La visión pictórica de Larrondo podría entenderse como un ensayo en el que el lienzo se convierte en un vehículo de expresión que aúna pensamiento y pintura para convertirlos en una fusión única. Fruto de esta combinación nace el sentido poético y narrativo de sus obras, que traen consigo imágenes cargadas de múltiples lecturas y convierten el uso del color en el catalizador de los sentimientos.

El manejo de la técnica pictórica en Larrondo lo convierte en un artista de estilo personal e inclasificable. Las 32 pinturas junto a las cinco esculturas que conforman la muestra evidencian que se trata de una obra repleta de referencias a la literatura, el cine, la historia del arte o a las propias experiencias personales.

Mediante esta combinación de materia y concepto hace cómplice de su juego al espectador, a quien invita a reflexionar sobre la naturaleza humana tratando temas tan universales como la violencia, el poder o la religión. En sus obras, además, el título se suma a la imagen, y a esta combinación podría añadirse la libre interpretación de quien la contempla, ya que Larrondo ofrece obras abiertas y no mensajes unívocos.

José Guirao, comisario de la exposición y ex director de La Casa Encendida y del Museo Reina Sofía, destaca la importancia de la ironía en la obra de Larrondo, así como el uso del color, «que tiene el papel de expresar los sentimientos». «El color no lo pienso, lo siento», dice el artista. «Pocos pintores utilizan el color como él, de forma en apariencia tan impura, alejado de efectos y protagonismo a primera vista, pero pocos destilan tanta verdad de esa impureza. El color en sus obras no solo es inusual e intenso, se nos antoja, también, infinito», señala Guirao.

Palimpsesto de voces

Para acompañar la muestra se ha invitado a más de treinta destacados narradores y poetas de lengua castellana a interpretar cada uno de los cuadros que forman la muestra a través de un texto de libre creación. El resultado es un compendio de diferentes miradas sobre la pintura de este artista.

Los escritores participantes son Pilar Adón, Marcos Canteli, Miguel Casado, Estrella de Diego, Víctor M. Díez, Edgardo Dobry, Rodrigo Fresán, Antonio Gamoneda, Olvido García Valdés, Orlando González Esteva, Menchu Gutiérrez, Bárbara Jacobs, Antonio Lucas, Javier Montes, Luis Marigómez, Gustavo Martín Garzo, Juan Carlos Mestre, Esperanza Ortega, Carlos Ortega, Eloísa Otero, Nilo Palenzuela, Mariano Peyrou, Pedro Pizarro, Pedro Provencio, Soledad Puértolas, Esther Ramón, Ildefonso Rodríguez, Daniel Samoilovich, Tomás Sánchez Santiago, Marta Sanz, Pedro Serrano y Alfredo Taján.

«Una suerte de palimpsesto de muchas voces alrededor de la obra de un pintor podría crear una especie de polifonía anómala que expandiera sus voces hacia muchos y desconocidos lugares. Porque la pintura de Larrondo, su propia trayectoria, no deja de ser una anomalía en el contexto en el que se inscribe y al que se dirige. De ahí su carácter casi secreto desde hace años», comenta Guirao.