Les Arts Florissants, uno de los conjuntos más prestigiosos de la música barroca a nivel internacional, ha representado L’Orfeo en varias ocasiones, pero esta la primera vez que está dirigida por Paul Agnew, que tiene un triple papel: director musical, director de escena y solista vocal, acompañado por Cyril Auvity como coprotagonista. Con unos decorados simples, Agnew ha sabido dotar de profundidad y complejidad a la obra.

En palabras del director, “esta producción es un Orfeo íntimo. La decoración relativamente ligera permite poner el trabajo en su contexto antiguo, situando la música, y a través de la música el texto, en el centro y como corazón del espectáculo y la experiencia del espectador. Con esta simplicidad se puede cumplir con el principio que rige toda la obra de Monteverdi: que el texto debe guiar a la armonía”.

El protagonista es Orfeo, un semidiós, nacido del dios Apolo y de una madre humana. Su relación con su padre, el dios del sol, es fundamental para la obra. «Esto me llevó a la idea de un templo dedicado al dios Apolo y me acordé de los numerosos círculos de piedra que se pueden encontrar en el norte de Europa. No estamos seguros de su uso original, pero hay una clara relación entre su posición y la salida del sol en momentos significativos del año. Por lo tanto, nuestro Orfeo se lleva a cabo dentro de un círculo de piedra, donde los aldeanos de la ópera de Monteverdi se congregan para celebrar la boda de Orfeo y Eurídice en presencia de Apolo”, explica Agnew.

Tradición clásica

Como era tradición en el teatro griego, la acción de Orfeo se lleva a cabo durante un período de 24 horas. La boda y la muerte de Eurídice durante las horas del día y el viaje al inframundo durante la noche. Orfeo emerge del Hades al amanecer del día siguiente. «La simplicidad de esta tradición nos permite mantener un solo decorado durante toda la actuación, aprovechando la belleza de la colocación de piedras de pie en la luz, así como sus aspectos más siniestros y misteriosos en la oscuridad”.

Para el director, la música de Monteverdi no es un intento de recrear los sonidos de la antigüedad. «La belleza de la música no depende del éxito de su reconstrucción y sabemos poco más ahora de lo que ellos sabían en el momento de su composición sobre la música de los antiguos griegos». El vestuario sí se basa en imágenes de la época. En el escenario se recreará la vida del pueblo de Orfeo, lleno de «cantantes y músicos tocando en el escenario de memoria. De esta manera integraremos todos los elementos que inspiraron a Monteverdi en una imagen, en toda una experiencia para el público», concluye Agnew.

  • Viernes y sábado a las 20.30 h.

L’Orfeo. Foto: Philippe Delval.