La exposición abarca toda la producción del valenciano, desde sus comienzos en la década de los sesenta hasta sus lienzos más recientes. En ella, la tensión entre la realidad plástica de los cuadros y el sujeto refleja la dualidad de la sociedad. Además, el artista explora el tema de la multitud, donde los humanos son arrastrados a algo más importante que el individuo en sí mismo.

Todos los trabajos representan vistas de pájaro de escenas donde no hay edificios, carreteras ni árboles. No hay pistas que establezcan un paisaje común, lo que incrementa la sensación de desubicación del espectador.

Según Martin Coomer, autor del texto introductorio del catálogo, a la hora de enfrentarse a la exposición «lo primero que llama la atención es el modo en que estas escenas de multitud de Genovés, sin perder su contemporaneidad, de alguna manera parecen trascender su propio marco espacio-temporal».

Obra reivindicativa

La influencia del cine en la obra de Genovés es clara. Coomer opina que al contemplar las obras del valenciano en las que se retrata a multitudes «nos vienen a la memoria aquellas escenas de masas humanas que inmortalizaron cineastas como Sergei Eisenstein o Cecil B. DeMille».

La concepción que tiene Genovés del arte es la de una disciplina fuertemente ligada al compromiso social. Este carácter crítico está en concordancia con el uso dinámico que el artista hace de la línea y la perspectiva, así como la precisión de su ojo para la modulación y el uso del color.

Hacer un recorrido por la obra del artista es identificar diversas temáticas. Así, en la posguerra contemplamos trabajos muy críticos con el franquismo y, ya en los últimos años, lienzos impregnados de un poderoso vitalismo.