Este formato, inaugurado en 2014 con la producción de Cendrillon de Pauline Viardot, quiere dar visibilidad a un importante corpus teatral que, por sus características (obras de pequeño formato en las que interviene un reducido número de intérpretes), no suele tener cabida en los teatros de ópera convencionales. Estas mismas características lo hacen particularmente apropiado para una sala de cámara como el salón de actos de la Fundación. Además contribuye a potenciar la difusión del repertorio teatral español en sintonía con los objetivos desarrollados por la Biblioteca Española de Música y Teatro Contemporáneos, creada por la propia Fundación en 1977.

Un entremés y una opereta

Esta producción pone en escena Los dos ciegos, un entremés cómico compuesto por Francisco Asenjo Barbieri en 1855 sobre un libreto de Luis de Olona, que, a su vez, surge como una adaptación al contexto español de Les deux aveugles, una bouffonerie con música de Offenbach que se había estrenado en París ese mismo año. A pesar de su tibia acogida inicial, Los dos ciegos acabaría por convertirse en uno de los emblemas del teatro por horas, un modelo de programación teatral que despuntó en Madrid en el último tercio del siglo XIX.

Al mismo tiempo se recupera la versión original, concebida para canto y piano, de la opereta Une éducation manquée, de Emmanuel Chabrier. El estreno de esta obra tuvo lugar en París en 1879, y contó con la participación del compositor interpretando la parte pianística. Con posterioridad Chabrier creó una versión orquestal de la obra, que quedó sin estrenar hasta 1913.

Con estas dos obras, la Fundación Juan March y el Teatro de la Zarzuela realizan su segunda coproducción, continuando la línea de trabajo que se inició este mismo año con la recuperación de Fantochines de Conrado del Campo.

Con la mirada en Francia

La zarzuela –entendida como un género teatral en castellano en el que se alternan partes habladas y partes cantadas– se desarrolla a partir de los años cuarenta del siglo XIX y basará muchos de sus libretos en traducciones y adaptaciones de obras francesas. Este es el contexto musical de este programa doble que coproducen la Fundación Juan March y el Teatro de la Zarzuela.

Los dos ciegos

Desde comienzos de los años cincuenta del siglo XIX, Francisco Asenjo Barbieri se había convertido en uno de los abanderados de la zarzuela. Para lograr el desarrollo de este género, Barbieri y otros autores volvieron sus ojos hacia Francia, donde triunfaba la opereta (que compartía con la zarzuela su dimensión cómica o la alternancia de partes habladas y cantadas). En 1855, el propio Barbieri viaja a París y, a su vuelta, encarga a Luis de Olona un libreto basado en Les deux aveugles, una bouffonerie musicale en un acto que Jacques Offenbach había estrenado con éxito ese mismo año.

En su adaptación, Olona y Barbieri trasladan la acción a un ambiente madrileño, manteniendo el sentido del humor, la mala fe y el nulo sentido artístico de los dos ciegos que, con un trombón y una guitarra, compiten por conseguir las limosnas de los viandantes. Pero hay algo más: Barbieri llega a conservar un número de la música de Offenbach, un procedimiento altamente inusual. En esta ocasión, Los dos ciegos se interpretará en un arreglo para canto y piano de la época.

Une éducation manquée

Ambientada en un salón de la pequeña burguesía, Une éducation manquée cuenta la historia de una pareja de recién casados. A pesar de la inmensa cultura que les ha transmitido Pausanias, su estrafalario preceptor, los dos jóvenes se enfrentan a un enorme dilema: ¿cómo actuar la noche de bodas? Gontran y Hélène, los protagonistas, tratarán de averiguarlo, pero no conseguirán obtener una respuesta hasta que, en medio de una tormenta, descubran cómo deben comportarse en esa delicada situación. Esta refinada opereta de Chabrier fue estrenada el 1 de mayo de 1879 en una sesión privada celebrada en el Cercle de France International de París, con el propio compositor interpretando la parte de piano, tal y como fue concebida. La sutilidad de la partitura provocó que los directores teatrales le dieran la espalda, por lo que fue preciso esperar hasta 1913 para poder escuchar su versión orquestal.

Este coproducción recupera la partitura original para tres voces y piano. En esta ocasión, se han traducido al castellano los diálogos hablados de la opereta de Chabrier, manteniendo en el francés original las partes cantadas. El libreto de esta producción incluye textos de Pablo Viar (De la ceguera a la luz), Isabelle Porto (La música, una escuela de la vida) y Enrique Mejías García (La recepción de Offenbach en Madrid).