D’Annunzio y el fascismo

La acción nos sitúa en la Italia de 1936. En el momento en el que el país vive bajo el control del movimiento fascista liderado por Benito Mussolini, el joven Giovanni Comini es ascendido al cargo de Federal, con lo que se convierte en la persona de menos edad que ostenta en el país tan importante rango. Pero su primera y delicada misión se las trae: debe ganarse la confianza y vigilar a Gabriele D’Annunzio y asegurarse de que el insigne anciano ni saque los pies del tiesto, ni tenga ningún tipo de problema. D’Annunzio, un popular poeta, está cada día más inquieto y desinhibido y el Mussolini teme que con sus acciones y declaraciones pueda perjudicar su ansiada alianza con la Alemania nazi.

El poeta y el espía, escrita y dirigida por Gianluca Jodice, supone su debut en el largometraje. Por su parte y tras haber prestado su piel en la pantalla a otras figuras italianas como Aldo Moro, Fausto Copi o Enzo Ferrari, el romano Sergio Castellitto protagoniza el filme. Intérprete minucioso que estudia física y psicológicamente a los personajes a los que da vida, al referirse a D´Annunzio afirma: “Era un genio. Su propia vida es una obra de arte. Creo que su vínculo con el fascismo ha sido deliberadamente manipulado. Es verdad que se sirvió de su relación con el poder, pero su sentido patriótico, expresado a través de sus ideas fue vampirizado por el poder fascista. Además hay que considerar que en aquella Italia tuvo muchos problemas al manifestar su desprecio por Hitler y la amenaza que representaba para nuestro país una alianza con los nazis. Eso parece haberse olvidado”.

Completan los papeles principales de la película Cotilde Courau (L’ombre des femmes, La vida en Rosa), Tommasso Ragno (Fargo, El Milagro Baby) y el joven Francesco Patanè (Aldo Moro il Professore). 

El personaje

Príncipe de Monterroso y duque de Gallese, apodado Il Vate, Gabriele D´Annunzio nació el 12 de marzo de 1843 en Pescara, provincia de los Abruzos, en el seno de una acomodada familia. Su padre era el alcalde del lugar.

Pronto destacó por su inquieta inteligencia y con apenas quince años publicó Primo vere, su primera colección de versos, al que siguieron, siempre con el aire decadente y sensual común a toda su producción, Canto novo, Poema paradisíaco y los cinco libros de Laudi del cielo, del mare, della terra e degli eroi (1903), para el autor la cumbre de su lírica.

Debutó como novelista en 1889 con El placer y otra de sus novelas, El inocente, fue llevada al cine por Luchino Visconti en 1976, en la que sería su última película. Como dramaturgo es autor, entre otras obras que en su momento despertaron cuasi fervor, de La ciudad muerta, Fedra y La nave. También fue guionista cinematográfico al firmar el texto de Cabiria (1914), el filme de Giovanni Pastrone ambientada en la Roma de la segunda guerra púnica.

Además, D´Annunzio mantuvo una muy activa participación en los diarios de la época agitando el pensamiento de sus lectores que no acababan de saber a qué atenerse. Baste recordar que en 1897, siendo diputado de una formación de extrema derecha, se pasó sin previo aviso a otra de extrema izquierda, lo que provocó su derrota electoral.

Ateo convencido y declarado admirador de Oscar Wilde, Tolstoi y Verlaine, la influencia mayor sobre su pensamiento y obra es la de Friedrich Nietzsche.  

Vida sin tregua de quien frecuentase los salones literarios de la aristocracia romana. De quien viviera continuos y turbulentos romances siempre con bellísimas mujeres, entre ellas la mítica actriz Eleonora Duse. De quien tras su participación en la primera contienda mundial se convirtió en héroe de guerra. De quien naufragó en el Adriático y perdió un ojo en un accidente aéreo. De quien formó parte de una virulenta reacción nacionalista contra la conferencia de Paz de París y estableció una regencia nombrándose a sí mismo Duce de Carnaro.

Ese período en Fiume, de 1919 a 1921, se regirá por una Constitución que establecía que la música era el principio fundamental del Estado y determinaba algunos de los pilares del ideario autoritario que Mussolini exacerbaría, como la economía corporativa, los encendidos rituales nacionalistas, el saludo romano, las camisas negras propias del fascismo y la despiadada represión contra los rivales políticos. Pero pese a su gran influencia sobre el Duce, D´Annunzio nunca estuvo directamente implicado en los gobiernos fascistas.

Así lo defiende El poeta y el espía que, como ya se ha apuntado, rescata el tiempo final de su existencia en su hacienda Il Vittoriale, a orillas del lago Garda, en donde se alió con el silencio, cuidaba con mimo sus rosales y acabó por morir el 1 de marzo de 1938.

La película, que desde su estreno se ha convertido en un fenómeno en Italia, es un retrato más que digno que unos defenderán como muy fiel a la historia y otros acusarán de presentar una visión demasiado ligera del protagonista. Pero, en cualquier caso, la cámara pone el foco en un personaje legendario sin término medio sobre el que el filme invita a reflexionar y profundizar. Y eso es una virtud propia del buen cine.