La curiosidad que genera la observación de la vida ajena es uno de los temas en los que se centra esta obra. El trabajo de Mayorga es sobre maestros y alumnos, sobre padres e hijos, sobre personas que han observado mucho y aquellas que aún están aprendiendo a mirar. Y eso es lo que busca en el público, que observe las diferente reacciones de cada personaje, no sólo en los momentos en los que está en la escena, sino también cuando está fuera de ella, cuando se encuentra dirigido por el transcurso de los acontecimientos y por su propia curiosidad.

En palabras de Juan Mayorga, Víctor Velasco ha conseguido levantar un montaje “intensamente teatral, tan sencillo como complejo, tan inteligente como lleno de humor”, y para ello, ha contado con un reparto de lujo que incluye nombres como Óscar Nieto San José, Miguel Lago Casal, Olaia Pazos, Natalia Braceli, Rodrigo Sáenz de Heredia y Sergi Marzá.

Literatura de la vida ajena

Con respecto al argumento, El chico de la última fila es una obra que gira en torno al concepto de posibilidad. Germán, un profesor de literatura en un instituto de enseñanza secundaria, tiene un alumno que le llama en especial la atención. El trabajo de Claudio le interesa mucho, en sus redacciones cuenta situaciones que ocurren en casa de su amigo, Rafa.

Estas redacciones sumergen en un juego de conocer intimidades de la vida de otros, que llegan a perturbar las relaciones entre los personajes sin que los interesados puedan advertirlo.