una poderosa narración cinematográfica, cuenta la historia real de Fahrije Hoti, una mujer que tras perder a su marido en la guerra de Kosovo venció todas las adversidades, también las reaccionarias de su propia comunidad, para levantar un negocio que sigue funcionando y dando vida y sustento a muchas familias de su país.

Ya desde la impactante escena inicial, en la que la protagonista busca entre ropas ensangrentadas el rastro de su marido desaparecido, el espectador se siente partícipe del dolor que inunda la pantalla. Como consecuencia de la guerra su familia está soportando severas dificultades económicas. Pero Fahrije no se resigna y con el fin de mantener a sus dos hijos y a su suegro abre un pequeño negocio de alimentación fabricando ajvar, un producto típico de los Balcanes hecho con pimientos rojos, pimienta y ajo.

Un pequeño mundo

Dirección: Laura Wandel

Pocas épocas de la existencia tan complejas como la niñez. En Un pequeño mundo, la cineasta belga Laura Wandel retrata con crudeza y extraordinaria sensibilidad los claroscuros del acoso escolar a través del drama que soportan dos hermanos, niño y niña, que viven en sus carnes la situación que lejos de la mirada de los adultos soportan muchos más pequeños de lo que cabe sospechar.

Resulta imposible no conmoverse ante lo que la pantalla lanza. Sin efectismos, sin caricaturas ni juicios, Un pequeño mundo encoge el corazón. El espectador vive la angustia de la pequeña Nora (magnífica la actriz de ocho años Maya Vanderbeque en su primer papel ante la cámara). La seguimos cuando ingresa en el colegio en el que ya es alumno su hermano Abel, dos o tres años mayor que ella, y descubre que es acosado por otros alumnos. Él le exige que guarde silencio y ella obedece hasta que ya no puede soportar el suplicio que vive su hermano y se lo cuenta a su padre. A partir de ahí la situación se hace más compleja si cabe.

Miguel Ángel (El pecado)

Dirección: Andrei Konchalovsky

A punto de cumplir 85 años, Andrei Konchalovsky mantiene un pulso narrativo firme y una visión cinematográfica admirable. Vuelve a demostrarlo en su particular recreación de las tribulaciones que, en la parte final de su existencia, acosaron al genio toscano. Emulando el arte del biografiado, Konchalovsky esculpe con mimo cada plano para dejar ante los ojos del espectador una obra de la que resulta pecado apartar la mirada.

Florencia, principios del siglo XVI. Aunque famoso y ya considerado un genio por sus contemporáneos que lo califican como il divino, Michelangelo Buonarroti (Caprese, 1475 – Roma, 1564), hombre de carácter solitario y melancólico, vive en la pobreza, agotado en su lucha por rematar los frescos de la Capilla Sixtina. A los 85 años, todavía subido a un andamio, corre contra el tiempo para concluir la monumental obra de la cúpula de San Pedro. Cuando el papa Julio II fallece, el artista se obsesiona por conseguir el mejor mármol para la tumba de su mecenas.

La peor persona del mundo

Dirección: Joachim Trier

Bajo el categórico título se esconde una de esas sorpresas que engrandecen el arte de las pantallas. El guionista y realizador escandinavo Joachim Trier, con la decisiva aportación de Renate Reinsve, la actriz protagonista, se sirve de la compleja personalidad de la treintañera a la que retrata, una joven ni mejor ni peor que tantas otras, para contarnos pura vida. Su historia tiene al tiempo tal fuerza y sutileza que Cannes, Sevilla y Valladolid le otorgaron premios en sus respectivos festivales.

Como el propio Trier confiesa, sus películas buscan la participación del espectador a la hora de extraer conclusiones. Y en ese sentido recuerda la cita del gran Billy Wilder: “No le des un cuatro al espectador, deja que sume dos y dos”.

El acontecimiento

Dirección: Audrey Diwan

El cine como vehículo de reflexión. Bajo el anodino título la cineasta francesa de origen libanés Audrey Diwan expone ante los ojos del mundo –porque por fondo y forma esta película está llamada a tener eco universal– una clara denuncia sobre el tantas veces inaceptable silencio que por múltiples derivadas rodea el tema del aborto.

Sin decantarse, sin juicios ni tomas de postura, sin síes ni noes, la película, ganadora con todo merecimiento del León de Oro en Venecia, encarna en Anne (personificada con brillantez sobrada en la actriz Anamaria Vartelomei) las dudas y tribulaciones de una joven obligada a tomar decisivas decisiones.

Ennio: el maestro

Dirección: Giuseppe Tornatore

Quinientas partituras para cine y televisión. ¡500! Ennio Morricone (Roma, 1928 – 2020) ha sido uno de los compositores más influyentes de la historia de las pantallas. Giuseppe Tornatore, 11 de cuyas películas se benefician de la música del homenajeado, firmó Ennio: El maestro, un sentido documental que, a través de sus propias palabras y los testimonios de destacados artistas, zambulle al espectador en el mundo espiritual y creativo de un músico admirado e irrepetible.

