Para esta ocasión, y con la colaboración de la Embajada de Brasil y la Fundación Cultural Hispano-Brasileña, el Museo estrena la película del realizador César Oiticica Filho el viernes, 23 de mayo, a las 19.00 h, con la presencia del director del filme, quien es, a su vez, sobrino del artista. El documental, que ha recibido varios premios en festivales internacionales, como el galardón al mejor largometraje documental en el Festival do Rio (2012) y los Premios Fipresci y Caligari en la Berlinale del año pasado, podrá verse también el jueves 29 de mayo.

La película Hélio Oiticica se plantea como un archivo vivo en el que se entretejen numerosos documentos inéditos, desde los pensamientos del artista como guía narrativa hasta fragmentos audiovisuales desconocidos, para desarrollar un complejo y múltiple relato tanto del autor de Tropicália (1967) como de la vanguardia brasileña de posguerra.

Así, acontecimientos diversos, como la resistencia a la dictadura, su exposición en Whitechapel (1969) o su participación en los Encuentros de Pamplona (1972), convergen, en un intento de fusionar arte y vida, con la música del Are you experienced? de Jimi Hendrix, el movimiento tropicalista de Gilberto Gil o Jards Macalé, los blocos populares, las propuestas fílmicas del cinema-novo de Glauber Rocha, Neville d’Almeida o Julio Bressane, o el underground neoyorquino de Jack Smith y Mario Montez.

Experimentación continua

El Museo Reina Sofía cuenta en su colección con varias obras de Hélio Oiticica, entre las que destaca la citada instalación Tropicália (1967). El trabajo de este artista concentra una de las trayectorias intelectuales y vitales más independientes de la segunda mitad del siglo XX. Formado en el movimiento neo-concreto articulado a mediados de 1950 en Río de Janeiro bajo las ideas de los poetas Oswald de Andrade y Ferreira Gullar, abandona la pintura en una experimentación continua que le va a conducir a cuestionar el rol del artista. “La función del arte no es someterse a la demanda de producción de obra”, escribe, “sino la de cambiar el valor de los cosas”. De esta manera, Oiticica va a poner en crisis muchos de los fundamentos artísticos a través de nuevas categorías, como la experiencia visual en los penetrables, el objeto en los bólides o la intervención del público en los parangolés, dando paso a una práctica artística fundada en la alianza entre conocimiento y sensación, relación y experiencia.