Quijote. Femenino. Plural.El montaje presenta a las mujeres cervantinas con fidelidad pero traídas al presente. Mujeres con entereza, capacidad de convicción, ideales, potente personalidad, valores, que, en muchas ocasiones, han pasado desapercibidas. Lidia Navarro y Ainhoa Amesto dan vida a dos juglaresas del ya entrado siglo XXI, son las voces que conducen al espectador en este optimista y empático canto de libertad, que respeta la tradición, desde el punto de vista contemporáneo.

Teresa, esposa de Sancho Panza, desconfía de las correrías emprendidas por su marido en compañía del enloquecido Alonso Quijano. Para controlarlo decide enviar tras la pareja a su joven hija Sanchica, la cual le mantendrá informada. Pero esta irá deshaciendo los entuertos en los que se mete su padre y será suficientemente discreta como para que no se percaten de su proximidad. Sanchica irá y vendrá por los caminos aquejada de unas inmensas dudas sobre su propio mundo interior.

Cuestión de alcurnia

El problema que le atormenta mayormente es el amor. Sanchica muestra especial inclinación por Lope Tocho, un mozo «rollizo y sano» del lugar, según Cervantes. La confusión se plantea en el momento en que su padre Sancho Panza promete convertirla en princesa de la Ínsula Barataria. Un ascenso en la escala social que le lleva a cuestionarse si no sería más apropiado buscar un pretendiente de mayor alcurnia.

Esto es lo que defiende su padre, mientras que su madre presiona a su hija para que olvide tales fantasías. En este peregrinaje escuchará las historias, recomendaciones y advertencias que le harán todas las mujeres con las que se encuentre: Marcela, Dorotea, Luscinda, Maritornes, Quiteria, Dulcinea, entre otras, aleccionarán a Sanchica, pero será ésta la que tendrá que tomar una resolución desde su libertad como mujer y como ser humano.

Vestuario de D’Odorico

La obra de Estival Producciones se gestó con motivo del Cuarto Centenario de la publicación de la primera parte del Quijote en el entorno de la Universidad Complutense de Madrid, a partir de la inquietud de un grupo de profesores que quisieron estudiar los entresijos de la obra cervantina desde la desconocida perspectiva de los personajes femeninos. Cuenta con la colaboración del escenógrafo Andrea D’Odorico, recientemente fallecido. A través de su sugerente vestuario traslada al espectador con Sancha, del establo rural a la Ínsula Barataria.

En plena gira, que la ha llevado por lugares como el Festival de Teatro Clásico de Almagro o Nueva York, la obra continuará su trayectoria en los próximos meses en espacios como la Universidad Menéndez Pelayo de Santander o el Festival de Teatro Clásico de Chinchilla.

  • De martes a sábado a las 20.30 h. / Domingos a las 19.30 h.