Conocidas como las «catedrales del vino», durante los primeros años del siglo XX proliferaron las bodegas construidas al amparo de la eclosión del cooperativismo y el modernismo. Hoy estas edificaciones se erigen como testimonio vivo de una época convulsa pero caracterizada por la creatividad, el ingenio y, especialmente, la colaboración entre propietarios y jornaleros, entre la ciudad y el campo.

La crisis era un concepto que el mundo del vino ya ‘controlaba’ a principios del siglo XX. Es en ese momento cuando labradores y propietarios, antes enfrentados, acaban uniendo fuerzas para salir del bache. Nace entonces el cooperativismo, que sacude especialmente la agricultura catalana, y de la mano del cooperativismo llega el modernismo, que impulsa desde la ciudad cambios técnicos y artísticos. De este modo se construyen más de una treintena de bodegas. Estos nuevos centros vínicolas están diseñados para modernizar el medio rural y reivindicar el mundo del vino, que toma entonces más fuerza que nunca.

Redescubrir las bodegas

Bodegas. Cooperativismo + Modernismo ofrece las claves para entender el valor artístico y la singularidad arquitectónica de estas bodegas, así como su historia y las innovaciones técnicas y constructivas que conllevaron. Todo ello, tomando como hilo conductor a los arquitectos (principalmente a Cèsar Martinell, que proyectó más de la mitad de estos edificios) y a las personas que vivieron o aún viven en ellos y con un objetivo final: redescubrir las bodegas que todavía hoy dominan el paisaje de numerosos pueblos de Cataluña. Para ello, el público encontrará fotografías, infografías y audiovisuales, pasando por documentación de la época, así como pantallas táctiles interactivas y otros elementos museográficos.