El Lissitzky es uno de los artistas más influyentes, experimentales y controvertidos en el periodo de entreguerras de la primera mitad del siglo XX. Lissitzky afrontaba el arte como una respuesta a las exigencias de su tiempo, un tiempo de crisis y cambios profundos, un tiempo de fe en la industria y la revolución. Y lo hizo rompiendo barreras entre las disciplinas y conectando las artes plásticas, la arquitectura y el diseño.

Nacido en el seno de una familia burguesa hebrea, este arquitecto, pintor, diseñador gráfico, diseñador de exposiciones y fotógrafo, trabajó con los sóviets tras la Revolución de Octubre de 1917, con el arte de vanguardia europeo en los años veinte y como propagandista del régimen estalinista en la década de 1930, hasta su muerte en 1941.

Suprematismo y constructivismo

Lissitzky contribuyó al desarrollo del suprematismo junto a Kazimir Malévich y, posteriormente, del constructivismo. Inventó su propia expresión artística, que denominó Proun, y su obra encontró fuertes conexiones fuera de Rusia, tanto en el trabajo del grupo De Stijl en Holanda como en las enseñanzas de la Bauhaus en Alemania.

MPM-El Lissitzky. © Museo Picasso Málaga.

MPM-El Lissitzky. © Museo Picasso Málaga.

Oliva María Rubio, comisaria de esta exposición, muestra un Lissitzky multidisciplinar para quien trabajo y arte estaban inextricablemente unidos y al artista que creó con todo tipo de medios y “conectó países y culturas, las disciplinas de arte, arquitectura y diseño, el Este con el Oeste”.

Tras la Revolución de Octubre fue invitado por el pintor Marc Chagall para dar clases en el Instituto de Arte Popular de Vítebsk. Allí, junto con sus alumnos y el colectivo suprematista UNOVIS se implicó en todo tipo de actividades de agitación apoyando al Ejército revolucionario mediante trabajos de propaganda que colocaban en tranvías y en edificios.

Social y colectivo

En esos primeros años de la revolución el arte innovador tuvo el apoyo oficial, ya que se pretendía eliminar un arte burgués –considerado decorativo y elitista– y potenciar la nueva cultura proletaria. El Lissitzky, que tenía un concepto social y colectivo del arte al igual que el impulsor del suprematismo Kazimir Malevich, contribuyó a la concienciación de las ideologías del nuevo régimen con un nuevo leguaje abstracto y geométrico.

A partir de 1921, sus viajes entre la URSS y Europa fueron constantes, especialmente a Alemania, en donde se había licenciado en Ingeniería Arquitectónica en 1914, promoviendo así las ideas y el arte soviético y recogiendo a su vez las tendencias y novedades de la cultura occidental.

Se relacionó y trabajó con personalidades del mundo del arte y con los principales artistas de vanguardia: Albert Gideon Brinkmann, Ludwig Mies van der Rohe, Le Corbusier, Raoul Hausmann, Hannah Höch, Hans Arp, Theo van Doesburg, László Moholy-Nagy…Con motivo de sus viajes a Europa, El Lissitzky organizó exposiciones, impartió conferencias, diseño portadas de revistas como Broom y Wendingen, ilustró libros y dio a conocer su obra.

Afirmación de lo nuevo

Miembro activo de varios grupos de artistas e imbuido con el constructivismo, Lissitzky desarrolló su propio concepto artístico a través de pinturas, grabados y dibujos a los que denominó Proun (Proyectos para la afirmación de lo nuevo), concebidos como un cruce de vías entre la pintura y la arquitectura. Conformados por elementos geométricos bi y tridimensionales, a menudo estaban representados de forma axonométrica, mediante proyecciones obtenidas a través de varios ejes, desafiando las relaciones espaciales y la gravedad. Sus obras Proun le inspiraron también para diseñar arquitecturas, vestuario, maquinaria y escenografías.

MPM El Lissitzky Museo Picasso MálagaCon ocasión de esta muestra se ha instalado en el Museo Picasso Málaga una reproducción del Prounenraum que Lissitzky creó en 1923 para la Gran Exposición de Arte de Berlín, un proyecto que llevaba a las tres dimensiones sus investigaciones sobre pintura fusionadas con sus estudios sobre arquitectura. Se trata de un espacio de 3,20 x 3,64 x 3,64 metros que materializa la expresión tridimensional del concepto espacial de los prounen.

El Prounenraum ofrece al visitante una experiencia visual en la que participa activamente pues condensa la búsqueda de lo que las vanguardias utópicas de la década de 1920 denominaron “la experiencia de la totalidad” en la que arte y vida se integran.

En la década de 1920 y tras conocer en Alemania a muchos artistas de vanguardia europeos, especialmente dadaístas y miembros de De Stilj, El Lisisitzky se empieza a interesar por la fotografía, realizando experimentos y composiciones múltiples y a centrarse en proyectos que combinaban lo fotográfico con lo arquitectónico.

Fotografía y cine

En una carta de 1924 a su mujer, Sophie Küppers, afirma: “el cuadro se ha derrumbado junto con el viejo mundo que lo creó. El mundo nuevo no necesitará cuadritos. Si necesita un espejo, ahí tiene la fotografía y el cine”.

