El productor, compositor y cantante Paco Ortega vuelve a dirigir este ciclo que presta el escenario de la Sala Berlanga a artistas emergentes que indagan en la frontera entre el flamenco profundo y el flamenco mestizo.

Ortega destaca la calidad de María José Pérez y Ana Salazar, que abrirán el ciclo el día 21 de mayo; el mestizaje que propone Gardenia y la sensibilidad de la poesía de Rocío Rico, que mostrarán su visión del flamenco en la noche del 22; y la valentía de Maui, trasgresora de la copla, la estética y la melodía, que cerrará la muestra junto a Emilio Cara Café, acompañado por algunos artistas de la barriada sevillana de ‘Las Tres Mil Viviendas’ el día 23.

  • Precio: 5 euros. Venta anticipada en taquilla y en entradas.com

Acerca de los artistas

  • Nacida en Almería, María José Pérez Rodríguez, cantaora flamenca, ha colaborado con multitud de músicos y compañías por todo el mundo. Por su parte, Ana Salazar (cantaora y bailaora) es una artista arraigada al flamenco que busca nuevos cauces de expresión. Forjada como bailaora en las mejores compañías de flamenco, ofrece una unión de cante y baile que ha sido reconocida internacionalmente.
  • Rocío Rico, cantante y compositora andaluza afincada en Bolonia (Italia), lleva más de una década interesada en la experimentación y la fusión de géneros musicales. Y Gardenia, intérprete y compositora nacida en Madrid que comenzó a investigar y nutrirse de nuevas melodías cantando en la calle y locales de música en directo, siente atracción por el mestizaje y se ha embarcado en diversos proyectos de música y arte desde que comenzó a viajar por el mundo a los 20 años.
  • En el caso de Maui empezó a cantar, componer y tocar la guitarra y el piano desde muy pequeña aunque a los 18 años, tras su ingreso en el conservatorio de música, se decantó por el violonchelo. Su primer disco en solitario es Viaje interior. Finalmente, Cara Café , El Torombo y algunos artistas de la barriada sevillana de ‘Las Tres Mil Viviendas’ se han unido para mostrar lo que ocurre en este barrio en el que, según Paco Ortega, “el metro cuadrado no se mide en euros sino en talento”.