Sueño. Foto: Luis Castilla.

Sueño. Foto: Luis Castilla.

«La comedia era lo que quedaba. La tragedia es la mitad de la máscara y la otra mitad es la comedia», destaca Lima, que toma como punto de partida en su obra este género dramático, aunque «en mi caso hay tanto de tragedia como de comedia. No he rehuido la tragedia porque me he basado en la fórmula de Groucho Marx de ‘Tragedia + Tiempo = Comicidad’. Y quería saber qué pasaba si partía de un hecho personal, basado en mi experiencia». El resultado, tras ocho talleres, es Sueño, un montaje donde se conecta el pálpito del eros y thánatos en una comedia en la que el director recuerda el fallecimiento de su padre.

Chema Adeva, Laura Galán, Nathalie Poza, Ainhoa Santamaría y María Vázquez dan vida a una obra que se introduce en el bosque de Sueño de una noche de verano, pero ampliando, aún más si cabe, ese mundo de contrastes que impera en la obra original del bardo inglés: la delicadeza humana y el instinto animal, lo etéreo y lo terrenal, lo onírico y lo banal, el artificio frente a lo natural, el desenfreno y lo racional, el deseo y lo real.

Humor y dolor

Sueño. Foto: Luis Castilla.

Sueño. Foto: Luis Castilla.

Sueño es la historia de un hombre que, conforme se acerca a la muerte, va teniendo más y más deseos de vivir y de amar. Con la muerte acechándole, el viejo bebe, y la bebida le ayuda a conectar con el pasado y a rejuvenecer recordando los amores que se quedaron en el camino. Estas historias se las cuenta a una loca. Parecen ser un sueño. De joven se enamoró de Elena, la reina de la hermosura, que es muy fea. Y su amiga Titania, amiga de él y hermana de ella, se enamoró de su amigo, de él, Javier, que se convirtió en un asno y rebuznaba poemas de amor de Shelley para Elena, pues despreciaba a Titania, diosa enana.

La música trance les envuelve en el bosque. Y cuando la bebida deja de tener efecto, regresan a una realidad que cada vez les pasa mayor factura. «Esta comedia mira el placer y el dolor para darle sentido a este baño de sensaciones que puede ser el amor a la vida”, reflexiona el director. Bajo este planteamiento inicial el padre expresa su deseo de vivir y de amar con doliente intensidad. Y su locura o sueño muestra una historia divertida y cruel a la vez, un viaje de emociones que va tomando forma a través del ejercicio malabarístico de unos intérpretes expuestos al riesgo.

Los protagonistas de este espectáculo transgénero (las actrices interpretan hombres sin transformaciones físicas ni caracterización) aman, ríen, lloran, bailan, beben, se divierten… Y todo lo hacen de una forma apasionada, a pesar del dolor y de la muerte. Porque, precisamente, la muerte es uno de los temas más rescatados por la comedia. La combinación de humor y dolor conecta con la reflexión de los límites del humor, los códigos éticos y el peligro de la regulación y la censura.

  • De martes a sábado a las 19.30 h. / Domingo a las 18.30 h.
  • Funciones accesibles: 3 y 4 de junio.

Desentrañar la comedia

El Teatro de la Ciudad, Premio Max 2016 a la Mejor Producción Privada de Artes Escénicas, regresa esta temporada para enfrentarse al reto de desentrañar la comedia. A lo largo de este último año se han realizado un total de ocho talleres para profundizar en el arte de hacer reír, en el sentido del humor, en la risa. ¿Es la comedia constructiva? ¿Por qué el paso del tiempo transforma la tragedia en comedia? ¿Es menos profunda la comedia que la tragedia? ¿Cómo se hace reír? ¿Es el sentido del humor una forma de ver la vida?

El proceso culmina con la producción de dos espectáculos de nueva creación que se exhiben en ambas salas del Teatro de La Abadía desde finales del mes de abril. Cada uno a su manera y con el sello de su autoría juegan con motivos y tramas de la comedia de Shakespeare, el indiscutible maestro que recoge no solo la tradición clásica sino también la de la commedia dell’arte, los cómicos ambulantes y las historias tardomedievales de figuras como Boccaccio.

Junto a los dos montajes y a modo de enlace entre ellos, Dan Jemmett prepara un menú parateatral que ofrecerá a los asistentes la posibilidad de vivir 11 experiencias escénicas diferentes. Agitando el ambiente por diferentes rincones del jardín de La Abadía, Jesús Barranco interpretará a un ser indefinido, ni hombre ni mujer, mitad Puck mitad Calibán, que brindará a gusto del consumidor acciones lúdico-poéticas relacionadas con el amor, el deseo o la vida de pareja, con resonancias de Shakespeare y actuales.