Durante su convalecencia en Suiza en 1924, para intentar recuperarse de una tuberculosis, se acrecentó su interés por la fotografía. De esta época datan los retratos múltiples de Hans Arp y Kurt Schwitters, varios fotomontajes, fotografías publicitarias y su famoso autorretrato, El constructor, que a raíz de su publicación en la portada de la revista Foto-Auge se convirtió en el símbolo del arte de los años 20: la imagen de su mano sosteniendo un compás sobre sus ojos es una metáfora de la moderna creatividad que combina la tecnología y el intelecto.

MPM-El Lissitzky. © Museo Picasso Málaga.

MPM-El Lissitzky. © Museo Picasso Málaga.

La fotografia vanguardista de Lissitzky diversificó técnicas y procedimientos: utilizó impresiones dobles, experimento con cianotipos, fotografías y fotomontajes, aplicando estos recursos a ámbitos tan diversos como la publicidad, el cartelismo, las publicaciones y las construcciones.

Una pasión: la arquitectura

Tras su regreso a Moscú en 1925 se vuelca en su verdadera pasión, la arquitectura. Se presentó a diversos concursos y realizó numerosas propuestas, como la de Wolkenbügel, un rascacielos horizontal que contradecía la imperante verticalidad. Aunque nunca ninguna de sus propuestas arquitectónicas llegó a realizarse, emprendió paralelamente una gran variedad de proyectos desde planificación urbana, diseño de muebles hasta el diseño de exposiciones y escenografías. Así diseñó los montajes de las grandes exposiciones que se realizaron fuera y dentro de la Unión Soviética entre 1927 y 1930, en los que hacía concluir sus principales inquietudes: la arquitectura, la tipografía, la narración y el movimiento.

Lissitzky está considerado el precursor de la tipografía moderna y sus aportaciones en este campo fueron importantes y decisivas. Involucrado con el movimiento nacional ruso para el resurgimiento de la cultura judía, sus primeros trabajos ilustraban libros en yiddish. Durante toda su carrera trabajó en el diseño de publicaciones y revistas, convirtiéndose en uno de los pioneros del diseño moderno de libros. En sus composiciones tipográficas, tendía a dar predominancia a la letra inicial, utilizando fuentes fácilmente disponibles y tipos móviles.

Legado gráfico y tipográfico

Los últimos 10 años de su vida se involucró en la divulgación de los logros de la modernización de la Unión Soviética realizando trabajos de propaganda. A partir de 1930 y hasta su muerte en 1941, El Lissitzky diseñó diversas diversas publicaciones para el Estado soviético, entre las que destaca su trabajo en la revista URSS en Construcción. Su mujer Sophie Küppers, historiadora de arte y artista, colabora activamente en esta nueva etapa. Esta revista fue unos de los principales medios para mostrar en el extranjero y en el propio país los avances que favorecían la imagen de la Unión Soviética, especialmente los relacionados con la industrialización.

Editada inicialmente hasta en cinco idiomas, incluido el español, cada número estaba dedicado a un tema concreto que decidía un consejo editorial formado por escritores, fotógrafos y diseñadores. En los 17 números que diseñó El Lissitzky –algunos de los cuales pueden contemplarse en el Museo Picasso Málaga– utilizó todo tipo de recursos para contribuir de manera eficaz al carácter propagandístico de la revista.

Son comunes los recortes circulares, las disposiciones en diagonal y las superposiciones, las páginas desplegables y medias páginas que rompen el ritmo de la lectura. Sus fotomontajes, las bandas para dividir secciones, las imágenes yuxtapuestas, el uso de diversos tipos de papel, negritas, las letras de gran tamaño son parte del lenguaje épico, narrativo y visual que constituye el legado gráfico y tipográfico de El Lissitzky.

 

Catálogo y seminario

El catálogo de esta exposición –editado en español, inglés, italiano y catalán– es una coedición de las cuatro instituciones organizadoras: Museo Picasso Málaga, MART, Fundació Catalunya-La Pedrera y La Fábrica.

Sus 200 páginas incluyen reproducciones de las obras que conforman la muestra y recoge textos de Olivia María Rubio, comisaria de la muestra; José Lebrero, director artístico del MPM; Valery Dymshits, profesor de la Universidad Europea de San Petersburgo; Víctor Margolín, profesor de la Universidad de Illinois; e Isabel Tejeda Martín, profesora de la Universidad de Murcia. Incluye, asimismo, parte de la correspondencia que El Lissitzky cruzó con Theo van Doesburg o Le Corbusier, entre otros célebres creadores.

El ciclo de conferencias que se desarrolla en paralelo a la inauguración de la exposición contextualizará la figura y el trabajo artístico de uno de los creadores más significativos de las vanguardias rusas.

Martes 24 junio, 19.00 h

– Lenin, Trotsky, Stalin: tres que hicieron una revolución. Juan Pablo Fusi, catedrático de Historia Contemporánea. Universidad Complutense de Madrid.

– El Lissitzky y su tiempo. El artista global. Oliva María Rubio. Comisaria y directora artística de La Fábrica. Madrid.

Miércoles 25 junio, 19.00 h

– La mano, el ojo y el compás. Juan José Lahuerta. Jefe de Colecciones del Museo Nacional de Arte de Cataluña.

– El Prounenraum de Lissitzky. Entre la composición y la construcción. Willem Jan Renders. Conservador de Arte ruso. Van Abbemuseum. Eindhoven.