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Las vidas de Lee Miller

Como explica la propia Winslet, la película sigue, durante la Segunda Guerra Mundial, a Elizabeth Miller (Poughkeepsie, Nueva York, 1907 – Sussex, Inglaterra, 1977), Lee Miller para la historia, célebre y polifacética como exmodelo, artista de vanguardia, fotógrafa de moda y, sobre todo, rescatando la década 1938-1948, en la que el largometraje se centra, la fotoperiodista que retrató el horror de los campos de concentración.

Sus indelebles imágenes, como corresponsal de guerra para las ediciones británica y estadounidense de la revista Vogue, relatan la lucha en el frente aliado, dieron a conocer las atrocidades que la Alemania nazi perpetró y desvelaron al mundo las verdades ocultas, los oscuros secretos del Tercer Reich. Suyas son algunas de las terribles y esclarecedoras fotografías de aquel funesto período.

«Mujer adelantada a su tiempo, desafió las normas de la época», destaca la actriz. «Su inmenso talento, valentía y tenacidad nos regalaron algunas de las imágenes más icónicas y recordadas del siglo XX y cambiaron para siempre la fotografía de guerra al mostrarnos a las víctimas y las secuelas de la guerra, algo inédito hasta entonces. Miller no solo dio voz a los sin voz, sino que mostró a la gente lo que realmente sucedió y que los medios trataban de encubrir y silenciar públicamente. Se convirtió en la voz de la Segunda Guerra Mundial… Documentaba la guerra para las mujeres a través de los ojos de las mujeres. Ella fue devastada por la guerra. La película es sobre dos guerras: la que fotografió en el campo de batalla y la que tenía dentro».

Puntualiza una Winslet que ha invertido casi una década —este es el primer proyecto en el que también es productora— en levantar una propuesta llena de verdad. Un filme que ha sido posible gracias a la colaboración de Anthony Penrose. «El equipo de la película obtuvo pleno acceso a The Lee Miller Archives y gozó de plena cooperación y confianza absoluta de su familia. Tras décadas de desaparición, después de la muerte de su madre, su hijo descubrió en el ático de la casa de sus padres más de 60 000 negativos y fotografías, además de sus diarios, objetos personales y sus cámaras Rolleiflex, que ella había escondido allí tras la guerra. Sin todo eso no habríamos podido hacer la película».

Acompañan en el reparto a la actriz ganadora del Óscar por El lector, Alexander Skarsgård, Josh O’Connor, Andrea Riseborough, Marion Cotillard y Noémie Merlant. Además, lo que da idea de la dimensión del filme, varios de los miembros del equipo han ganado al menos un Óscar. Entre ellos, Pavel Edelman (director de Fotografía), el compositor Alexandre Desplat y el diseñador de vestuario Michael O’Connor.

Por su parte, Ellen Kuras, debutante como realizadora tras una notable carrera como directora de Fotografía, define Lee Miller como «el retrato de una mujer que se adentró en el abismo. Alguien que estuvo delante y detrás de la cámara tomando las riendas de su imagen y creando su propia historia».

También biografía

Precisamente se acaba de publicar en español Las vidas de Lee Miller (Blume) [1], su biografía escrita por su hijo, también fotógrafo y director del Archivo Lee Miller y de la Colección Penrose, en la que se basa la película.

A lo largo del libro, que incluye grandes retratos realizados por Lee, como los de sus amigos Picasso, Tanning o Max Ernst, el autor destaca las diferentes vertientes creativas y aspectos clave de la existencia de su madre. Una mujer que pronto se relacionó con la fotografía, arte al que su padre era muy aficionado, utilizándola desde muy pequeña como modelo.

Con apenas siete años, fue violada por un conocido de la familia e infectada de gonorrea. Eso, en opinión de su hijo, contribuyó a que fuera una niña de carácter difícil que sería expulsada de las distintas escuelas en las que fue matriculada.

Con 18 años, en 1925, viajó a París, donde estudió diseño e iluminación. De regreso a Nueva York un año más tarde, se unió al grupo de Hallie Flanagan, pionera del teatro experimental, y se inscribió en la Liga de Estudiantes de Arte de Manhattan, donde estudió dibujo y pintura.

Por entonces conoció a Condé Nast, fundador de la revista Vogue, con quien inició su carrera como modelo. En marzo de 1927 protagonizó la portada de la revista y, en los dos años siguientes, fue una de las modelos más solicitadas en Nueva York, siendo fotografiada por, entre otros, Edward Steichen, Arnold Genthe y Nickolas Muray.

La utilización de una imagen suya para un anuncio de compresas en el que se la reconocía y con la que ella no estaba de acuerdo fue decisiva para su cambio de rumbo profesional. Volvió a París con el propósito de ser aprendiz de Man Ray, quien se negó en principio a admitirla como alumna, pero pronto se convertiría en su asistente fotográfica, musa y amante. Poco después, Lee puso en marcha su propio estudio en el que, como el tiempo ha aclarado, hizo muchas fotografías de moda atribuidas al propio Ray, más centrado por entonces en la pintura.

En estos años fue una participante muy activa en el movimiento surrealista. Entre sus amigos figuraron Paul Éluard, Pablo Picasso y Jean Cocteau; incluso apareció en la película de este último La sangre de un poeta.

Tras terminar su relación con Man Ray, regresó a Nueva York en 1932, donde abrió un estudio fotográfico y expuso por primera vez. En 1934 se casó con el empresario e ingeniero egipcio Aziz Eloui Bey, con quien se trasladó a vivir a El Cairo. Detenida su vida profesional, allí permaneció hasta 1937, cuando regresó a París y conoció a su futuro marido, el pintor, crítico y coleccionista Roland Penrose.

Recuperada su vertiente fotográfica, algunas de sus imágenes se exhibieron en Londres y en el MoMA de Nueva York. Por entonces vivía en Inglaterra. La Segunda Guerra Mundial era ya un hecho y, desoyendo a familiares y amigos que le aconsejaban regresar a Estados Unidos, se incorporó como corresponsal de guerra para la revista Vogue, siendo icónicas sus reportajes de los devastadores efectos del napalm en el asedio de Saint-Malo, la liberación de París, la batalla de Alsacia y, sobre todo, las terribles imágenes del horror en los campos de concentración de Buchenwald y Dachau.

Entre las fotos que han quedado para la historia figura la que le hizo el fotógrafo David E. Sherman en la que Lee posa desnuda en la bañera de la casa de Adolf Hitler en Múnich. Tomada el 30 de abril de 1945, el mismo día del suicidio del líder nazi en Berlín, la propia Miller confesaría que después se bañó allí y durmió en la cama que habitualmente utilizaban Eva Braun y Hitler.

Ya en la posguerra, siguió trabajando desde Reino Unido para Vogue un par de años y comenzó a sufrir episodios depresivos. Divorciada de su primer marido, en 1947 se casó con Roland Penrose. Al nacer su único hijo cesó su actividad fotográfica y en 1949 se trasladó a Farley Farm House, en Sussex (Inglaterra), donde residió hasta su muerte el 21 de julio de 1977. Así concluían los 70 años de sus muchas vidas.

Lee Miller

Dirección: Ellen Kuras

Guion: Liz Hannah, Marion Hume y John Collee sobre el libro biográfico de Anthony Penrose

Intérpretes: Kate Winslet, Alexander Skarsgård, Josh O’Connor, Andy Samberg, Marion Cotillard y Andrea Riseborough

Fotografía: Pawel Edelman

Música: Alexandre Desplat

Reino Unido / Estados Unidos / Australia / 2023 /116 minutos

Distribución: Vértice 360