Cuando en una carrera de galgos la liebre corre para no ser alcanzada, rara vez consigue escapar. A veces caen al suelo derribadas y mueren sin que ningún diente las haya rozado. Incluso, tal vez, ni siquiera había ningún galgo corriendo tras ellas.

Cuando un hombre corre atosigado por los deberes cotidianos rara vez queda conforme. También los hombres se colapsan por dentro, como las liebres. Perseguidos –o no– por un galgo. También los hombres tienen un galgo y una zanahoria, un miedo y un deseo. De eso trata El mal de la liebre, una divertida fábula sobre las formas de vida contemporáneas contada a través de la historia del Sr. Smith, una liebre respetable y respetuosa –un buen vecino, un buen marido– que se prepara para la inminente llegada del galgo.

Humor, ironía, ternura

El mal de la liebre, escrita por Javier Hernando Herráez y dirigida por Pedro Casas, es una propuesta de La Compañía del Señor Smith que utiliza el humor, la ironía, la ternura y también la crudeza para contar una historia con la que todos nos podemos sentir reflejados, valiéndose para ello de instrumentos como la danza, la música, la performance e, incluso, las vivencias personales de los intérpretes.

El montaje se construye como una gran metáfora de los modos de vida actuales, planteando un viaje al espectador de gran carga emocional que en ningún momento prescinde del humor.

«El mal de la liebre no es que las liebres sean malas. No. El mal de la liebre es que las liebres no se dan cuentan que están corriendo demasiado. El mal de la liebre es que las liebres no se dan cuentan que han dejado atrás al galgo. El mal de la liebre es que las liebres no se dan cuenta que nunca hubo un galgo persiguiéndolas».

 

La compañía

La Compañía del Señor Smith es un colectivo de artistas de diferentes disciplinas, como la danza, la dramaturgia o las artes plásticas y escénicas, cuyo objetivo es contar nuevas historias utilizando un lenguaje y una perspectiva contemporáneos, desarrollados siempre a través de proyectos de creación como El mal de la liebre, su primer trabajo.

Para este colectivo, el espectáculo no es ajeno al encuentro que se produce en el teatro entre el público y los actores, integrándoles, facilitándoles su reflejo y obligándoles a una reflexión personal. Todo lo que ocurre encima de un escenario sucede gracias a que la gente mira.