Marcos inaugura ahora la temporada 2014-2015 en la Sala Canal de Isabel II de Madrid con la exposición Ángel Marcos. Alrededor del sueño 4. [Madrid], una selección de imágenes de estos tres primeros trabajos y obras de nueva producción realizadas específicamente en Madrid que ofrecen una visión general del proyecto y de la idea principal sobre la que se asienta, que no es otra que la desaparición de la ciudad como elemento determinante de la idea de progreso global.

En las imágenes neoyorquinas que iniciaron este proyecto en 2001 destacan los eslóganes y las vallas publicitarias que se utilizan como símbolos de la idea de deseo en una sociedad en la que parece que todo es posible. Imágenes que muestran una realidad muy distinta. Los alrededores de una urbe donde permanecen inertes los restos de un proceso de modernización que ha dejado a su paso cúmulos de basura, abandono y muchos deseos incumplidos.

Otros lemas

Esta constante de los eslóganes se reflejará también en el trabajo que de 2004 a 2006 llevó a cabo en Cuba, con la salvedad de que en esa ocasión lo que aparecen son los lemas de una revolución, imágenes del Ché Guevara y otros símbolos. Frases y sentencias que Ángel Marcos encuentra grafiteados en las paredes de edificios coloniales amenazados por la ruina, que reflejan un paisaje urbanístico desolador y vencido por el tiempo.

En su tercer proyecto, realizado en Shanghái en 2007, se detiene, de nuevo, en la periferia, en aquellos espacios donde todavía se pueden hallar rastros de barrios antiguos y las formas tradicionales de vida que las grandes urbes han arrasado para dar paso a la modernidad absoluta reflejada en un nuevo skyline de grandes torres y edificios. Un acelerado progreso que deja asomar todo tipo de dramas humanos y un amplio espectro de contrastes.

¿Pensar la ciudad?

Todos estos trabajos tienen un denominador común, la imposibilidad de pensar la ciudad, porque esta solo es un punto de un proceso de urbanización generalizado, y a estos escenarios, por todos conocidos, se suma ahora el sueño europeo que el artista aborda desde un escenario propuesto de lo que denomina la Europa del sur: Madrid.

En sus fotografías, Marcos abre los ojos a la cotidianidad, fijándose en lo aparentemente banal para sacar sus propias conclusiones acerca de las realidades de todas estas metrópolis y estos escenarios en los que la gente, por decirlo de alguna manera, se ha difuminado, y con ello, la simple posibilidad de pensar otras realidades.

Por tanto, este mundo vacío no es para nadie. Solo está dispuesto para las transacciones y el intercambio, ya sea este mercantil o simbólico. Un mundo que crea su propia dinámica de desarrollo, en constante cambio y donde la experiencia humana es subsidiaria.

También Madrid

La ciudad de Madrid, como cuarto capítulo de Alrededor del sueño, ocupa las salas primera, segunda y tercera de la Sala de Exposiciones Canal Isabel II. Todas las ciudades, y Madrid no es una excepción, se enuncian a sí mismas a través de multitud de signos diferentes que forman parte, y se configuran, a través de las expresiones de las diversas culturas que han convivido desde su fundación, en este caso la congestión, redistribución, historia y turbulencias forman parte del ideario seleccionado para la pieza suspendida que se ha instalado en el centro del edificio desde la indagadora visión de Ángel Marcos.

De tal forma, la muestra queda formada por 10 obras de gran formato (la mayoría inéditas), una instalación de más de veinte elementos de acero retroiluminados, un gran pieza central con cerca de doscientas fotografías sobre Madrid y un vídeo instalado en la cúpula de la sala.

 

Más allá de la experiencia

OLYMPUS DIGITAL CAMERAEl trabajo de Ángel Marcos remite insistentemente al “punto ciego” de Canetti, más allá del cual las cosas han dejado de ser verdaderas. En este más allá de la experiencia moderna es donde el autor sitúa el disparador de su mirada; allí, en el espacio comprendido entre el deseo y la publicidad en tanto que construcción resultante del hecho histórico de haber reemplazado lo real por la seducción.

Su trabajo se desarrolla sobre proyectos concretos que sirven de enfoque subjetivo para la acción fotográfica. Tal es el caso de Los bienaventurados (1997), La Chute (2000), Alrededor del sueño (2001-2008), Rastros (2003), Un coup de dés (2008), Rabo de Lagartija (2010), La mirada oculta (2011) o La subversión íntima (2013). Todos estos proyectos se han exhibido en exposiciones individuales y colectivas en numerosas instituciones internacionales y galerías.