María Aranguren. Doble Rosa, 2013.

La galería, que se encuentra sumergida en plena naturaleza segoviana, pretende seguir innovando en la forma de exponer gracias a las residencias, añadiendo a la obra contemporánea la experiencia del paisaje y el acceso directo al autor en el contexto de la creación. Por ello, María Aranguren tiene la posibilidad de trabajar durante un mes envuelta en un entorno único y rodeada de su propia obra.

La muestra, que referencia su taller de trabajo, es un ejemplo del desarrollo de su proceso artístico y plantea un diálogo entre sus pinturas y los policarbonatos celulares con los que está trabajando en los últimos años.

La residencia ha sido concebida como un estudio abierto en el que cada fin de semana el público podrá visitar el taller de Aranguren, ver las obras y conversar con ella. A cambio, ella les invitará a compartir un momento de intimidad en el que poder conocer de cerca su proceso creativo.

Posteriormente, coincidiendo con el fin de la residencia, el 18 de abril, la artista presentará su nueva obra, que será incorporada a la exposición, continuando el proceso de diálogo planteado en ella, y que se podrá visitar hasta el 2 de mayo.