Hoy: El diario de Adán y Eva es una adaptación de Twain, en la que se habla de amor incondicional y de la separación y la pérdida que conlleva la muerte. El escritor estadounidense escribe esta obra un año después de la muerte de su esposa, Olivia Langdon. Twain, que conocía bien la Biblia, que tuvo una gran influencia en su obra, convierte este escrito en un tierno y emocionado recuerdo de su mujer.

Milán y Guillén Cuervo se ponen bajo la dirección de Miguel Ángel Solá para llevar a la escena este drama, que también esta cargado de humor, tan presente en los textos de Mark Twain, que escribe con su estilo sencillo, directo, ácido e irreverente y la misma actitud franca y vital de defensa del ser humano.

Se trata de una obra cuidada que apela a los sentimientos, que habla de la fuerza del amor. Transcurre en dos estudios de radio, que se encuentran separados entre sí por 50 años, y está construido sobre tres realidades escénicas: el origen del ser humano desde el punto de vista cristiano es la primera; la segunda se traslada a los años 60, a la última emisión del programa de radio donde Catalina y Felipe popularizan los clásicos de la literatura universal; y la última, que permite al espectador asistir a la entrevista radiofónica realizada al mismo Felipe acerca de su programa de radio y de su relación con Catalina.

Hoy: El diario de Adán y Eva es en definitiva el recuerdo sonoro de las intenciones con las que el ser humano vive su vida. Y una reflexión profunda sobre la muerte con un intenso tono melancólico.