Cuando conoció a los etíopes en este viaje, Pérez Río sintió un fuerte impacto visual, por lo que decidió volver dos años después y realizar la serie de retratos que componen Lo inevitable.

Transformación

En esta serie se aprecian varias cuestiones que están presentes en la obra del fotógrafo: la difícil convivencia entre las minorías y la cultura dominante, las consecuencias de la economía global en los rincones más remotos y la relación entre el hombre y el territorio, en un momento en que ambos están sufriendo una transformación irreversible.

Los proyectos del fotógrafo se caracterizan por intentar profundizar, a través de la palabra y la imagen, en la identidad del individuo y su lucha por sobrevivir en un mundo globalizado, la construcción de imágenes que abran una grieta en el imaginario heredado del colonialismo, el valor curativo del arte y su capacidad de redención o la ciudad como espacio para generar soledad.

La identidad

La exposición se aleja de la visión paternalista que se ofrece a menudo del continente africano, y propone al espectador varias cuestiones. Por una parte pretende aumentar la visibilidad de los habitantes de un territorio donde se están realizando reasentamientos forzosos y cesiones masivas de tierra a empresas extranjeras sin la participación de las comunidades locales.

Por otra quiere fomentar la reflexión sobre la identidad de una cultura en un proceso de cambio irreversible, una tensión transformadora que se revela en la distancia existente entre la apariencia y el contexto, entre los deseos y la realidad de sus protagonistas. Por último utiliza la fotografía como reclamo para poner en cuestión la imagen mental que los medios occidentales han ido forjando sobre el continente africano, y sobre un país como Etiopía.