Sobre el trabajo mano a mano entre padre e hijo, los realizadores comentan: «Escribimos juntos, decidimos la puesta en escena con el director de Fotografía, dirigimos juntos a los actores. Somos dos, pero a la vez somos uno. Como las hermanas Pleynet. Nos complementamos. Cuando chocamos por ideas, siempre es sin ego ni cerrazón. Siempre acabamos poniéndonos de acuerdo por el bien y el interés de la película. Esto se trabaja mucho antes del rodaje, para que no estemos innecesariamente enfrentados». A lo que Valentin, el hijo, añade: «No hay ningún conflicto generacional entre nosotros, sobre todo porque mi padre está convencido de que es más joven que yo».
La película cambia el nombre real de las pianistas —Audrey y Diane Pleynet— por el de Claire y Jean Vallois, algo que decidieron las propias pianistas, muy implicadas en la producción de un filme «que muestra aspectos de los que nunca habíamos hablado públicamente. Una película en la que hemos cambiado nuestros nombres con el propósito de dar margen a la ficción». Una ficción, pues, que se atiene a la historia real de unas gemelas que, con apenas seis años, ya daban muestras de un virtuosismo fuera de lo común.
Impulsadas por un padre cuya exigencia raya desde el primer momento con el despotismo, las niñas cargan sobre sus hombros con el sueño de un progenitor que lo dejó todo, dispuesto a convertirlas en las mejores. Emprendido ese camino, el talento musical de ambas las lleva a ser admitidas, en primera instancia, en el Conservatorio Nacional de Estrasburgo y, con dieciocho años, en la selecta Escuela Superior de Música de Karlsruhe, un centro dirigido por el prestigioso e intransigente profesor Klaus Lenhardt, quien rápidamente detecta la extraordinaria capacidad de ambas.
Instaladas en la élite internacional del piano, las cosas comienzan a torcerse cuando una de ellas empieza a manifestar los síntomas de una rara variante genética de artrosis que afecta al movimiento de las manos y frena en seco su progresión musical. En principio, su hermana sigue brillando, pero no pasará mucho tiempo antes de que también corra la misma suerte. Todo parece perdido, pero, incapaces de imaginarse sin lo que hasta entonces ha sido la razón de su existencia, juntas comienzan a desarrollar una técnica jamás utilizada que les permitirá seguir desplegando su arte. Desde una conmovedora tenacidad, irán perfeccionando un método que, reinventando una desconocida forma de interpretar a cuatro manos, las volverá a situar en la élite. Seguirán dando conciertos en las más prestigiosas salas del mundo, confirmando ser, realmente, prodigiosas.
Camille Razat y la debutante Mélanie Robert dan vida a las gemelas, para lo cual recibieron clases de piano durante un año. Lo hacen con solvencia y mostrando entre ellas una química que, sin duda, conecta con la de las protagonistas reales de la historia. Junto a ellas, intervienen en la película Isabelle Carré, August Wittgenstein y Frank Dubosc, quien, muy lejos de su registro habitual como cómico, convence en su papel de padre de las criaturas.

Prodigiosas
Dirección: Frédéric y Valentin Potier
Guion: Sabine Dabadie, F. Potier y V. Potier
Intérpretes: Camille Razat, Mélanie Robert, Frank Dubosc, Isabelle Carré, August Wittgenstein y Derek Robin
Fotografía: Danny Elsen
Música: Dan Levy
Francia / 2024 / 101 minutos