A través de obras que destacan por su delicadeza y meticulosidad, la exposición pretende mostrar al público japonés la calidad y particularidad de la colección del Prado, perfilada por los gustos y el afán coleccionista de los sucesivos reyes españoles.

Las obras seleccionadas para esta exposición son de dimensiones modestas, pero abarcan varios géneros y temas, lo que permite a los visitantes apreciar la elaborada expresión de los grandes maestros. También se presentan 35 pinturas sobre tabla, que siempre están sujetas a límites estrictos en cuanto a transporte y exposición pública.  

Además del detenido relato de la historia del arte que propone el museo, la exposición permite apreciar la técnica más esmerada y el refinamiento culto que alcanzó el quehacer de los nombres esenciales que configuran la identidad y calidad del Prado.

Esta muestra, que abarca cinco siglos de arte, se basa en la organizada por el Prado en 2013 y que ahora se reconfigura para celebrar el quinto aniversario de la apertura del Museo Mitsubishi Ichigokan.