La MisiónNovecento, Cinema ParadisoPor un puñado de dólaresErase una vez en AméricaEl bueno, el feo y el malo… bandas sonoras que sitúan a su autor como uno de los compositores musicales más influyentes de la historia del cine.

La última película

Dirección: Pan Nalin

Denota en cada plano La última película incondicional pasión por el cine. Inspirada en la propia infancia del guionista y director indio Pan Nalin, el relato del pequeño que descubre el milagro de la luz sobre una pantalla y decide alcanzar el sueño de contar en imágenes las historias que lleva dentro se apodera del ojo y el corazón del espectador a través de este entrañable homenaje cargado de emoción.

Su visión remite de forma inevitable a otro rendido (mítico) largometraje y, de hecho, ha sido calificada como la “Cinema Paradiso india”, aunque lo que se cuenta y cómo se cuenta vaya por derroteros distintos en esta propuesta que ganó la Espiga de Oro de la Seminci de Valladolid y el premio del público en los festivales de Tribeca y Mill Valley.

Vortex

Dirección: Gaspar Noé

Tan descarnada como real, la película de Gaspar Noé -que ya desde su título remite al significado del vocablo: torbellino- sobrecoge por su mirada sin concesiones sobre la decadencia. Dario Argento y Françoise Lebrun interpretan con la maestría de su experiencia a una pareja de octogenarios que se asoma, conmovedoramente inermes, al final de la vida. Profunda reflexión sobre la vejez, con todo su séquito de circunstancias: ocaso físico y mental, enfermedad, pérdida, soledad… Cine difícil e incómodo; sin concesiones. Diálogos e imágenes de altura que se clavan en el espectador con la inevitable dureza de la realidad.

Desierto particular

Dirección: Aly Muritiba

El largometraje del brasileño Aly Muritiba vuelve a demostrar que a menudo las cosas no son lo que parecen, sino todo lo contrario. Así está escrito desde siempre y en ese juego de espejos contrapuestos, valiente y provocadora, la película crece y escarba en la polarizada realidad social y política del Brasil actual de la mano de dos personajes antagónicos condenados a encontrarse y entenderse. 

Presentada en el pasado Festival de Venecia y seleccionada por Brasil a los Óscar 2022, Desierto particular sigue los pasos de un policía de mediana edad caído en desgracia que busca desesperadamente a una amante contactada a través de internet.  

Cliff Walkers

Dirección: Zhang Yimou

Pura imagen. Cliff Walkers, la nueva película del maestro chino Zhang Yimou tras más de treinta años de carrera, deja sobre la pantalla a lo largo de dos horas una colección de bellísimos encuadres. Imágenes difíciles de olvidar para esta compleja trama de espías traicionados y contraespías al acecho en el que el argumento pasa a un segundo plano.

Ambientada en los años 30 del pasado siglo en Manchukuo (Manchuria), entonces un estado del Imperio de Japón en territorio chino, la película, que ya desde el plano inicial constituye una gozada visual, narra las peripecias de cuatro agentes especiales que regresan a China tras recibir entrenamiento en la Unión Soviética. Juntos se embarcan en una misión secreta para combatir al enemigo japonés, pero tras ser traicionados por un compañero al inicio de su misión se verán constantemente amenazados.

EO

Dirección: Jerzy Skolimowski

EO, la última propuesta del veterano realizador polaco Jerzy Skolimowski (Lotz, 1938), inunda la pantalla de cine de altura. Imágenes, planos y encuadres llenos de belleza y sensibilidad para la historia –inspirada en la mítica Al azar, Baltasar, de Robert Bresson– que sigue la mirada, venturas y desventuras de un burro para plasmar una inteligente radiografía del variable carácter de los seres humanos.

Broker

Dirección: Hirozaku Kore-eda

La nueva película de Hirozaku Kore-eda (Tokio, 1962) vuelve a demostrar la extraordinaria capacidad del realizador a la hora de contar humanísimas historias protagonizadas por seres desfavorecidos que, siempre en la frontera de la transgresión, encandilan al espectador. Así sucede con las andanzas de un atípico grupo de personas que pretende hacer caja con la venta de un bebé abandonado.

Rodada en Corea del Sur -es la segunda vez que Kore-eda rueda fuera de Japón-, este drama con tintes de comedia parte del fenómeno de las baby boxes, unas cajas destinadas a depositar a bebés no deseados que existen en ciudades de Corea del Sur desde 2010. Desde este punto de partida, el director deja en la pantalla un sensible relato de gentes en riesgo de exclusión que puede verse como una plegaria.