Los minerales, gemas y fósiles destacan en la naturaleza por su especial forma, brillo, color o dureza. Desde los tiempos más remotos merecieron la atención del hombre, que otorgó a las piedras propiedades protectoras, sanadoras o eróticas y confió en ellas para alcanzar fuerza y favores o realizar encantamientos.

Médicos y sanadores del pasado emplearon materiales geológicos para conservar o restablecer la salud, y esta tradición quedó registrada en importantes textos médicos y en unas obras singulares llamadas lapidarios.

Pensamiento mágico

Tierras que curan. Fotografía: Jesús de Miguel.

Tierras que curan. Fotografía: Jesús de Miguel.

Para entender el valor terapéutico asignado a gran parte de estos “remedios minerales” hay que recurrir al pensamiento mágico. El color rojo representa a la sangre y también a Marte –el planeta rojo– y así, corales, rocas o minerales de este color fueron utilizados para combatir hemorragias. Se consideraba que compartían las propiedades benéficas o maléficas que atribuían a este astro, mientras que fósiles con forma fálica se recetaron contra la impotencia sexual o los males de vejiga.

Todas las civilizaciones del pasado tuvieron su particular arsenal terapéutico de origen mineral pero el poder curativo del mismo dependió de cada cultura. En Occidente, la piedra cornamenta de ciervo, aplicada en ungüentos sobre la cabeza, propiciaba una hermosa cabellera; si se llevaba durante la boda, mantenía hasta la muerte el amor de los esposos. En Oriente nunca se empleó para tratar problemas capilares o conyugales, sino afecciones cardíacas y crisis epilépticas.

La rareza de las gemas y fósiles, junto con la alta estima que les otorgó la medicina del pasado, hizo que estos materiales fueran sumamente valorados y objetos de comercio. Fue habitual que sólo las clases privilegiadas tuvieran acceso a ellos. En los cajones más ocultos y protegidos de unos muebles denominados “Ojo de Boticario”, los antiguos farmacéuticos preservaron los compuestos medicinales más preciados: las drogas más activas, las especies más exóticas y, sobre todo, las piedras preciosas. En el perjuicio económico que suponía su rotura, sarcásticamente, está el origen de la expresión coloquial “pedrada en ojo de boticario”, que manifiesta el beneficio de un suceso inesperado.

Relación perdurable

Tierras que curan. Fotografía: Jesús de Miguel.

Tierras que curan. Fotografía: Jesús de Miguel.

La búsqueda de estos valiosos fósiles, tierras, metales o gemas hizo que los sanadores fueran adquiriendo un conocimiento que les permitió reconocerlos e identificar los tipos de terrenos donde era posible hallar unos u otros: Medicina y Geología comenzaban una relación que perdura en la actualidad.

Tierras que curan se divide en 20 secciones que van desde los primeros usos de los minerales con usos terapéuticos, hace miles de años, hasta los conocimientos actuales sobre las piedras. En ese cambio hacia una comprensión mucho más científica de la realidad, mucho tuvieron que ver Charles Darwin y Charles Lyell, de ahí que sea muy apropiada que en una de las vitrinas de la muestra convivan dos bellas ediciones de sus obras más icónicas El origen de las especies y Principios de Geología.

Los objetos que componen la exposición proceden de la Facultad de Ciencias Geológicas, el Museo Complutense de la Farmacia Hispana y la propia Biblioteca Histórica. Ha contado, además,  con el apoyo de la Sociedad Española de Mineralogía y del Instituto de Geociencias UCM-CSIC.

¿La hora del Museo de la Complutense?

En la inauguración de la muestra, Francisco Javier Puerto, director del Museo de la Farmacia Hispana, consideró que en general se «difunde muy mal» la cantidad y calidad de colecciones que tenemos en la UCM y deseó que se cree el «Museo de la Complutense, que no debe ser una muestra de colecciones, sino un gran museo».

El rector Carlos Andradas afirmó que «desde el rectorado existe el empeño de mostrar toda la riqueza y el patrimonio que tenemos en la UCM porque es casi una obligación moral hacerlo visible para toda la sociedad. Esta exposición es un paso en esa dirección y quizás un acercamiento para ese museo que tanto anhelan Puerto y gran parte de la comunidad universitaria».

Secciones de la exposición