En el Nueva York convulso de los años 30 y 40, Weegee era un reportero gráfico freelance que publicaba en todos los grandes periódicos y que convirtió el crimen en espectáculo. Siempre alerta, llevaba en su coche una radio sintonizada con la frecuencia de la policía, lo que le permitía llegar el primero a la escena del crimen. Su técnica, de duros contraluces, daba a las fotos un aura de verismo y dramatismo que sigue impactando al espectador.

Como él mismo explicaba en su biografía, “mi coche se convirtió en mi hogar. Era un biplaza, con un maletero especial extra grande. Guardé todo allí, una cámara extra, los casquillos de las bombillas de flash, una máquina de escribir, botas de bombero, cajas de cigarros, salami, película de infrarrojos para disparar en la oscuridad, un recambio de ropa interior, uniformes, disfraces y zapatos extras y calcetines. A partir de entonces ya no estuve pegado al teletipo de la sede de la policía. Tuve alas. Ya no tuve que esperar para que el crimen viniera a mí; podía ir tras él. La radio de la policía era mi modo de vida. Mi cámara… mi vida y mi amor…”.

La muestra presenta una cuidada selección de su trabajo, desde imágenes de crímenes, incendios o accidentes hasta escenas de eventos sociales y populares, como las aglomeraciones en las playas de Coney Island o en otros lugares de ocio que frecuentaban los neoyorquinos de entonces. Weegee fotografiaba un cadáver, pero también un baile de máscaras o un niño solitario; en sus fotos hay oscuridad, pero también ternura.

Sin embargo, una de las singularidades de esta exposición es que presenta al público, junto a las fotografías del autor, los fotolibros más célebres del reportero, como la edición original de Naked City, que se publicó en 1945 y se convirtió inmediatamente en un best seller. La muestra se organiza siguiendo las fotografías y los textos que el autor publicó en sus cinco primeros libros: Naked City (1945), Weegee’s People (1946), Naked Hollywood (1953), Weegee’s Creative Camera (1959) y Weegee’s Creative Photography (1964), así como en la autobiografía del mismo título que publico en 1961.

Estos primeros libros, auténticas joyas editoriales, fueron ideados por el autor y resultaron fundamentales para conseguir la enorme popularidad de su trabajo. El protagonismo de las copias de época se complementa en la exposición con  las publicaciones originales que pueden verse gracias a la filmación de los libros, así como por el fragmento del documental The Naked Eye, dirigido por Lou Stoumen en 1956, en el que aparece Weegee recorriendo la ciudad de Nueva York.

Actividades paralelas

Con motivo de la exposición de Weegee, la Filmoteca de Catalunya organiza a partir del 11 de julio el ciclo de cine titulado Fotógrafos de prensa: artista y paparazzo. En él se podrá ver la controvertida ética profesional de los fotógrafos de la prensa amarilla y rosa, unida al sensacionalismo y la frivolidad inherentes al interés mediático de sus reportajes que ha contribuido a la mala fama de este sector periodístico.

  • 11 de julio (20.00 h). The Public Eye (El ojo público), de Howard Franklin (1992).
  • 12 de julio (17.00 h). L. A. Confidential, de Curtis Hanson (1997).
  • 13 de julio (18.30 h). Roman Holiday (Vacances a Roma), de William Wyler (1953).
  • 15 de julio (22.00 h). The Public Eye (El ojo público), de Howard Franklin (1992).
  • 16 de julio (19.30 h). Life, de Anton Corbijn, (2015).
  • 21 de julio (17.00 h). Life, de Anton Corbijn, (2015).
  • 23 de julio (21.30 h). L. A. Confidential, de Curtis Hanson (1997).
  • 27 de julio (20.00 h). Roman Holiday (Vacances a Roma), de William Wyler (1953).