Esta muestra destaca la aportación del pintor y escritor Santiago Rusiñol (1861-1931) en el proceso de revalorización del Greco que tuvo lugar a finales del siglo XIX. La pintura de El Greco no encajaba en la visión academicista dominante en el arte hasta finales del siglo XIX. A partir de 1860, los impresionistas se fijaron en él y, después, una generación de intelectuales próximos a la Institución Libre de Enseñanza defendió su realismo para proclamarlo precursor de Velázquez y padre de la escuela pictórica española.

Rusiñol propuso al Greco como un paradigma de modernidad y el estandarte de su nuevo credo artístico. Reivindicó sus valores subjetivos y espirituales, así como la fuerza expresiva de sus obras más originales. Fue el emblema de su visión renovadora, compartida por Zuloaga y por escritores como Azorín y Baroja.

Esta muestra ha sido organizada en colaboración con la Fundación Francisco Godia y con el Museo del Cau Ferrat de Sitges.