Colérico y abatido, Ulises regresa a Ítaca

Tras veinte años de ausencia, y tras los durísimos avatares que Homero relata en esa joya sobre el peso de la derrota y la sinrazón de las guerras que constituye La Odisea, Ulises retorna a casa. Las costas de Ítaca asisten a la llegada de un hombre extenuado.

Lacerado el cuerpo y abatido el ánimo, el rey regresa a un escenario en el que muchas cosas han cambiado desde que, seguro de que la victoria estaba a su alcance, partió a la guerra de Troya, donde perdió a todos sus hombres.

Entre tanto, su esposa Penélope, a la que nunca ha podido olvidar, es acosada por una pléyade de oscuros pretendientes al trono, mientras su hijo Telémaco vive en constante peligro de muerte, acosado por quienes ven en él un obstáculo para alcanzar sus ambiciosos objetivos.

Las circunstancias mandan, y Ulises se verá obligado a abandonar su voluntario encierro para, con toda la cólera de una venganza fraguada durante años, enfrentarse a su pasado y recuperar familia y reino.

Uberto Pasolini dirige un filme que se centra en determinados pasajes de la obra literaria, especialmente los que recogen la parte final del drama. Lo hace a través de una puesta en escena premeditadamente áspera, lo que logra que el conjunto transmita el abatimiento de unos personajes que sobreviven como pueden. Esa sensación de austeridad, despojada del boato que a menudo impregna las superproducciones de cine histórico, es uno de los grandes aciertos de esta propuesta.

El drama al que asistimos se refuerza a través del castigado físico de Fiennes, que adelgazó más de veinte kilos para el rodaje. «Era fundamental que el aspecto exterior de Ralph —apunta el director— reflejara y se conectara con su recorrido interior, de modo que el agotamiento, la intensidad emocional y la extrema dureza del viaje se manifestaran en su cuerpo de guerrero».

Si de aciertos se habla, hay que destacar la elección para los papeles protagonistas de Fiennes y Juliette Binoche, que vuelven a compartir pantalla tras Cumbres borrascosas y El paciente inglés. El filme también cuenta con Ángela Molina como Euriclea, fiel confidente de Penélope y nodriza de Telémaco, en un papel corto pero tan intenso como los que a menudo encara la actriz española.

Siete décadas después del Ulises que encarnaba Kirk Douglas, y a la espera de La Odisea que se anuncia para el próximo año bajo la dirección de Christopher Nolan, con un presupuesto que supera los 250 millones de dólares, El regreso de Ulises aporta una íntima y convincente perspectiva sobre la gran tragedia homérica.