La exposición, organizada en el marco del proyecto Los usos del arte de la red de museos europeos L’Internationale, reúne obras en múltiples formatos: pintura, fotografía, vídeo, tapiz, documentos, murales, etc., así como 12 instalaciones producidas expresamente para la ocasión de más de 30 artistas españoles, como el colectivo Subtramas y Nuria Güell, y extranjeros, entre los que destacan creadores como Mladen Stilinovic o Cecilia Vicuña, y otros más jóvenes, como Brook Andrew, Catarina Simao o Trevor Paglen. También cuenta con artistas y colectivos cercanos al activismo, como Emory Douglas, Victoria Lomasko o los grupos Mujeres Públicas e Iconoclasistas.
Organizaciones obreras
Un saber realmente útil apuesta por el establecimiento de nuevos modos de aprendizaje y enseñanza recíprocos, así como por repensar las formas de organización política y social, investigando el papel del saber a lo largo de la historia reciente hasta la actualidad. De este modo, la muestra indaga sobre la posibilidad de que el arte sirva para iniciar encuentros y debates entre personas, obras, estructuras, herramientas objetos, imágenes e ideas.
El título de la muestra fue acuñado a principios del siglo XIX por las organizaciones obreras de Reino Unido para oponerse a la educación orientada a la producción, tal y como la concebía la clase dirigente. Estas organizaciones dirigieron su aprendizaje hacia ciertas disciplinas consideradas «no prácticas», como la política, la economía y la filosofía, en oposición a los «saberes útiles» pregonados por los patronos, que comenzaron a financiar la educación de los obreros en conocimientos como la ingeniería, la física, la química o las matemáticas.
Arte útil
En la exposición aparecen diversos temas recurrentes que giran en torno a la relación entre el artista y el cambio social, la tensión entre la necesidad percibida de implicación activa y «la insistencia en el derecho del arte de ser útil», como aseguran las comisarias, Ivet Ćurlin, Ana Dević, Nataša Ilić y Sabina Sabolović.
Prescindiendo de designar un método concreto, se presenta un abanico de estrategias y metodologías a través de las cuales los artistas deconstruyen los saberes aceptados y desafían las opiniones hegemónicas sobre la historia, el arte, el género, la raza y la clase.
Este es el sentido de una exposición que parte de una reflexión crítica de la pedagogía, de un replanteamiento acerca de los modos de aprendizaje y de un análisis de los recursos y medios dedicados a la educación.
Actividades paralelas
Un saber realmente útil cuenta con un amplio programa de actividades. Así, por ejemplo, el colectivo español Subtramas ha ideado un programa de mediación y una serie de acciones concretadas en lecturas, debates, etc. con las que se buscará el diálogo sobre temas transversales de la muestra: feminismo, inmigración, sida, economía, seguridad en internet, educación, arte y propaganda, entre otros.
El programa de mediación se basa en cuatro propuestas de recorrido que invitan a descubrir la exposición individualmente o de forma colectiva con el apoyo de un mediador cultural. Colectivos como Contrabandos, Cine sin Autor, somatecxs, Me acuerdo… o Mujeres Públicas serán los encargados de dar forma a estas iniciativas que intervendrán, reivindicarán y conversarán sobre el uso del arte como práctica crítica que ha de inducir a la reflexión para producir conocimiento «realmente útil».