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«El motor de la clase política está gripado»

Ramoneda define esta publicación como «de periodicidad lenta y tiempos largos, a contracorriente de esta cultura acelerada en la que vivimos» y cuya cabecera rinde homenaje a Walter Benjamin, que se suicidó en Portbou cuando huía de la persecución nazi.

El director de la nueva publicación insiste en la conveniencia de recuperar la economía para las humanidades y mostró el deseo de que la publicación se constituya en una plataforma para reflexionar sobre los elementos que en el momento actual desconciertan al mundo.

A través de dos disciplinas aparentemente muy alejadas como la filosofía –y las humanidades en general– y la economía, que, en diálogo pueden ser extremadamente útiles para pensar mejor el futuro (que siempre es una manera de entender el presente), la revista apuesta por el debate y el entendimiento.

¿Cómo y por qué surge esta publicación?

Es una revista hecha a contracorriente. En un momento en que todo se acelera y en el que se exige a todos hacer muchas más cosas de las que hacíamos antes en el mismo tiempo, nos lanzamos a una publicación que requiere tiempo y una lectura pausada. Ya nos han llamado locos por intentarlo pero nos anima el hecho de que es un momento en el que hay muchas dudas y muchas incógnitas. La gente está muy desconcertada y creemos que hay espacio para publicaciones que hagan posible la reflexión. Es una revista de ensayos. El ensayo es el elemento estructural. Queremos que sea un lugar de encuentro entre el conocimiento y la experiencia.

maleta-portboudn [1]¿Estamos ante una revista más de preguntas que de respuestas?

Por supuesto y abierta a todos los puntos de vista. Acaso el único elemento común es tener una cierta actitud crítica ante las cosas y la voluntad de buscar perspectivas diferentes. Para ello contamos con gente muy diversa que abordará temas que están ahí, pero tomando distancia, intentando evitar la inmediatez y lo excesivamente coyuntural.

¿Por qué los lectores deberían coger esta Maleta de Portbou?

La curiosidad es el motor principal de la cultura. El ser humano es un ser curioso. Es lo que nos ha llevado al aprendizaje y a la cultura y a salir de la Edad de Piedra. La curiosidad rompe barreras: de las ideas recibidas, de los hábitos y de las costumbres, de las obligaciones que no se cuestionan, de los lugares comunes de la familia y de la tribu, de las verdades establecidas, de las pautas que organizan los espacios de poder. La gente busca el sentido de las cosas. La curiosidad es lo que puede llevar a la gente a una revista como ésta.

Como experimentado observador de la realidad española, ¿cómo ve el país?

Estamos ante un paisaje complicado. Los defectos probablemente inevitables que tenía el régimen político de la Transición, por las circunstancias en las que nació, y la falta de previsión, que sí que era evitable, a la hora de renovarlo a tiempo, nos ha llevado a la actual situación en la que, en mi opinión, el régimen político está gripado.

Hay fracturas en todos los niveles: en la corona, en el Ejecutivo, en el Parlamento e, incluso, en la organización territorial del Estado. Por muchísimas razones estamos en una situación muy complicada, acaso también por una falta de anticipación. Se podrían haber realizado reformas de verdad en relación con la distribución real del poder, con lo que nos podríamos haber evitado algunos de los problemas en los que estamos. Hay que afrontarla con valentía política y no sólo jurídicamente y a la defensiva. Hay que reaccionar.

¿Por dónde debería pasar esa reacción?

Es difícil de imaginar porque uno de los problemas de España es el desgaste de la propia clase política. Una clase tan enquistada como casta no es fácil que aporte las soluciones que se precisan. Es verdad que la irrupción de los movimientos sociales va a provocar choques y movimientos políticos.

La realidad es que hay muchas variables y muchas incógnitas en escena sobre todo en el marco de una crisis económica que es también una crisis social profunda. Todo ello cuando asistimos al desmoronamiento en las bases de estabilidad del estado del bienestar. Pero, como tantas otras veces, surgirán soluciones.