Comisariada por Alicia García Medina, la muestra reivindica, por un lado, el trabajo de los artistas españoles volcados en abanderar la renovación cultural y, por otro, el esfuerzo realizado por los editores que comparten con ellos el mismo propósito.

Este renacimiento cultural, denominado por el historiador José Carlos Mainer como la “Edad de Plata”, quedó truncado por el estallido de la Guerra Civil. Artistas y editores constituyen los dos grandes ejes sobre los que pivota la muestra y sobre los que se articulan sus diferentes apartados.

“La exposición no solamente es reivindicativa. También es reflexiva porque nos hace pensar y meditar sobre temas candentes todavía a día de hoy, ochenta años después”, comenta García Medina.

Efervescencia

Ese momento histórico coincide con un momento de efervescencia artística por el surgimiento de los diferentes movimientos de vanguardia. A ellos se adhieren los artistas que trabajan en España y esta renovación del lenguaje plástico queda reflejada en las cubiertas de los libros que se encargan de ilustrar.

Las cubiertas se convierten en un recurso más para la difusión de las nuevas concepciones artísticas. El libro es igualmente un ejemplo perfecto del compromiso con la modernidad de intelectuales y artistas a la hora de defender posiciones de vanguardia en la sociedad de su tiempo.

En La seducción del libro están presentes los acontecimientos históricos más notables de la época, desde la lucha obrera al surgimiento del nazismo pasando por la situación política en España. También quedan reflejados los fuertes vínculos que se establecen entre nuestro país y el continente americano, el triunfo de la aviación, el nacimiento de las nuevas urbes y el desarrollo de la arquitectura racionalista que lleva aparejado, así como el cambio del papel de la mujer en la sociedad y su lucha por conquistar derechos y libertades.

Se destacan también, junto a la renovación tipográfica que utiliza sencillas formas geométricas y modelos inspirados en los principios de la Bauhaus, la técnica del fotomontaje en su vertiente crítica más ácida y el cine como nuevo arte experimental. Todo ello es interpretado por los artistas según sus lenguajes propios vinculados a los diferentes movimientos de vanguardia.